El impacto de la COVID-19 en la salud mental cada vez resulta más evidente. La ventilación mecánica, necesaria en el tratamiento de los pacientes con síntomas respiratorios graves de COVID-19, está asociada a un incremento significativo de la sintomatología postraumática. Así lo ha establecido un reciente estudio realizado por el Imperial College London y la Universidad de Southampto de Reino Unido con una muestra de 13.049 pacientes con coronavirus. En el estudio se realizó una comparación entre los grupos de pacientes con síntomas leves y graves de COVID y las distintas modalidades de tratamiento que habían requerido (sin asistencia domiciliaria, asistencia domiciliaria con ventilación, hospitalización y hospitalización con ventilación). El análisis de datos se realizó controlando el efecto de posibles variables como la edad, el género, la procedencia, los ingresos y el historial médico. |
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Los resultados del estudio muestran que los pacientes que habían sido hospitalizados y, sobre todo, aquellos que habían requerido además ventilación mecánica presentaban unos niveles “desproporcionadamente” elevados de síntomas de TEPT en comparación con los pacientes con síntomas leves de COVID-19 que no habían requerido hospitalización. De esta manera, uno de cada tres pacientes que fue hospitalizado y conectado a un ventilador mecánico experimentó una elevada sintomatología postraumática, en comparación con uno de cada cinco pacientes que fue ingresado en un hospital pero no requirió ventilación mecánica. Asimismo, la investigación evidenció que, en concreto, los síntomas intrusivos, en forma de flashbacks, fueron los más comunes en el grupo de pacientes con síntomas más severos de COVID-19, tales como imágenes recurrentes del entorno de la unidad de cuidados intensivos (UCI), del personal asistencial provisto con su equipo de protección personal o de otros pacientes de la UCI. Los grupos menos afectados por síntomas de TEPT fueron los pacientes que recibieron asistencia médica desde su domicilio (si bien, en este caso, también se evidenció la presencia de sintomatología postraumática asociada a esta experiencia en uno de cada seis pacientes), y los pacientes que presentaron problemas respiratorios, que, aunque no llegaron a recibir esta asistencia médica domiciliaria, uno de cada 10 experimentó sintomatología postraumática. Para los autores del estudio, estos hallazgos destacan la importancia de realizar un seguimiento de los supervivientes de la infección por COVID-19 en relación con la presencia de trastorno por estrés postraumático y justifican la necesidad de abordar los efectos indirectos de la COVID-19 en la salud mental. Fuente: INFOCOP |