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El sexting es la creación y el envío de mensajes de texto, fotos o videos con contenido sexual propio a través de Internet o del móvil. Son varios los posibles motivos por los que los adolescentes practican sexting: como una forma de flirteo, para explorar su identidad sexual, en el contexto de una relación de pareja o por presión social de otros adolescentes.
El sexting entre menores podría constituir un comportamiento relacionado con diferentes problemas, tales como conductas sexuales de riesgo, la generación de pornografía infantil o una mayor probabilidad de victimización online. Por ejemplo, las fotos o videos sexuales podrían ser distribuidas a terceros sin el consentimiento de quién las generó y ser usadas para chantajear o extorsionar.
A pesar de la relevancia de la problemática, en España son prácticamente inexistentes los estudios sobre la prevalencia del sexting entre adolescentes, así como los patrones en función del sexo, la edad y la personalidad. Por ello, en este estudio analizamos la prevalencia por sexo y por edad del sexting entre adolescentes y examinamos su relación con variables de personalidad.
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Con estos objetivos en mente, evaluamos una muestra de 3.223 adolescentes entre 12 y 17 años (49,9% mujeres), que participaron de forma anónima y voluntaria en el estudio. Para evaluar el sexting se empleó una versión modificada para adolescentes del Cuestionario de Sexting (Gámez-Guadix, Almendros, Borrajo y Calvete, 2015), que incluía las siguientes preguntas: “¿Has enviado fotos con contenido sexual (p.ej., desnudo/a) sobre ti?”, “¿Has enviado imágenes (p.ej., a través de webcam) o videos con contenido sexual sobre ti?”, “¿Has enviado información o mensajes escritos con contenido sexual sobre ti?”. Para evaluar los cinco grandes factores de personalidad se empleó el GSOEP Big Five Inventory (Hahn, Gottschling y Spinath, 2012).
Los resultados del estudio indicaron que el 13,5% de los adolescentes se había implicado en alguna ocasión en sextingdurante los últimos 12 meses. Se observó que el porcentaje total de adolescentes que participaron en sexting fue creciendo desde el 3,4% a los 12 años hasta el 36,1% a los 17 años.
La forma más frecuente de sexting fue el envío de mensajes escritos con contenido sexual con una prevalencia del 10,8%. El 7,1% de los adolescentes enviaron fotos y el 2,1% videos con contenido sexual. En cuanto a las diferencias de género, más varones que mujeres enviaron mensajes de texto con contenido sexual, siendo los porcentajes del 12,1% en chicos y del 9,4% en chicas. No se encontraron diferencias significativas entre chicos y chicas en el envío de fotos y videos sexuales.
En relación a los rasgos de personalidad, la alta extraversión (tendencia a ser social y buscar la compañía de los demás), la baja responsabilidad (referida a planificación y organización), una menor amabilidad (ser altruista, confiado y solidario) y un mayor neuroticismo (predisposición a experimentar emociones negativas) incrementaron la probabilidad de practicar sexting. A continuación, se explican las posibles razones para las asociaciones encontradas.
Una posible hipótesis para la relación entre baja amabilidad y sexting es que las conductas de sexting, como muchas interacciones a través de las TICs, habitualmente tienen lugar de forma socialmente descontextualizada (por ejemplo, sin las claves sociales que están presentes en las interacciones cara a cara), de forma que las personas bajas en amabilidad podrían sentirse más cómodas en las interacciones a través de las TICs, principalmente si estas interacciones son sobre cuestiones sexuales.
Finalmente, el neuroticismo se ha asociado consistentemente en la investigación con una mayor implicación en diferentes comportamientos de riesgo como, por ejemplo, el consumo de sustancias. El presente estudio amplia los resultados previos mostrando una relación entre neuroticimo y sexting.
Un hallazgo inesperado fue que las orientaciones homosexual y bisexual aparecieron asociadas con una mayor práctica de sexting. Esto puede ser debido a que Internet es un medio a través del cual la comunidad LGTBI puede interactuar con mayor libertad evitando consecuencias sociales negativas. Futuros estudios deberían examinar esta cuestión.
En conclusión, parece importante comenzar a trabajar desde edades tempranas en la toma de conciencia de los posibles riesgos del envío online de contenidos sexuales propios y de las consecuencias que puede conllevar perder el control sobre ellos. Puesto que los adolescentes son más vulnerables a las consecuencias negativas del sexting, como por ejemplo el cybebullying (ser acosado a través de las TICs) o el grooming online de menores (ser contactado por un adulto con fines sexuales), es necesario educar desde el comienzo de la adolescencia en el uso responsable de Internet y los Smartphones.
El artículo completo puede encontrarse en la revista Psicothema:
Gámez-Guadix, M., de Santisteban, P., y Resett, S. (2017). Sexting among Spanish adolescents: Prevalence and Personality Profiles. Psicothema, 29, 29-34.
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FUENTE: INFOCOP
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