Tener un progenitor con enfermedad mental aumenta el riesgo de presentar problemas sociales y de conducta en la infancia y de salud mental en la adolescencia.
No hay estudios de prevalencia en nuestro país. En Inglaterra, cuya población es un poco inferior a la de España, la cifra está alrededor de los 2 millones de menores con padres con un trastorno mental. Los datos sobre el impacto de la enfermedad de los padres y madres en sus hijos/as son escasos y los modelos de intervención habitual carecen, usualmente, de programas de prevención para este tipo de familias.
A menudo, estos niños y niñas presentan estrés asociado con el asumir el rol de cuidador de su padre o madre con enfermedad mental, esto ocurre sobretodo en familias mono parentales.
Las personas que padecen algún trastorno mental son uno de los grupos más estigmatizados de nuestra sociedad, especialmente las que padecen esquizofrenia. Es frecuente que estas familias, no pidan ayuda por temor, culpa o estigma ante la enfermedad mental.
Los factores psicosociales familiares que incrementan la vulnerabilidad de los menores, además de la enfermedad mental de los progenitores son: el aislamiento social, el haber estado expuesto a situaciones de abuso, vivir en una familia mono parental, estado socioeconómico desfavorecido, tener padres jóvenes, abuso de sustancias en la familia, alta desestabilización familiar.
De otro lado, constituyen factores psicosociales familiares de buen pronóstico, el tener una madre con buena salud mental, -es decir, que la enfermedad mental sea en el padre-, el contacto con los servicios de salud, los buenos hábitos maternos, el apoyo social, una buena relación entre la pareja, las actitudes positivas ante el embarazo, un alto nivel socioeconómico, una edad mayor en los infantes, el inicio tardío de la enfermedad.
En estudios de niños y niñas que sufren variadas situaciones de riesgo familiar y social como la carencia económica, el maltrato, y/o la presencia de psicopatología en los padres, se han aislado aspectos comunes en aquellos que a pesar de las condiciones adversas han llegado a tener un desarrollo personal exitoso y por tanto, pudieran favorecerlo. Dichos aspectos han sido agrupados bajo el nombre de resiliencia. La resiliencia es una dimensión dinámica en el sentido que se puede modificar y mejorar en la persona. Tener acceso a una buena red de apoyo, a una buena escolarización y pertenecer a grupos sociales, favorece la resiliencia. Por lo tanto, el realizar una intervención grupal con hijos e hijas sanos junto con padres y madres en que se habla de la enfermedad mental abiertamente es una buena estrategia para aumentar la resiliencia y además combatir el estigma ante la enfermedad mental.
En España, los servicios de salud mental suelen dar un seguimiento separado a las familias entre los servicios de salud mental de adultos y la red de salud mental infantil y juvenil. No se conocen casi experiencias sobre intervenciones grupales multifamiliares en este tipo de familias donde se trabaje de forma integrada y coordinada entre la red de salud mental infantil y juvenil con la red de adultos.
El programa de intervención multifamiliar “Kidstime” (tiempo de los niños) busca desarrollar y fomentar actitudes resilientes en toda la familia, especialmente en los hijos e hijas de padres y madres que sufren un trastorno mental grave, con el objetivo de prevenir posibles trastornos entre la población infantil de este grupo de riesgo.
Se busca, de este modo, trabajar con la unidad familiar en formato grupal de manera integrada y coordinada con profesionales de Salud Mental Infanto-Juvenil y profesionales del sector de adultos para poder valorar las necesidades y deficiencias globales de la familia y poder ayudar a todos sus miembros. Dichos talleres han sido desarrollados en Inglaterra desde 1999 por Alan Cooklin, médico Psiquiatra Familiar y sus colegas, del centro Anna Freud de Londres, con el fin de ayudar a las familias en donde los padres presentan problemas de salud mental; siendo este programa, un ejemplo de los modelos de intervención de tipo comunitario que se han desarrollado en esta área.
La estructura de los talleres Kidstime incluye talleres mensuales en la comunidad en equipamientos no sanitarios (centro social, biblioteca), con sesiones de 2 horas de duración. Estas sesiones se estructuran en tres partes: una primera parte multifamiliar, en la segunda parte se separan los grupos se realiza un seminario con los padres y una actividad de psicodrama con los menores que se acostumbra a grabar en video. En la tercera parte, se realiza un grupo multifamiliar de cierre dirigida a compartir lo que se ha trabajado en los grupos por separado y se visualiza el video mientras se ofrece una merienda.
La derivación a los talleres puede ser realizada por los centros de salud mental de adultos, por los centros de salud mental infanto-juvenil, por servicios sociales o escuelas.
El proyecto Kidstime ha empezado a desarrollarse, con los primeros talleres en 2014, en Cataluña; dentro del marco del “Cluster de Salud Mental Catalunya” con la colaboración conjunta de profesionales en Salud Mental Infantil (Fundació Orienta) y de adultos (Parc Sanitari Sant Joan de Déu y Hospital Benito Menni), bajo la supervisión del equipo creador de los talleres Kidstime de Inglaterra. Este programa es un proyecto pionero al ser un modelo de intervención interinstitucional en nuestro territorio.
El artículo completo y las referencias pueden encontrarse en la Revista de Psicopatología y Salud Mental del niño y del adolescente: Cárdenas, M., Coromina M., Saltó, C., Pérez, O., Acevedo, A., Fuentes, M., Sánchez, T., García, A., Ardevolc, I., Perisé, B. Fomentando la resiliencia en las familias con enfermedad mental parental: los talleres Kidstime. Revista de Psicopatología y Salud Mental del niño y del adolescente (2015) 25, 37-41.
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FUENTE: Infocop
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