A lo largo de su próxima conferencia, se revisarán investigaciones recientes sobre la importancia del período prenatal en términos del bienestar psicológico del niño, incluyendo el apego y la seguridad del bebé, y otras variables emocionales y conductuales durante la niñez. Precisamente, con motivo de su visita, el presidente del comité organizador de este Congreso, el profesor José Pedro Espada, ha tenido la ocasión de conversar con ella en la entrevista que recogemos a continuación:
ENTREVISTA
En primer lugar quisiera agradecerle su disponibilidad para realizar esta entrevista para los lectores de Infocop. Me gustaría comenzar destacando la importancia que estudios recientes otorgan al periodo perinatal para el bienestar psicológico. ¿Cuáles son, según su experiencia los principales factores asociados al bienestar psicológico del niño durante el período perinatal?
Los estudios más recientes concluyen que hay básicamente dos procesos principales; uno comprende los aspectos fisiológicos y otros los emocionales. Ambos procesos están relacionados entre sí. La vía fisiológica incluye el consumo de sustancias por parte de la madre y los consiguientes perjuicios en el feto. Hoy sabemos que el alcohol y otras drogas traspasan la placenta y pueden afectar el sistema neuropsicológico del niño. Tenemos también evidencia de que el estado mental de la madre puede afectar al feto. Por ejemplo, la ansiedad crónica se asocia con altos niveles de cortisol en la circulación. El cortisol puede llegar a la placenta y afectar negativamente al desarrollo del feto, en particular a la vía hipotálamo-hipófisis-adrenal. Por otro lado, el factor emocional tiene que ver con los sentimientos que experimenta la madre durante el embarazo. Hay resultados muy interesantes de investigaciones que sugieren que los pensamientos de la madre sobre el gestante están fuertemente relacionados con las prácticas parentales durante el periodo postnatal y también predicen la relación de apego posterior. Por supuesto, estas dos vías están relacionadas. Hemos observado que las mujeres que experimentan violencia doméstica y tienen dependencia a las drogas presentan una mayor tendencia a tener representaciones negativas del desarrollo del niño.
Existen intervenciones dirigidas a mejorar de forma temprana la salud mental de los padres y los niños pequeños, particularmente durante el embarazo y el período postnatal. ¿En qué medida estas intervenciones son eficaces para su objetivo?
Cuando hablamos de intervenciones es importante diferenciar entre intervenciones primarias, secundarias o terciarias. Las intervenciones primarias son básicamente intervenciones universales. Sabemos que el uso de mensajes sobre salud, el texting y cosas de este tipo pueden cambiar comportamientos durante el periodo perinatal. En relación a las intervenciones dirigidas, contamos ahora con buenas evidencias sobre la eficacia de intervenciones de preparación para la paternidad, algunos programas que implican visitas a domicilio. Por ejemplo, hay intervenciones específicas para padres que experimentan ansiedad crónica o depresión durante el periodo perinatal. Y en el tercer nivel (terciarias) hay métodos dirigidos a mujeres con mayor riesgo, como mujeres que han experimentado violencia doméstica o problemas de salud mental. La eficacia de estas intervenciones es variable y realmente necesitamos más investigación sobre intervenciones dirigidas a estos grupos de riesgo.
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