Cuando experimentamos problemas de salud mental y buscamos ayuda de un médico, psiquiatra u otro profesional de la salud, es probable que nos den un diagnóstico. Esto tiene importantes consecuencias, tanto positivas como negativas. Así lo explica Mental Health Europe en su nueva guía, titulada Guía breve de diagnóstico psiquiátrico. La publicación está disponible en varios idiomas, incluido el castellano, y tiene como objetivo ayudar a las personas que reciben por primera vez un diagnóstico en salud mental a comprender su significado y estar mejor informados. Tal y como se señala en la guía, los objetivos principales de los diagnósticos psiquiátricos actuales son ayudar a los profesionales de la salud a comunicarse entre sí y determinar qué formas de tratamiento serían potencialmente mejores para prescribir. No obstante, la guía recuerda que esta etiqueta diagnóstica no confirma ningún marcador biológico, ni que los síntomas de malestar psicológico estén causados por un problema de funcionamiento a nivel cerebral de nuestro organismo.
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El recurso explica las diferencias y similitudes entre los dos manuales que se utilizan habitualmente para la clasificación diagnóstica: CIE y DSM, así como su elaboración. A este respecto, señala que: dado que no existen marcadores físicos o biológicos definidos ni pruebas para las dificultades de salud mental, los manuales se basan en las opiniones colectivas de paneles de expertos que deciden cómo describir las diferentes formas de malestar. Recopilan listas de pensamientos, sentimientos y comportamientos que se ajustan a la enfermedad que han nombrado y descrito. En la terminología médica, estas listas se describen como síntomas. En realidad, todos los síntomas los experimentan también personas que no se describen como enfermos mentales y para las que el impacto en sus vidas puede ser temporal o no problemático. Asimismo, la guía recuerda que existen otras formas de pensar y hablar sobre el sufrimiento humano, alejadas de estas clasificaciones diagnósticas. Muchas personas, incluidos psicólogos y algunos médicos, están cuestionando el valor del modelo médico. No se trata en absoluto de minimizar el dolor o el trastorno de la vida de las personas, sino de adoptar una visión menos estrecha y única del malestar mental, explica el documento. Este nuevo enfoque no pone el énfasis en qué está mal en la persona para tener esos síntomas sino en qué experiencias difíciles ha tenido que afrontar el individuo. Se puede descargar el recurso en el siguiente enlace: |
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