Actualmente, el embarazo es considerado tan sólo un proceso físico. Las mujeres deben afrontar en soledad sus temores y emociones, ya que estos sentimientos pasan desapercibidos para el resto de la sociedad.
Antiguamente, las embarazadas estaban arropadas por una red de mujeres que las apoyaban y ayudaban en este proceso vital. Eran sus doulas. Madres que, habiendo pasado ya por esa situación, sabían de los miedos, inseguridades y sentimientos contradictorios que plantea el nacimiento de un bebé.
Las doulas han existido siempre. En algunas culturas, nunca han desaparecido. En otras, como la nuestra, empiezan a resurgir ante la falta de apoyo emocional en un momento tan delicado para la mujer.
La doula actual es una mujer, en la mayoría de los casos, también madre, que ha adquirido conocimientos sobre la fisiología del embarazo, parto y postparto, lactancia, puericultura y educación prenatal a través de una formación específica. Su función es proporcionar a la futura mamá la información que necesite y el apoyo físico y emocional para que la crisis vital que supone la maternidad sea una experiencia plena y satisfactoria.
Numerosos estudios han reconocido la importancia de esta figura en el momento del parto, dándose reducciones de hasta un 50% en la tasa de cesáreas, trabajo de parto un 25% más corto o un 40% menos de peticiones de epidural*.
Aunque en España, esta figura es aún bastante desconocida, en países como Estados Unidos o Inglaterra, la doula acompaña la mayoría de los partos. Y en otros, como Holanda, este servicio está cubierto por la seguridad social.
* Klaus, M. y Kennel, J. (1988). “Paradigma Perinatal”. Clínicas de Perinatología. Vol. 4 p. 827-841. Edit. Interamericana, en (Aranovich, 2002)
* A Doula Makes the Difference por Nugent, publicado en Mothering Magazine, March-April 1998.
* A Doula Makes the Difference por Nugent, publicado en Mothering Magazine, March-April 1998.
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