El trabajo muestra, por primera vez, estimaciones globales y regionales de la prevalencia de estas dos formas de violencia, generada con los datos de población de todo el mundo, que se han recopilado de forma sistemática. El informe también detalla los efectos de la violencia sobre la salud física, mental, sexual y reproductiva de las mujeres. De este modo, se ha puesto de manifiesto que la violencia contra la mujer es un problema de salud pública, así como una violación de los derechos humanos de las mujeres.
Algunos de los resultados más destacables son:
- El 35 % de las mujeres de todo el mundo han experimentado algún tipo de los dos tipos de violencia evaluados.
- La mayor parte de esta violencia, es la que se da dentro de la pareja. A nivel mundial, casi un tercio (30%) de todas las mujeres que han tenido una relación, han sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja. Si tenemos en cuenta algunas regiones concretas, el porcentaje asciende al 38%.
- A nivel global, el 38% de los asesinatos de mujeres, son cometidos por sus parejas.
- Las mujeres que han sido maltratadas física o sexualmente por sus parejas, tienen más probabilidad de tener problemas importantes de salud. Por ejemplo, son 16% más propensas a tener un bebé de bajo peso al nacer, tienen más del doble de probabilidades de tener un aborto, casi el doble de probabilidades de sufrir una depresión y, en algunas regiones, 1,5 más de probabilidad de contraer el VIH, en comparación con las mujeres que no sufren maltrato por parte de sus parejas.
- A nivel mundial, el 7% de las mujeres han sido asaltadas sexualmente por un agresor que no era su pareja. Hay pocos datos sobre los efectos en la salud de este tipo de agresiones, sin embargo, la evidencia revela que las mujeres que han sufrido este tipo de violencia son 2,3 veces más propensas a tener un consumo abusivo de alcohol y 2,6 veces más de sufrir depresión o ansiedad.
Las variaciones en la prevalencia, que se dan según los países y regiones, ponen de manifiesto que la violencia se puede prevenir (ver el mapa resumen). Para ello es necesario promover los factores económicos y socioculturales que fomenten la violencia contra las mujeres, como por ejemplo, asegurar los derechos económicos y legales de las mujeres, eliminar las desigualdades de género en el acceso al empleo o reducir la exposición infantil a la violencia.
Además de la prevención, otro objetivo pendiente del sector sanitario, es proporcionar una atención adecuada a aquellas mujeres que ya han sufrido violencia de algún tipo. Las nuevas guías clínicas y políticas de la OMS, hacen hincapié en la necesidad de integrar cuestiones relacionadas con la violencia en la formación clínica. Es importante que los profesionales de la salud entiendan la relación entre la exposición a la violencia y la mala salud de las mujeres, para que puedan detectarlo lo antes posible.
Este trabajo pone de manifiesto que la violencia contra las mujeres es un fenómeno generalizado a nivel mundial. No se trata de un pequeño problema aislado, sino que es un problema de salud pública a nivel mundial, de proporciones epidémicas y que requiere acciones inmediatas.
Para consultar el informe completo: Informe de la OMS sobre Violencia a las Mujeres
Para consultar el Mapa Resumen del Panorama Mundial de la Violencia completo: Panorama Mundial Violencia
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