Así lo afirma la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, del Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, en su nuevo informe sobre la Percepción social de la violencia sexual.
El informe se basa en un estudio, cuyo objetivo es el de ofrecer una panorámica detallada de las diferentes percepciones de la población en torno a distintos aspectos relacionados con la violencia sexual contra las mujeres. Para tal fin, se realizó, en colaboración con el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), una encuesta presencial a 2.465 personas de 16 y más años, representativa de la población de hombres y mujeres residente en España.
Según señalan los autores del estudio, las percepciones y actitudes de la sociedad moldean el clima social en el que tiene lugar la violencia sexual, contribuyendo a que ésta se perpetúe o desaparezca. De este modo, advierten, un entorno social que acepta e incluso apoya la violencia sexual en alguna circunstancia, “contribuye a crear un clima de tolerancia que facilita que los agresores mantengan su conducta y dificulta que las víctimas revelen la violencia sufrida”.
Ante esto, ponen de relieve que, para prevenir la violencia sexual, es trascendental reducir su aceptabilidad social, un objetivo, cuya consecución pasa por conocer en primer lugar el nivel de aceptación existente en la sociedad. De aquí la importancia de esta encuesta, pionera en España y en Europa por estar enfocada exclusivamente en este tipo de violencia y por contar con un cuestionario que busca disminuir el componente de deseabilidad social en las respuestas.
A continuación, presentamos los principales resultados del estudio:
Falsas creencias sobre el acoso sexual en el trabajo
Al analizar la creencia relativa a que las mujeres se inventan o exageran el acoso sexual laboral, y/o promueven ellas mismas este acoso, se observa que más del 80% de la población muestra su claro desacuerdo con este tipo de afirmaciones.
Cuando la afirmación es más indirecta, y se habla de “exageración” y no de “invención”, el porcentaje de personas que la rechazan es menor, principalmente entre los hombres (63,3% de los hombres y 74,5% de las mujeres).
Con respecto a la creencia de que la responsabilidad de controlar el acoso sexual laboral recae en la mujer acosada, 4 de cada 10 hombres y 1 de cada 3 mujeres creen que el acoso sexual terminaría si simplemente la mujer así lo solicitase.
Falsas creencias sobre las agresiones sexuales
Los datos muestran que más del 80% de las personas rechazan las afirmaciones que culpan a la víctima de una agresión sexual de forma explícita.
Según los autores del informe, la aceptación de esta afirmación implica pasar la responsabilidad de una agresión sexual del agresor a la víctima, debido al comportamiento previo de ésta. Esta creencia, advierten, “dificulta que las víctimas pidan ayuda y favorece que los agresores mantengan su comportamiento, fomentando así que la violencia sexual se perpetúe”.
Asimismo, si bien es elevado el porcentaje de personas que rechazan culpar a la víctima de la agresión sexual si ésta había bebido (80%), hay un 47,7% de los encuestados que exime parcialmente de culpa al agresor si es éste quien había bebido.
Existe también un 32,5% de personas que se muestran de acuerdo con la idea de que “si una mujer invita a un hombre a tomar una copa en su casa después de haber salido por la noche, significa que quiere sexo”, una aceptación que, a juicio de los autores del estudio, puede favorecer que se culpe a una mujer víctima que denuncie una agresión sexual en este contexto.
En relación con la afirmación de que muchas mujeres tienden a exagerar el problema de la violencia machista, las cifras muestran disparidades dependiendo del género de los encuestados.
Así, mientras que el 34% de los hombres considera que muchas mujeres tienden a exagerar esta problemática, esta misma creencia es defendida por el 22,5% de las mujeres. Por el contrario, se mostrarían en desacuerdo con este mito el 60% de los hombres y el 73,0% de las mujeres.
La clara existencia de discrepancias entre mitos y realidad, se observa con la creencia de que “es más probable que una mujer sea violada por un desconocido que por un conocido”. A este respecto, mientras que el 43,6% de los hombres y el 37,3% de las mujeres se muestran de acuerdo con la misma, la realidad, según la Macroencuesta contra la mujer 2015, es que únicamente el 18,6% de las violaciones que se producen fuera del ámbito de la pareja son cometidas por desconocidos.
Valoración sobre la aceptabilidad y punibilidad de distintos tipos de violencia sexual contra las mujeres
Dar de forma deliberada a una mujer alcohol o drogas para poder mantener relaciones sexuales con ella, obligar a la pareja a mantener relaciones sexuales no deseadas, tocar o besar a una mujer en contra de su voluntad, o realizar comentarios y sugerencias de tipo sexual no deseados, son comportamientos inaceptables por la mayor parte de la población (entre el 86% y el 99%).
Cuando el comportamiento por el que se pregunta no abarca las relaciones sexuales, o éstas se enmarcan dentro de la pareja, el porcentaje de quienes consideran que además de ser inaceptable debe estar siempre castigado por la Ley disminuye, especialmente en el caso de la violencia sexual de tipo verbal.
En lo que se refiere a conductas de violencia sexual ligadas al uso de nuevas tecnologías (enviar correos electrónicos o mensajes de texto con contenido sexual no deseados, presionar a una mujer para que envíe fotos de sí misma desnuda, compartir fotografías o vídeos de carácter sexual a través de redes sociales sin el consentimiento de las personas que aparecen en los mismos o chantajear a una mujer con difundir fotografías o vídeos de carácter sexual suyos), la inaceptabilidad de las mismas es compartida por más del 95% de la población.
Se detectan diferencias en función del enfoque por el que se pregunta con respecto a la trata de mujeres con fines de explotación sexual y consumo de prostitución: mientras que el 97% de los encuestados encuentra totalmente inaceptable que se obligue a prostituirse a una mujer, considerando que este comportamiento debe ser siempre castigado por la Ley, cuando se pide opinión sobre el consumo de prostitución, su aceptabilidad es manifestada por un 42,9% de los hombres y un 30,9% de las mujeres.
Estereotipos sobre los agresores sexuales
En el análisis de las creencias sobre los motivos por los que algunos hombres agreden sexualmente a las mujeres, los estereotipos más mencionados son: “tienen problemas mentales” (34,1%), seguido de “no aceptan un rechazo por parte de una mujer” (28,2%), “el consumo de alcohol y/o drogas” y “buscar controlar a las mujeres” (ambos por un 25,3%).
Conocimiento de mujeres víctimas de una agresión sexual en el entorno de la persona entrevistada y opiniones sobre las denuncias por este tipo de violencia
El conocimiento de este tipo de circunstancias es mayor entre las mujeres que entre los hombres.
También entre las personas jóvenes: el 36,9% de quienes tienen entre 16 y 24 años conoce a una mujer víctima frente a sólo un 11,9% de las personas mayores de 75 años.
El 61,7% opina que las mujeres denuncian las agresiones sexuales en pocas ocasiones.
Los motivos principales por los que las mujeres no denuncian este tipo de agresiones son por miedo al agresor (73,9%), por vergüenza (58,0%) y por miedo a no ser creídas (26,3%).
Opiniones sobre las instituciones u organismos que deberían informar y prevenir sobre la violencia sexual
3 de cada 4 personas citan los centros educativos cuando se les pregunta por las dos principales instituciones que deberían informar sobre la violencia sexual y su prevención.
Medidas más importante para prevenir la violencia sexual contra las mujeres
La medida preventiva más citada por todos los encuestados es el impulso de campañas de sensibilización. A este respecto, el Gobierno ha anunciado que va a realizar en 2018, por primera vez en España, una campaña específica para prevenir las agresiones sexuales.
Ante la cuestión de dónde se sitúa el foco de responsabilidad en caso de agresión sexual (en los agresores o en las víctimas), el 77% de las personas considera fundamental educar a los hombres a no agredir, frente a un 14,8% que cree que es más importante enseñar a las mujeres a evitar situaciones de riesgo.
El 93,6% de las personas entrevistadas considera que es necesario educar a hombres y mujeres sobre el consentimiento sexual para prevenir agresiones sexuales.
De las personas que han respondido de forma afirmativa, el 97,4% considera que habría que educar en el consentimiento sexual antes de los 16 años, siendo un 73,5% quienes creen que habría que hacerlo antes de los 12 años.
Principales características sociodemográficas asociadas al rechazo del sexismo, el acoso sexual en el trabajo y las agresiones sexuales
Mujer: las mujeres, en todos los casos, muestran un rechazo superior al de los hombres.
Joven: las generaciones más jóvenes muestran un rechazo superior al de las personas mayores de 60 años.
La educación: el nivel de formación es directamente proporcional al rechazo al sexismo, el acoso sexual en el trabajo y las agresiones sexuales.
El informe se encuentra disponible en la página Web de la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género, o bien directamente a través del siguiente enlace:
Percepción social de la violencia sexual
fuente: Infocop
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