Este estudio fue llevado a cabo por Ipsos MORI, que entrevistó, vía Internet, a más de 7.000 trabajadores y directivos con edades comprendidas entre 16 y 64 años.
Según los resultados obtenidos en la encuesta, casi el 20% de los entrevistados habían sido diagnosticados de depresión en algún momento de su vida, de los cuales sólo el 51% tuvo algún día libre o de baja laboral por este problema, siendo el porcentaje más bajo el de Turquía con tan sólo el 25%. Los españoles que llegan a coger días o baja para recuperarse, se toman como media 30,6 días, por debajo de la mayoría de los demás países.
Si se tienen cuenta los datos de las más de 5.500 personas que no han sufrido una depresión, sólo un 35% de los españoles se lo diría a sus superiores en el caso de padecerla, siendo Dinamarca el país que más abiertamente hablaría de ello con sus jefes, con un porcentaje del 63%.
Teniendo en cuenta las aportaciones del estudio IDEA, en la mayoría de los países, todavía es un tabú la vivencia de una enfermedad mental, tanto para las personas que la han tenido como para las que no. Las 3 razones que aluden los encuestados con más frecuencia, para justificar ese hermetismo, son: la creencia de que es algo privado sobre lo que no quieren hablar (49%), el miedo a perder el empleo (30%) y la suposición de que no van a ser entendidos (30%).
Respecto al conocimiento de los encuestados acerca de la depresión, se encontró que este es bastante bajo, ya que sólo el 33% identifica el olvido como un síntoma de esta enfermedad, el 44% la indecisión y el 57% la dificultad para concentrarse. Los síntomas que mejor identifican son el estado de ánimo bajo o la tristeza.
En cuanto a la capacidad de las empresas para abordar este problema, este trabajo revela que sólo el 45 % de las grandes empresas cuenta con programas de apoyo promovidos por sus departamentos de recursos humanos orientados a ayudar a los trabajadores que sufran depresión. Además, a pesar de la magnitud del problema, 1 de cada 3 directivos, informaron que no tenían apoyo formal ni recursos para afrontar las dificultades de los empleados con depresión.
A la luz de estos datos se puede concluir que la depresión sigue siendo una enfermedad tabú, que se afronta con miedo a represalias laborales, sobre la que la gente tiene muy pocos conocimientos de los síntomas principales y para la que la mayoría de las empresas no tienen programas para afrontarla. Por otra parte, de los países evaluados, se ha visto que Dinamarca es el país donde esta dolencia se trata de un modo más abierto y con más confianza en el ámbito laboral.
Vemos que en España, así como en otros países, sería necesario hacer mucho más para incrementar la concienciación y ayudar a los empleados y empleadores a reconocer y manejar la depresión en los lugares de trabajo, así como mejorar las políticas y legislación que protegen a los empleados.
Para consultar el informe completo: Impacto de la Depresión en el trabajo en Europa
FUENTE: Infocop
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