martes, 17 de enero de 2023

Los riesgos del consumo de drogas con fines sexuales

 

 intervención en los problemas de consumo recreativo de drogas con fines sexuales (chemsex) no sólo se debe centrar en esta práctica sino trabajar también las cuestiones individuales asociadas al deseo, morbo, autoestima y la aceptación social de cada persona. Esta es una de las conclusiones del estudio HOMOSALUD 2021, en el que se analiza el consumo recreativo de drogas y su uso sexualizado (chemsex) en hombres gay, bisexuales y otros hombres que tienen sexo con hombres (GBHSH) de España.

Según indican los autores del informe, entre los nuevos patrones de consumo de drogas que se están produciendo entre los hombres GBHSH se encuentra el Chemsex, una práctica que implica el uso intencionado de drogas para tener relaciones sexuales por un período largo de tiempo (que puede durar varias horas hasta varios días) y que está asociado a contextos de fiestas privadas y/o locales comerciales donde se practica sexo.

 

Autor: Elijah O'Donnell Fuente: 
Pexels Fecha descarga: 12/05/2021

En estos entornos, se está introduciendo el uso de metanfetamina y mefedrona por sus efectos para exacerbar la libido, pero cuyos riesgos para la salud son muy graves debido a su rápida adicción, gran dificultad para tener relaciones sexuales de manera sobria, alto riesgo de infección por el VIH y el VHC, adquisición de ITS y algunas enfermedades como la Shigella, entre otros, de forma que el Chemsex está asociado a sobredosis, suicidios, problemas de salud mental, dificultades de rendimiento laboral, deterioro de la vida social y familiar, problemas legales, etc.

Por este motivo, constituye una prioridad de salud pública analizar el fenómeno del Chemsex y establecer estrategias adecuadas para su prevención y abordaje.

Con la finalidad de determinar la prevalencia del consumo de drogas y del Chemsex, así como analizar el perfil de los usuarios de drogas que realizan estas prácticas y otras variables que pueden ayudar a identificar factores de riesgo asociados al consumo, se realizó una evaluación cuantitativa y cualitativa a una muestra de 2843 participantes.

Tal y como se recoge en el informe, las principales conclusiones del estudio son las siguientes:

  • El 52,3% de los participantes han consumido drogas recreativas o no-legales en los últimos 12 meses, un 27,5% las ha consumido para tener sexo y el 9,4% para aumentar la duración del sexo.
  • La sustancia más consumida es el Poppers (41,1%), seguido del cannabis (28,3%) y de la cocaína (19,4%).
  • El 88,3% afirma consumir drogas para aumentar su libido, el 85,7% para desinhibirse sexualmente, el 54,3% para potenciar el placer y el 52,5% para aumentar las sensaciones.
  • El inicio y mantenimiento de la práctica del Chemsex es multifactorial, siendo las causas la búsqueda del placer, la necesidad de aceptación (o de no rechazo) y la evasión de los problemas.
  • La mayoría de sesiones de Chemsex se dan con múltiples parejas (el 72,1% con tres o más parejas), y en lugares privados como la casa de otros (83,4%) o casa propia (71,7%).
  • La facilidad en el acceso a las drogas también es un factor estructural que facilita el consumo.
  • Un 33,3% de los usuarios de Chemsex afirma haber compartido jeringuillas usadas alguna vez.

Asimismo, los resultados evidencian el gran impacto negativo a nivel sexual, mental y social de la práctica del Chemsex, de forma que:

  • Tras una sesión de Chemsex, el 75% de las personas afirma necesitar más de 2 días para recuperarse y el 8,7% de los casos señala que necesita una semana. De manera generalizada el 90,9% señalan que tras una sesión de Chemsex su estado físico se ve alterado.
  • Entre las consecuencias negativas más frecuentes se encuentra el cansancio físico, la apatía y el aislamiento social. Los usuarios de Chemsex se sienten incapaces de hacer frente a las responsabilidades familiares, sociales o laborales y esta práctica les genera problemas económicos.
  • La presencia de sobredosis en el último año es del 16,5% de los usuarios de Chemsex.
  • El 29,4% de los que practicaron Chemsex en el último año se muestran preocupados por este consumo, si bien, de todo ellos solo el 38,5% ha acudido a un servicio sanitario para solicitar ayuda.
  • Una de las barreras para el acceso a los servicios sanitarios es el miedo de los usuarios de Chemsex a ser juzgados y sufrir discriminación.
  • Las personas que consumen drogas en el contexto de la práctica de Chemsex presentan una mayor prevalencia de problemas de la salud mental, adicción al sexo, síntomas de desrealización o alucinaciones, así como pensamientos de suicidio que los usuarios que consumen drogas pero fuera de esta práctica. También se observa una mayor probabilidad de presentar enfermedades crónicas o diagnóstico de VIH, de Hepatitis C y/o de ITS.

Se puede acceder al informe en el siguiente enlace:

HOMOSALUD 2021

FUENTE: INFOCOP