El malestar emocional (distress) es la experiencia emocional desagradable que afecta al funcionamiento cognitivo, conductual, social, emocional y espiritual. Es un elemento capital para valorar la salud y el bienestar de los pacientes con cáncer. El nivel de malestar emocional puede aliviarse o exacerbarse en las distintas fases o momentos del tratamiento oncológico. A lo largo del tratamiento de radioterapia se encuentra que el 63% de los pacientes presenta malestar en algún momento del proceso, y alcanza niveles clínicos hasta en un 47% de los casos.
Los factores de vulnerabilidad principales para el malestar emocional son: ser más joven, soltero, con redes de apoyo social reducidas, menor nivel educativo, psicopatología previa, dificultades para el acceso a la asistencia médica, presentar efectos colaterales negativos por los tratamientos, y un peor pronóstico médico.
La ausencia de una adecuada valoración de las necesidades psicológicas de los pacientes con cáncer, implica un mal uso de los recursos asistenciales; por ejemplo, que los sanitarios sólo envíen al paciente al psicólogo o psiquiatra, cuando ven que el paciente está severamente ansioso, deprimido, con ideación suicida, o cuando ya tiene un alto nivel malestar emocional y se manifiestan conflictos familiares, o bien, simplemente, cuando el cáncer está muy avanzado y el médico se ve en la difícil situación de comunicar a los pacientes que se han agotado los tratamientos activos.
A pesar de la alta prevalencia de trastornos psicopatológicos y de síntomas de ansiedad y depresión, y de ser el malestar emocional uno de los efectos más evidentes de tener un cáncer, la evaluación y asistencia específica a estas necesidades psicológicas, es deficitaria, de modo que aunque la mitad de los pacientes de cáncer requieren algún tipo de intervención psicológica, sólo uno de cada diez accede a ella. Las dificultades para el acceso a la atención psicológica se deben a la insuficiencia de profesionales psicooncólogos. A la que se une un déficit en la detección del malestar emocional y la derivación a los dispositivos de atención, por la falta de entrenamiento del personal sanitario, la alta presión asistencial, y la ausencia de protocolos de derivación basados en instrumentos de detección o screening del malestar emocional.
Un adecuado protocolo de screening del malestar emocional y derivación permitiría: a) que los pacientes reciban la atención psicológica desde las fases más tempranas del tratamiento médico; b) programar la atención sanitaria para los pacientes con elevado malestar psicológico sin costosos procedimientos de evaluación, y c) reducir los costes sanitarios.
La implantación de un protocolo de screening y derivación requiere un mínimo entrenamiento para los sanitarios, y la aplicación de instrumentos breves, sencillos de aplicar, aceptados por los pacientes, que se puedan aplicar de modo continuado y que sean validos en Oncología. En la actualidad disponemos de instrumentos que cumplen todas estas características, tales como la escala de Ansiedad y Depresión Hospitalaria o el Listado Breve de Síntomas (BSI-18), que pueden aplicar en 3-4 minutos. E incluso, disponemos de instrumentos más cortos que se han demostrado útiles, como son: El termómetro de Malestar Emocional (DT - Distress Thermometer); un cuestionario de una sola pregunta para valorar la depresión "¿Está usted deprimido?” de Chochinov y sus colaboradores, para la valoración de pacientes hospitalizados, y en tratamiento paliativo.
En esta línea, el profesor Bayés y sus colaboradores, demostraron que una simple pregunta sobre la percepción que tiene el paciente del paso del tiempo (largo, corto), seguida de otra sobre la razón de percibirlo así, era una forma sencilla de evaluar el bienestar o el sufrimiento percibido, a la vez que un modo de acercamiento terapéutico a la persona evaluada. Asimismo, Jorge Maté y colaboradores han presentado un instrumento de Detección del Malestar Emocional en pacientes en la fase final de la vida.
Por nuestra parte, hemos encontrado que un instrumento ultracorto puede predecir el malestar emocional y psicopatología evaluados con la Entrevista Neuropsiquiátrica Internacional (International Neuropsychiatric Interview – MINI), y criterios DSM-IV-TR, en un grupo de 235 pacientes con tipos mixtos de cáncer, al inicio del tratamiento de radioterapia. Esta herramienta -el PAD-, consiste en que el paciente responde a las preguntas “¿Está usted ansioso?”, y “¿Está usted deprimido?”, de forma simple con un Sí, o un No, a lo que se añade, una escala Likert de intensidad, con distintos puntos de corte. Con ello se obtiene una puntuación para la medida de ansiedad y otra para la depresión; se puede utilizar la puntuación global de las dos preguntas como una medida general del malestar emocional.
Es necesario implantar un protocolo de screening de malestar emocional en pacientes de cáncer en los servicios oncológicos, que permita detectar las personas que precisan intervención psicológica del modo más temprano, antes de se cronifiquen o agraven los problemas. Los métodos de evaluación psicológica actuales avalan su eficacia. La puesta en marcha del protocolo está disponible, es sencilla, es óptima en términos coste-beneficio, y sobre todo permite el alivio del sufrimiento, que es algo a lo que todos tenemos derecho. (*)
El artículo completo puede encontrarse en la Revista Psicooncología:
Hernández, M.; Cruzado, J.A.; Prado, M.C.; Rodríguez, E.; Hernández, C.; González, M.A. y Martín, J.C. (2012). Salud Mental y Malestar emocional en pacientes con cáncer. Psicooncología, Vol 9 (2-3), pp. 299-316.
FUENTE: INFOCOP
Hernández, M.; Cruzado, J.A.; Prado, M.C.; Rodríguez, E.; Hernández, C.; González, M.A. y Martín, J.C. (2012). Salud Mental y Malestar emocional en pacientes con cáncer. Psicooncología, Vol 9 (2-3), pp. 299-316.
FUENTE: INFOCOP
No hay comentarios:
Publicar un comentario