Tal y como ya informó Infocop Online en su momento, esta investigación, pionera en España, se llevó a cabo con el fin de dilucidar la eficacia del Neurofeedback en el tratamiento del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención con Hiperactividad) frente al tratamiento conductual y al farmacológico.
Los resultados de este estudio se presentarán el próximo mes de noviembre en el IV Symposium Nacional de Psicología Clínica y de la Salud con niños y adolescentes, organizado por el Grupo de Investigación Análisis, Intervención y Terapia Aplicada con Niños y Adolescentes (AITANA), de la Universidad Miguel Hernández, que tendrá lugar en Elche (Alicante) entre los días 13, 14 y 15, un evento que, como en años anteriores, reúne a profesionales de enorme prestigio para dar a conocer los trabajos más recientes en el ámbito de la salud mental infanto-juvenil.
Con el fin de profundizar más en el tema de la hiperactividad, Infocop Online ha querido entrevistar a la autora principal del estudio, Inmaculada Moreno García, profesora titular en la Facultad de Psicología de la Universidad de Sevilla, experta en la evaluación, prevención e intervención sobre el trastorno por déficit de atención con hiperactividad, que participará como ponente en este Symposium anual.
ENTREVISTA
Para introducir el tema, ¿podría decirnos cómo se detecta el TDAH?
La detección del TDAH tiene su inicio en la sospecha manifestada por los padres y justificada por la voz de alarma de los profesores del niño, preocupados por la inquietud excesiva, no sujeta a normas, que éste manifiesta, así como por sus escasos progresos académicos.
Hasta la fecha no existen marcadores psicológicos o biológicos que permitan identificar de forma fiable este trastorno, por tal motivo es imprescindible llevar a la práctica un protocolo de evaluación que incluya administración de pruebas al niño, entrevista y escalas conductuales a padres y profesores y consideración de otros indicadores como rendimiento académico. La identificación del trastorno resulta, pues, de la administración de distintas pruebas psicológicas encaminadas a evaluar déficits atencionales y control inhibitorio, además de la posible afectación en otras áreas del funcionamiento psicológico del menor.
A este respecto, ¿son fiables las respuestas proporcionadas por los padres y profesores tanto en las entrevistas como en las escalas de conducta? ¿Qué papel juegan las clasificaciones diagnósticas, tales como el DSM y la CIE?
La información obtenida por los adultos es imprescindible para establecer el diagnóstico de TDAH, de ahí la necesidad de administrar escalas conductuales específicas a padres y profesores. Ahora bien, el protocolo debiera incluir a ambos adultos y contrastar la información proporcionada por unos y otros.
Hay que tener en cuenta que las alteraciones conductuales y los problemas de atención se manifiestan en el ámbito familiar y escolar, y los parámetros de referencia a partir de los cuales los adultos valoran el comportamiento del menor difieren de un contexto a otro. Por tal motivo, no resulta suficiente estimar la existencia de déficit de atención y dificultades de inhibición conductual a partir de los informes proporcionados únicamente por los padres. Si se procede de este modo, el riesgo de identificar casos falsos positivos aumenta significativamente. Si el niño padece el trastorno, es posible que ambos informantes coincidan en la sintomatología que éste presenta, ahora bien, los profesores probablemente harán más hincapié en los déficits atencionales y los padres subrayarán la hiperactividad motora.
Como experta en el tema, ¿qué papel desempeñan o deben desempeñar los psicólogos y psicólogas en el diagnóstico y tratamiento del TDAH?
El papel de los psicólogos es imprescindible en ambos procesos. El psicólogo ha de administrar las pruebas psicológicas validadas para confirmar si la sospecha inicial corresponde al trastorno TDAH y establecer en este caso el diagnóstico. Ahora bien, su tarea no se circunscribe a la administración de los instrumentos seleccionados, además ha de integrar y armonizar esa información con los datos escolares, rendimiento intelectual, etc. En caso de confirmación del diagnóstico, el psicólogo ha de proponer el tratamiento más idóneo.
La intervención de este profesional en el tratamiento del TDAH es esencial, su trabajo en este ámbito está avalado por las investigaciones científicas de las últimas décadas que muestran cómo los tratamientos psicológicos cuentan con apoyo científico y, por tanto, están recomendados como opción terapéutica eficaz respecto a este trastorno. Los estudios sobre intervenciones no farmacológicas en el tratamiento de TDAH muestran que las intervenciones psicológicas que incluyen técnicas conductuales (modificación de conducta, programas implementados en el colegio y entrenamiento a padres y neurofeedback) han mostrado eficacia en estos casos. De este modo, la intervención del psicólogo en el tratamiento del TDAH está respaldada por la evidencia científica.
A este respecto, me gustaría precisar que, teniendo en cuenta la complejidad sintomatológica del trastorno, su comorbilidad asociada y el carácter crónico del mismo, es imprescindible llevar a la práctica tratamientos psicológicos multimodales, heterogéneos en cuanto a técnicas y diversificados respecto a destinatarios, además del propio paciente con TDAH. La administración de estos programas requiere que el psicólogo desarrolle tareas de coordinación e implementación de las intervenciones en contextos naturales, por tal motivo, resulta imprescindible que este profesional adquiera previamente formación específica sobre la naturaleza del trastorno y las terapias psicológicas recomendadas por las guías clínicas para el TDAH. Estas guías sugieren que los tratamientos del TDAH sean administrados por profesionales con experiencia en este trastorno.
Del mismo modo, el niño o el adolescente con TDAH han de recibir una atención especial en la escuela. En relación con ello, ¿cuál sería el papel del psicólogo educativo en este campo?
A mi juicio, el psicólogo en este ámbito debiera proponer y apoyar iniciativas y adaptaciones curriculares específicas para cada alumno con TDAH, favoreciendo y estimulando de este modo, el progreso académico y la adaptación escolar de estos niños. Es imprescindible que supervise y realice seguimiento de dichas adaptaciones, asegurando que se llevan a la práctica con éxito.
Por otro lado, no podemos obviar las tareas de asesoramiento y apoyo al profesor con alumnos TDAH en el aula. Es imprescindible, asimismo, que desarrolle un trabajo de mediación y coordinación entre los padres de estos alumnos y el profesorado del centro escolar.
Los últimos datos del Informe del Observatorio Europeo de Políticas y Sistemas Sanitarios de la OMS, indican un aumento significativo de prescripciones de psicofármacos directamente proporcional al número de diagnósticos de hiperactividad. ¿Cuál es su opinión al respecto?¿Considera que los fármacos son siempre necesarios?
La administración de fármacos es una práctica extendida para tratar este trastorno. Se trata de la opción habitualmente recomendada en estos casos, aunque los efectos de los psicofármacos a largo plazo no han sido bien establecidos, y la medicación estimulante no siempre es aceptada por padres, niños y profesionales clínicos debido a los posibles efectos adversos asociados. Por esta razón, se recomienda la aplicación combinada de tratamiento farmacológico y terapia conductual en el caso de mayor severidad de los síntomas característicos y afectación del funcionamiento general del niño. Distintas investigaciones han puesto de manifiesto que la combinación de psicoestimulantes y terapia de conducta resulta más eficaz que la administración única de medicación, tanto para reducir los síntomas característicos del TDAH como las conductas negativistas desafiantes, con frecuencia comórbidas, en estos casos.
En mi opinión, la prescripción de fármacos debiera estar sujeta a las recomendaciones de las Guías Clínicas sobre el TDAH. En general, queda claro que los psicofármacos no son la primera opción en todos los casos y, sin lugar dudas, no están recomendados en los supuestos únicamente de sospecha de TDAH o en menores de 5 años. En líneas generales, su recomendación está supeditada al deterioro que conlleva el trastorno y siempre en combinación con terapias psicológicas que incluyan entrenamiento conductual de padres e intervenciones escolares.
Usted ha estudiado la eficacia del Neurofeedback en el abordaje del TDAH. ¿Podría explicarnos en qué consiste esta técnica y qué ventajas presenta frente a otros tratamientos?
Se trata de una técnica de biofeedback basada en el registro de la actividad eléctrica del cerebro. Se realiza un entrenamiento individualizado encaminado a modificar o introducir cambios en el patrón electroencefalográfico característico de los pacientes con TDAH, cuando se administra en estos casos. El Neurofeedback está considerado hasta la fecha, tratamiento probablemente eficaz para este trastorno.
Las investigaciones realizadas han estudiado fundamentalmente su eficacia respecto al Tratamiento Farmacológico. En estos casos, los resultados obtenidos no muestran diferencias entre los grupos de tratamiento, concluyéndose que el Neurofeedback constituye una alternativa eficaz para aquellos niños que no responden a la medicación (aproximadamente el 20%) y en aquellos casos, que los padres rehúsan la terapia farmacológica, teniendo en cuenta que sus efectos pueden ser similares a los que origina la medicación en inatención e impulsividad.
Sin embargo, son escasas las investigaciones que analizan la eficacia del Neurofeedback respecto a Terapia de Conducta cuando ambas opciones se administran por separado. En la Universidad de Sevilla hemos realizado una investigación para comparar los efectos, en los síntomas característicos del TDAH, de las tres opciones terapéuticas recomendadas, administradas por separado, Tratamiento Farmacológico, Terapia de Conducta y Neurofeedback. Los resultados obtenidos coinciden con los hallazgos previos, el Neurofeedback constituye una alternativa idónea para mejorar los problemas atencionales y puede administrarse en un programa multimodal que incluya Entrenamiento Conductual a padres.
Recientemente, el Gobierno ha hecho pública la intención de actualizar la Guía de Práctica Clínica sobre el TDAH del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad a lo largo de este año 2014. ¿Qué cambios introduciría a fin de mejorar la versión actual?
Tal como indiqué en Abril de 2011, la Guía publicada el año anterior dejaba numerosas cuestiones pendientes, especialmente referidas a los tratamientos psicológicos y a la implicación del psicólogo en la puesta en práctica de los mismos. Algunas de las cuestiones que, en mi opinión, debiera atender la nueva versión se refieren a:
Respecto al TDAH, esta inclusión repercutirá creando el marco común para que todas las administraciones educativas, sin excepción y sin discusión, reconozcan y asuman las dificultades atencionales y conductuales que los niños con TDAH presentan, y lleven a la práctica estrategias y adaptaciones curriculares y ambientales que permitan a estos alumnos mejorar su rendimiento académico, aminorar sus limitaciones atencionales y adaptar su comportamiento a las exigencias escolares.
Sabemos que usted participará como ponente en el IV Symposium Nacional de Psicología Clínica y de la Salud con niños y adolescentes, que tendrá lugar en Elche los próximos días 13, 14 y 15 de noviembre. ¿Podría adelantarnos sobre qué temas versará su ponencia?
Hablaré sobre los resultados existentes acerca de la eficacia de los tratamientos psicológicos administrados en TDAH. Expondré algunos de los hallazgos que hemos obtenido en la Universidad de Sevilla, tras la administración individualizada de Neurofeedback y Terapia de Conducta.
Como antes he mencionado, no existen hasta la fecha investigaciones que comparen estas opciones cuando se administran por separado. Los resultados que hemos hallado muestran que se trata de alternativas que pueden administrarse en un programa de tratamiento combinado, la Terapia de Conducta obtiene buenos resultados cuando se incluye el Entrenamiento a padres y profesores, y el Neurofeedback mejora la atención e impulsividad de los niños que reciben este tratamiento.
Toda la información relativa al congreso podrá encontrarla el lector a través del siguiente enlace: http://psicologiainfantil.umh.es/
La información obtenida por los adultos es imprescindible para establecer el diagnóstico de TDAH, de ahí la necesidad de administrar escalas conductuales específicas a padres y profesores. Ahora bien, el protocolo debiera incluir a ambos adultos y contrastar la información proporcionada por unos y otros.
Hay que tener en cuenta que las alteraciones conductuales y los problemas de atención se manifiestan en el ámbito familiar y escolar, y los parámetros de referencia a partir de los cuales los adultos valoran el comportamiento del menor difieren de un contexto a otro. Por tal motivo, no resulta suficiente estimar la existencia de déficit de atención y dificultades de inhibición conductual a partir de los informes proporcionados únicamente por los padres. Si se procede de este modo, el riesgo de identificar casos falsos positivos aumenta significativamente. Si el niño padece el trastorno, es posible que ambos informantes coincidan en la sintomatología que éste presenta, ahora bien, los profesores probablemente harán más hincapié en los déficits atencionales y los padres subrayarán la hiperactividad motora.
Como experta en el tema, ¿qué papel desempeñan o deben desempeñar los psicólogos y psicólogas en el diagnóstico y tratamiento del TDAH?
El papel de los psicólogos es imprescindible en ambos procesos. El psicólogo ha de administrar las pruebas psicológicas validadas para confirmar si la sospecha inicial corresponde al trastorno TDAH y establecer en este caso el diagnóstico. Ahora bien, su tarea no se circunscribe a la administración de los instrumentos seleccionados, además ha de integrar y armonizar esa información con los datos escolares, rendimiento intelectual, etc. En caso de confirmación del diagnóstico, el psicólogo ha de proponer el tratamiento más idóneo.
La intervención de este profesional en el tratamiento del TDAH es esencial, su trabajo en este ámbito está avalado por las investigaciones científicas de las últimas décadas que muestran cómo los tratamientos psicológicos cuentan con apoyo científico y, por tanto, están recomendados como opción terapéutica eficaz respecto a este trastorno. Los estudios sobre intervenciones no farmacológicas en el tratamiento de TDAH muestran que las intervenciones psicológicas que incluyen técnicas conductuales (modificación de conducta, programas implementados en el colegio y entrenamiento a padres y neurofeedback) han mostrado eficacia en estos casos. De este modo, la intervención del psicólogo en el tratamiento del TDAH está respaldada por la evidencia científica.
A este respecto, me gustaría precisar que, teniendo en cuenta la complejidad sintomatológica del trastorno, su comorbilidad asociada y el carácter crónico del mismo, es imprescindible llevar a la práctica tratamientos psicológicos multimodales, heterogéneos en cuanto a técnicas y diversificados respecto a destinatarios, además del propio paciente con TDAH. La administración de estos programas requiere que el psicólogo desarrolle tareas de coordinación e implementación de las intervenciones en contextos naturales, por tal motivo, resulta imprescindible que este profesional adquiera previamente formación específica sobre la naturaleza del trastorno y las terapias psicológicas recomendadas por las guías clínicas para el TDAH. Estas guías sugieren que los tratamientos del TDAH sean administrados por profesionales con experiencia en este trastorno.
Del mismo modo, el niño o el adolescente con TDAH han de recibir una atención especial en la escuela. En relación con ello, ¿cuál sería el papel del psicólogo educativo en este campo?
A mi juicio, el psicólogo en este ámbito debiera proponer y apoyar iniciativas y adaptaciones curriculares específicas para cada alumno con TDAH, favoreciendo y estimulando de este modo, el progreso académico y la adaptación escolar de estos niños. Es imprescindible que supervise y realice seguimiento de dichas adaptaciones, asegurando que se llevan a la práctica con éxito.
Por otro lado, no podemos obviar las tareas de asesoramiento y apoyo al profesor con alumnos TDAH en el aula. Es imprescindible, asimismo, que desarrolle un trabajo de mediación y coordinación entre los padres de estos alumnos y el profesorado del centro escolar.
Los últimos datos del Informe del Observatorio Europeo de Políticas y Sistemas Sanitarios de la OMS, indican un aumento significativo de prescripciones de psicofármacos directamente proporcional al número de diagnósticos de hiperactividad. ¿Cuál es su opinión al respecto?¿Considera que los fármacos son siempre necesarios?
La administración de fármacos es una práctica extendida para tratar este trastorno. Se trata de la opción habitualmente recomendada en estos casos, aunque los efectos de los psicofármacos a largo plazo no han sido bien establecidos, y la medicación estimulante no siempre es aceptada por padres, niños y profesionales clínicos debido a los posibles efectos adversos asociados. Por esta razón, se recomienda la aplicación combinada de tratamiento farmacológico y terapia conductual en el caso de mayor severidad de los síntomas característicos y afectación del funcionamiento general del niño. Distintas investigaciones han puesto de manifiesto que la combinación de psicoestimulantes y terapia de conducta resulta más eficaz que la administración única de medicación, tanto para reducir los síntomas característicos del TDAH como las conductas negativistas desafiantes, con frecuencia comórbidas, en estos casos.
En mi opinión, la prescripción de fármacos debiera estar sujeta a las recomendaciones de las Guías Clínicas sobre el TDAH. En general, queda claro que los psicofármacos no son la primera opción en todos los casos y, sin lugar dudas, no están recomendados en los supuestos únicamente de sospecha de TDAH o en menores de 5 años. En líneas generales, su recomendación está supeditada al deterioro que conlleva el trastorno y siempre en combinación con terapias psicológicas que incluyan entrenamiento conductual de padres e intervenciones escolares.
Usted ha estudiado la eficacia del Neurofeedback en el abordaje del TDAH. ¿Podría explicarnos en qué consiste esta técnica y qué ventajas presenta frente a otros tratamientos?
Se trata de una técnica de biofeedback basada en el registro de la actividad eléctrica del cerebro. Se realiza un entrenamiento individualizado encaminado a modificar o introducir cambios en el patrón electroencefalográfico característico de los pacientes con TDAH, cuando se administra en estos casos. El Neurofeedback está considerado hasta la fecha, tratamiento probablemente eficaz para este trastorno.
Las investigaciones realizadas han estudiado fundamentalmente su eficacia respecto al Tratamiento Farmacológico. En estos casos, los resultados obtenidos no muestran diferencias entre los grupos de tratamiento, concluyéndose que el Neurofeedback constituye una alternativa eficaz para aquellos niños que no responden a la medicación (aproximadamente el 20%) y en aquellos casos, que los padres rehúsan la terapia farmacológica, teniendo en cuenta que sus efectos pueden ser similares a los que origina la medicación en inatención e impulsividad.
Sin embargo, son escasas las investigaciones que analizan la eficacia del Neurofeedback respecto a Terapia de Conducta cuando ambas opciones se administran por separado. En la Universidad de Sevilla hemos realizado una investigación para comparar los efectos, en los síntomas característicos del TDAH, de las tres opciones terapéuticas recomendadas, administradas por separado, Tratamiento Farmacológico, Terapia de Conducta y Neurofeedback. Los resultados obtenidos coinciden con los hallazgos previos, el Neurofeedback constituye una alternativa idónea para mejorar los problemas atencionales y puede administrarse en un programa multimodal que incluya Entrenamiento Conductual a padres.
Recientemente, el Gobierno ha hecho pública la intención de actualizar la Guía de Práctica Clínica sobre el TDAH del Ministerio de Sanidad, Política Social e Igualdad a lo largo de este año 2014. ¿Qué cambios introduciría a fin de mejorar la versión actual?
Tal como indiqué en Abril de 2011, la Guía publicada el año anterior dejaba numerosas cuestiones pendientes, especialmente referidas a los tratamientos psicológicos y a la implicación del psicólogo en la puesta en práctica de los mismos. Algunas de las cuestiones que, en mi opinión, debiera atender la nueva versión se refieren a:
- Mejorar la correspondencia entre las evidencias científicas consultadas y las recomendaciones planteadas.
- Describir con rigor los tratamientos psicológicos, haciendo hincapié en las evidencias científicas acumuladas en las últimas décadas y subrayando directrices para facilitar su aplicación clínica.
- Atender a los avances logrados en técnicas como Neurofeedback. Indicar su apoyo científico y las recomendaciones para la administración de ese tratamiento en casos de TDAH.
- Asegurar la relevancia y vinculación entre los interrogantes planteados en la guía y las respuestas basadas en la opinión de expertos. En la versión publicada en 2010 se apreciaba dos partes apenas convergentes, por un lado, las recomendaciones y sugerencias propuestas, no apoyadas en evidencias empíricas y por otro, los interrogantes sugeridos, a los que la guía pretendía dar respuesta.
- Incorporar un número más amplio de profesionales de la Psicología que realicen nuevas y actualizadas aportaciones, a fin de ampliar los conocimientos científicos acumulados en los últimos años por esta disciplina y favorecer, asimismo, el debate entre distintos profesionales implicados en la atención a los pacientes con TDAH.
Respecto al TDAH, esta inclusión repercutirá creando el marco común para que todas las administraciones educativas, sin excepción y sin discusión, reconozcan y asuman las dificultades atencionales y conductuales que los niños con TDAH presentan, y lleven a la práctica estrategias y adaptaciones curriculares y ambientales que permitan a estos alumnos mejorar su rendimiento académico, aminorar sus limitaciones atencionales y adaptar su comportamiento a las exigencias escolares.
Sabemos que usted participará como ponente en el IV Symposium Nacional de Psicología Clínica y de la Salud con niños y adolescentes, que tendrá lugar en Elche los próximos días 13, 14 y 15 de noviembre. ¿Podría adelantarnos sobre qué temas versará su ponencia?
Hablaré sobre los resultados existentes acerca de la eficacia de los tratamientos psicológicos administrados en TDAH. Expondré algunos de los hallazgos que hemos obtenido en la Universidad de Sevilla, tras la administración individualizada de Neurofeedback y Terapia de Conducta.
Como antes he mencionado, no existen hasta la fecha investigaciones que comparen estas opciones cuando se administran por separado. Los resultados que hemos hallado muestran que se trata de alternativas que pueden administrarse en un programa de tratamiento combinado, la Terapia de Conducta obtiene buenos resultados cuando se incluye el Entrenamiento a padres y profesores, y el Neurofeedback mejora la atención e impulsividad de los niños que reciben este tratamiento.
Toda la información relativa al congreso podrá encontrarla el lector a través del siguiente enlace: http://psicologiainfantil.umh.es/
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