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En la actualidad, el consumo de alcohol continúa siendo un problema de salud pública relevante, siendo responsable de casi un 6% de muertes a nivel mundial. El consumo de alcohol se relaciona de forma consistente con la aparición de un gran número de enfermedades, entre las que se encuentra el cáncer.
La evidencia en este sentido, indica que tomar alcohol es un factor de riesgo no solamente para el desarrollo de la enfermedad, sino que aumenta la probabilidad de que el cáncer aparezca de nuevo y se asocia con una mayor mortalidad relacionada con el cáncer. Esta asociación se observa no solamente en aquellos pacientes cuyos tipos de cáncer tienen una mayor exposición al alcohol, como pueden ser el cáncer de cuello y el oral, sino que aparece además en otros tipos de cáncer, como el de mama y el colorrectal, por lo que parece que los efectos negativos del consumo de alcohol no se reducen a un área determinada.
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Una vez que el tratamiento anti-cáncer ha finalizado, se observa en los supervivientes un aumento significativo en lo relativo a la realización de conductas saludables, que incluyen la reducción del consumo de alcohol, aunque no es infrecuente que existan pacientes que continúen tomando alcohol después de finalizar el tratamiento, lo que puede influir negativamente en aspectos relacionados con la calidad de vida y presencia de síntomas de depresión. Además, determinados aspectos, como por ejemplo, ser hombre, una menor edad, un nivel socioeconómico elevado y el tabaquismo se relacionan con el consumo de alcohol después del tratamiento.
Por estos motivos, diferentes autores han llevado a cabo intervenciones con el objetivo de aumentar las conductas de tipo saludable en este grupo de pacientes, con especial énfasis en modificar los hábitos alimenticios de los pacientes a estilos de vida más saludables que incluyan una mayor ingesta de frutas y verduras y reducción del consumo de alcohol, además de favorecer la realización de ejercicio físico.
Después de analizar los resultados obtenidos se llega a las siguientes conclusiones: en primer lugar, no aparecen en la literatura examinada intervenciones diseñadas exclusivamente a reducir el consumo de alcohol en los supervivientes al cáncer, sino que el consumo de alcohol se incluye dentro de otras intervenciones más complejas destinadas a lograr un estilo de vida más saludable en los pacientes.
Por otro lado, entre las intervenciones analizadas, solamente se observan resultados positivos y significativos en cuanto a la reducción del consumo de alcohol en un estudio, que además tiene algunas limitaciones metodológicas, como por ejemplo, el limitado tamaño muestral, la inclusión de un solo tipo de cáncer (mama), lo que limita la generalización de los resultados obtenidos a otras muestras de pacientes.
En este punto, puede ser de utilidad proponer algunas recomendaciones para el desarrollo de intervenciones psicológicas que tengan como objetivo la reducción del consumo de alcohol en los supervivientes al cáncer. Estas intervenciones podrían partir de la base de que existe poca concienciación por parte de los pacientes de las relaciones existentes entre el consumo de alcohol y el cáncer, y su influencia negativa sobre aspectos emocionales, como la depresión.
Además, el desarrollo de intervenciones que tengan como elemento fundamental la reducción del consumo de alcohol, de forma independiente, o combinada con intervenciones para promover un estilo de vida saludable en los supervivientes podría ser un elemento a tener en cuenta. Estas intervenciones además, serían más efectivas si se implicara de forma activa a los familiares de los pacientes, y se pusiera énfasis en lograr un aumento en la motivación para el cambio.
Para concluir, se puede afirmar que el consumo de alcohol en los supervivientes al cáncer merece una atención especializada por parte de los psicólogos, sin embargo, para poder determinar la mejor estrategia a utilizar en este grupo de pacientes, es necesario que se lleven a cabo una mayor cantidad de ensayos con el adecuado nivel de objetividad y control con el objetivo de proporcionar la mejor intervención según los estándares de calidad actuales.
El artículo completo así como las referencias pueden encontrarse en la Revista Psicooncología:
García-Torres, F., Alós, F.J., Castillo-Mayén, R. (2018). El consumo de alcohol en los supervivientes al cáncer: estado de la cuestión y propuestas para el desarrollo de intervenciones psicológicas/Alcohol consumption in cancer survivors: state of the question and proposals for the development of psychological interventions. Psicooncología, 15(1): 65-73.
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FUENTE: INFOCOP
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