lunes, 4 de julio de 2016
Yo a eso no juego, informe sobre bullying y ciberbullying de Save The Children
Uno de cada 9 estudiantes considera que ha sufrido bullying en los últimos dos meses (9,3%), y uno de cada 7 reconoce haber sido víctima de ciberacoso. Estas son algunos de los datos del informe “Yo a eso no juego. Bullying y ciberbullying en la infancia”, publicado recientemente por Save the Children.
El informe, que ofrece un análisis de la situación del bullying y ciberbullying en nuestro país ha sido realizado con una muestra de más de 21.000 estudiantes de entre 12 y 16 años, repartidos por todo el territorio. Según se desprende de los resultados, el acoso escolar (insultos directos o indirectos, robo de pertenencias, amenazas, golpes o exclusión…) está aumentando en España, siendo las comunidades con mayor porcentaje de víctimas de acoso Murcia (11%), Andalucía (11%), Melilla (10,3%) e Islas Baleares (8,6%).
Respecto a las conductas de acoso, el 32,1 % de los niños de primer y segundo ciclo de la ESO reconocieron “haber golpeado, pateado o empujado” a otro menor y cerca del 50% “haber insultado u ofendido” a otros compañeros en las semanas previas al estudio, siendo estas conductas frecuentes en el 10% y el 14,7% de los estudiantes encuestados, respectivamente.
Al analizar el acoso a través de las nuevas tecnologías, cuyo impacto es más grave debido a que la duración en el tiempo y la audiencia del acoso se amplifica, las cifras son aún mayores. Según los datos del informe de Save The Children, uno de cada tres estudiantes reconoció haber insultado a través de internet o el móvil, y cerca de uno de cada 10 haber amenazado a otro estudiante. La difusión de falsos rumores, el retoque de fotos de terceros, el piratear otras cuentas en redes sociales o el robo de identidad también forman parte de las conductas más frecuentes utilizadas para acosar a otros compañeros a través de la Red.
Si bien los niños y niñas que reconocieron haber ejercido alguna conducta de acoso sobre otro compañero señalaron mayoritariamente desconocer la causa por la que ejercieron este tipo de violencia, en algunos casos la orientación sexual, el color de la piel, la cultura o la religión se señalaron como posibles justificantes de esa conducta.
Los autores del estudio también ofrecen una comparación de los resultados en función de la edad o sexo. En esta línea, los datos muestran que el acoso es más frecuente entre los más jóvenes (es decir, en los estudiantes de primer ciclo de la ESO frente a los de segundo ciclo), así como que es mayor el porcentaje de estudiantes que se reconocen como agresores en este ciclo formativo. Al comparar según el sexo, “las chicas salen peor paradas”, se afirma en el documento, con unos porcentajes de acoso y ciberacoso mayores que el de los niños. En concreto, un 10,6% de las niñas afirmaron ser víctimas de bullying y un 8,5% de ciberbullying frente al 8% y al 5,3% de los niños, respectivamente.
En total, un 5,4% de los estudiantes reconoció haber acosado a alguien y un 3,3% haber sido responsable de ciberacoso. Según el informe, estas cifras extrapoladas al total de estudiantes de ESO de institutos públicos de nuestro país sugieren la presencia de cerca de 64.000 acosadores y 39.000 ciberacosadores en las aulas españolas, lo que supone un dato nada desdeñable.
¿Y qué posibles soluciones se pueden adoptar para prevenir y actuar frente al acoso escolar? El informe de Save the Children plantea una serie de recomendaciones que se deben tener en cuenta para atajar este problema en las aulas. En primer lugar, advierte de la necesidad de elaborar una estrategia integral contra la violencia contra la infancia, ya la ausencia de un abordaje integral “resta eficacia” a las medidas que puedan implementarse, así como de la necesidad de tomar conciencia social del alcance y gravedad de este tipo de comportamientos, de tal manera que dejen de considerarse simplemente como “una cosa de niños”.
Asimismo, los autores del estudio insisten en que “el trabajo de prevención de la violencia con los niños y niñas es la mejor manera de acabar con otras formas de violencia en la sociedad (…) Hay que educar a los niños y niñas en la no violencia, en una ciudadanía digital responsable y ética, y en la tolerancia ante la diversidad”. En esta línea, “resulta determinante reforzar la educación emocional y la adquisición de habilidades sociales y valores de convivencia” y desarrollar programas para mejorar la asertividad, la empatía, la resolución de conflictos y la autoestima entre los escolares.
Sólo cuando la prevención ha fracasado, es cuando cobra importancia la detección temprana y eficaz de los casos de acoso escolar. Según el informe, la intervención “debe asegurar el bienestar de todos los niños y niñas implicados. Debe ser inmediata y con actuaciones dirigidas a víctimas, agresores y al grupo del que forman parte. Así, deben asegurarse medidas de protección y cuidado para la víctima, y que las medidas que se tomen con el agresor estén enfocadas a la restauración de derechos de la víctima y la reeducación y toma de conciencia, y no centradas únicamente en un enfoque punitivo de castigo del agresor”.
En conclusión, el informe se muestra crítico hacia las medidas reactivas la Administración tiende a poner en marcha una vez que un caso grave de acoso salta a los medios de comunicación: “Las situaciones de acoso “cotidianas” permanecen invisibles, y faltan respuestas institucionales sistemáticas basadas en la prevención y detección temprana. Es por ello que el acoso y el ciberacoso deben formar parte de una estrategia más amplia de lucha integral contra la violencia contra la infancia”, señala el texto.
El informe se puede descargar en el siguiente enlace: Yo a eso no juego
FUENTE: Infocop
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