La familia, el centro educativo y la vivencia de rechazo son factores determinantes en el bienestar psicológico de los jóvenes LGTBQ. Así lo ha puesto de manifiesto un reciente estudio realizado por la Fundación Human Rights Campaign Foundation, junto a la Universidad de Connecticut (EE.UU.), con una muestra de más de 12.000 jóvenes entre 13 y 17 años.
Algunas de las principales conclusiones del estudio son las siguientes:
La importancia de la familia
Los padres y familiares juegan un rol esencial en la promoción de la salud y el bienestar de los adolescentes. Los resultados muestran resultados positivos en la salud de los jóvenes LGTBQ que viven en familias que ofrecen apoyo y aceptación, incluido una mayor autoestima y resiliencia, un menor riesgo de depresión, así como menores niveles de malestar psicológico, desesperanza y abuso de sustancias.
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La mayor parte de los jóvenes LGTBQ son conscientes de su orientación sexual o de su identidad de género al comienzo de la adolescencia. No obstante, suelen vivir con preocupación, estrés y ansiedad “salir del armario” en el entorno familiar. En la encuesta realizada, más de las 3 cuartas partes de los jóvenes refieren haber vivido esta experiencia como extremadamente estresante.
La carga del rechazo
Asimismo, y tal y como se describe en el informe, existen todavía notables diferencias entre la salud mental de los jóvenes LGTBQ y el resto de sus congéneres. Los jóvenes LGTBQ deben hacer frente a una gran variedad de fuentes de estrés, como el acoso, el rechazo de iguales o de familiares, el asilamiento o la pérdida de sentido de pertenencia, que tienen un impacto directo en su bienestar psicológico. Así, la ansiedad, la depresión, la baja autoestima y el abuso de alcohol y drogas, son algunos de los problemas más frecuentes en estos jóvenes. Según la encuesta, el 77% de los jóvenes LGTBQ manifestaron sentirse deprimidos durante la última semana, y sólo el 41% había recibido algún tipo de ayuda psicológica en el último año.
Además, los jóvenes LGTBQ tienen más riesgo de padecer violencia sexual, lo que puede ser especialmente grave en caso de falta de recursos o falta de apoyo familiar o comunitario. Según los resultados del estudio, el 11% de los jóvenes LGTBQ manifestaron haber sufrido agresiones sexuales o violaciones debido a su identidad LGTBQ y el 77% afirmó haber sido objeto de comentarios de índole sexual, bromas sexuales o gestos obscenos durante el último año. Asimismo, el 20% de los jóvenes LGTBQ informan de que haber sido forzados a practicar conductas sexuales no deseadas en el último año.
Cuando los centros educativos no dan la talla
En la medida en que los jóvenes emplean la mayor parte de su tiempo en centro escolar, el clima y las experiencias sufridas en este contexto determinan de manera crítica su estado de salud y bienestar. Así, la mayor parte de los jóvenes LGTBQ señalan tener que desenvolverse en un entorno educativo hostil y negativo. De acuerdo con los datos obtenidos, sólo el 26% de los jóvenes LGTBQ informaron de que se sentían siempre seguros en clase, sólo el 13% afirmó haber escuchado mensajes positivos sobre ser LGTBQ en el entorno escolar y sólo el 12% recibió asesoramiento o información relevante sobre sexo seguro. Asimismo, únicamente el 27% de los jóvenes LGTBQ afirmó poder desenvolverse definitivamente como persona LGTBQ en el centro educativo.
El 73% de los jóvenes LGTBQ han sufrido amenazas verbales debido a su identidad LGTBQ, el 70% han sufrido acoso escolar y el 43% han sido intimidados dentro del recinto escolar.
La decisión de “salir o no del armario”
Los jóvenes LGTBQ típicamente comienzan a revelar su orientación sexual o identidad de género durante la adolescencia. Los estudios muestran que ser abiertos en este aspecto trae resultados positivos, incluido un mejor rendimiento académico, una mejor autoestima y menos ansiedad y depresión. Por el contrario, tener que estar decidiendo continuamente a quién compartir la orientación sexual o la identidad de género, puede suponer un aumento notable del estrés. A este respecto, tal y como especifica el texto, “todos tenemos la responsabilidad de crear espacios seguros y afirmativos para que todos los jóvenes puedan salir del armario, sentirse orgullosos y capaces de prosperar”.
Asimismo, el informe pone en evidencia los desafíos específicos que sufren algunos grupos más vulnerables, como los jóvenes LGTBQ pertenecientes a minorías étnicas o los jóvenes transgénero y establece una serie de orientaciones para que los familiares, los profesionales de la educación, los profesionales de la salud mental y los responsables políticos pongan en marcha acciones para mejorar el panorama de los jóvenes LGTBQ.
Se puede consultar el informe en el siguiente enlace:
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martes, 12 de marzo de 2019
Los jóvenes LGTBQ
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