lunes, 25 de enero de 2016

Análisis de las intervenciones psicológicas disponibles para reducir la fatiga en los supervivientes al cáncer


En la actualidad, el cáncer sigue siendo una de las mayores causas de mortalidad a nivel mundial, en Europa y en España. Sin embargo, gracias a las mejoras en la asistencia sanitaria y a los tratamientos disponibles para combatir la enfermedad las tasas de supervivencia a la enfermedad han ido aumentando notablemente desde los 3 millones en 1971 hasta los 12 millones de supervivientes en los EEUU en 2010.

Entre las alteraciones que aparecen con frecuencia entre los supervivientes al cáncer, se encuentra la fatiga. En este grupo de pacientes, la fatiga se define como un sentimiento de cansancio fuera de lo normal que está acompañado de elevados niveles de malestar y que es desproporcionado a la actividad que lleva a cabo el paciente en su vida diaria. Es notable destacar que esta fatiga no se alivia con el descanso o el sueño y además, a este tipo de fatiga le suelen acompañar otros síntomas como la apatía, la debilidad y el agotamiento. Se han formulado diferentes teorías para explicar la aparición de la fatiga en los pacientes de cáncer, entre las que destaca la teoría de la inflamación, que propone que la aparición de estos síntomas puede estar relacionada con la inflamación de los tejidos, que se produce consecuencia de los efectos de las terapias a las que son sometidos los pacientes durante los tratamientos para combatir el cáncer, aunque esta cuestión permanece aún en debate.

Hay que tener en cuenta que en los supervivientes al cáncer, la fatiga tal y como la acabamos de describir se relaciona consistentemente con la presencia de otros síntomas que producen un gran impacto sobre el bienestar psicológico de estos pacientes, como son por ejemplo la depresión, la ansiedad y una peor calidad de vida en general. Además, esta fatiga se relaciona también con problemas en el sueño, un peor apoyo social por parte de las personas más cercanas al paciente y con la presencia de dolor. Sin embargo, la influencia negativa de la fatiga persistente no acaba aquí, ya que se observa que esta se relaciona con unos peores pronósticos de supervivencia en los pacientes. Por estas razones, el diseño y aplicación de tratamientos psicológicos por parte de los psicólogos para aliviar estos síntomas en este grupo de pacientes resulta de una importancia capital.

En este sentido, algunos autores han aplicado técnicas basadas en la terapia cognitivo-conductual, con un gran éxito, con el objetivo de reducir estos síntomas en los supervivientes. Estos resultados positivos se han observado en diferentes tipos de cáncer y con efectos beneficiosos prolongados en el tiempo, por lo que parece que este tipo de técnicas cuentan con un elevado aval empírico para su aplicación.

Otra técnica que se ha aplicado de forma exitosa para reducir la fatiga en los supervivientes ha sido el mindfulness, obteniéndose resultados similares a los de la terapia cognitivo-conductual mencionada previamente. Sin embargo, este tipo de intervenciones pueden ser costosas en términos de tiempo y esfuerzo, lo que puede limitar su aplicabilidad y eficacia. En este punto, es necesario mencionar que a partir de los resultados obtenidos por diferentes autores, se ha observado que la actividad física, cuando se realiza de forma moderada e incluye ejercicios de resistencia, resulta de mucha utilidad para aliviar los síntomas de fatiga en los supervivientes. Además, este tipo de intervención suele contar con una gran aceptación por parte de los pacientes, por lo que su aplicación resulta bastante recomendable. Sin embargo, es posible que para algunos pacientes, que presenten un mayor deterioro físico, la realización de ejercicio para reducir la fatiga no sea del todo muy adecuada, ya que es posible que el paciente no pueda llevar a cabo la actividad física planificada.

En definitiva, la presencia de fatiga en los supervivientes al cáncer es un hecho que afecta notablemente a aspectos relacionados con la calidad de vida y el bienestar psicológico e incluso a la supervivencia a la enfermedad. A partir de las investigaciones realizadas hasta ahora, el profesional tiene a su disposición diferentes herramientas que este puede utilizar cuando se enfrente a dicho problema en los supervivientes, como son: la terapia cognitivo-conductual, el mindfulness o el ejercicio físico. La elección de una u otra estrategia terapéutica debería partir del análisis de diferentes aspectos, como por ejemplo, la evaluación del estado físico del paciente, el tiempo y esfuerzo necesario para llevar a cabo la terapia y las preferencias del paciente, factores, todos ellos, que van a influir en el éxito de la intervención y que deben ser considerados como relevantes.

El artículo completo puede encontrarse en la Revista Papeles del Psicólogo:

García, F. y Alós, F.J. (2015). Tratamientos psicológicos eficaces para reducir la fatiga en los supervivientes al cáncer: estado de la cuestión y perspectivas de futuro. Papeles del Psicólogo 36 (3), pp. 182-188.


Francisco García-Torres. Es doctor CUM LAUDE por la Universidad de Córdoba y Premio Extraordinario de Doctorado en 2014. Desde 2011 se encuentra investigando las consecuencias psicológicas del cáncer en los supervivientes y publicando los resultados en revistas nacionales e internacionales de elevado impacto en el ámbito de la Psico-Oncología.
Francisco J. Alós Cívico. Es profesor de la Universidad de Córdoba desde el año 2000, donde obtuvo su doctorado, con la máxima nota posible, en 2007. Su actividad investigadora está distribuida en varios campos de trabajo, entre los que destaca, en este contexto, sus contribuciones científicas al ámbito de la Psicología de la Salud.

FUENTE: INFOCOP

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