“No podremos celebrar nada hasta alcanzar el suicidio cero“, sentencia Mercedes Navío, psiquiatra, con motivo de la celebración, este sábado, del Día Mundial para la Prevención del Suicidio. Diversas organizaciones y profesionales del sector tratan de concienciar e informar sobre esta realidad.
“Jamás. Nunca. Bajo ningún concepto, una tentativa de suicidio debe banalizarse. Es, de hecho, el mejor indicador preventivo para frenar esta realidad”, dice la psiquiatra.
Una persona que duda de su propia permanencia en este mundo, es una persona “desesperanzada”, señala Mar Segovia, directora del Instituto de Trabajo Social y de Servicios Sociales (Intress). “La persona no desea morir, sino escapar de una situación de sufrimiento insoportable“.
Los datos de este instituto, son el 80% de las personas que se quitan la vida acuden a su médico en los seis meses previos a su suicidio. Entre el 40% y el 50% de ellos, lo hace incluso una semana antes del acto. Esta realidad demuestra que la prevención es posible.
“El suicidio es la primera causa de muerte externa, por encima de accidentes de tráfico, homicidios y accidentes laborales”, afirma Mercesdes Navío, quien asegura que el tabú que envuelve a esta realidad no hace sino perjudicar la forma de abordarla.
“En el año 2012, se suicidaron 3.539 personas. Tan sólo un año después, esta cifra se incrementó en 331 personas. Una situación que de darse en un ámbito como el de tráfico, habría ocasionado la destitución de buena parte de la cúpula de la Dirección General de Tráfico (DGT)”, ejemplifica José Ramón Pagés, coordinador nacional de Anaed, fundación que combate la depresión.
“El suicidio ha aumentado un 60 % en los últimos 45 años. Supera en el mundo a todos los muertos por guerra y homicidios juntos. Por cada suicidio que se produce en España, se dan 20 intentos. Es decir, 78.200 intentos cada año. Se calcula que hoy se producirán 10 muertes por suicidio en nuestro país”, explica Pagés.
Según la Fundación Anaed, las provincias con mayor tasa de suicidios por cada 100.000 habitantes son:Soria (18,6), Lugo (17,9) y La Coruña (15,1). Las que menos, Palencia (4,8), Badajoz (4,9) y Madrid (5,3).
Los factores que evidencian tendencias autolesivas y autodestructivas son varios y nunca responden a un único elemento, ya sea interno o externo, señala Navío. “El 90% de los afectados tiene una enfermedad mental, el resto cuadros depresivos de distinta naturaleza. Puede tratarse de: trastorno bipolar, trastorno límite de la personalidad o adicción a sustancias”.
“Existen elementos o semáforos que pueden hacer saltar las alarmas de que hay algún problema”, explica José Manuel Cañamares, director de Salud Mental de Intress, que ha detectado tres elementos principales que están presentes en todos los intentos de suicidio, informa Europa Press.
El primero es la desesperanza, cuando se da en el sujeto una constricción de posibilidades y una falta de alternativas, lo que hace que la persona quiera escapar de un sufrimiento insoportable y no vea otra salida sino la muerte.
A ello se une la impulsividad, ya que en todo intento autolítico hace falta “una fuerza o un impulso para llevarlo a cabo”, explica Carlos Salamero, director del Centro de Rehabilitación Psicosocial Martínez Campos. Sin embargo, añade, que este impulso “pasa en unos minutos o en unas pocas horas”.
Asimismo, también es clave la ambivalencia, ya que se dice que la persona no desea morir sino escapar de una situación de sufrimiento insoportable, una “ambivalencia entre querer vivir y querer morir” que los expertos creen que se puede utilizar en la intervención.
Identificados esos factores, el suicidio es prevenible, según estos expertos, a veces con medidas sencillas como la compañía. “El apoyo emocional es clave, poder hablar y compartir el problema y conocer la angustia”, según Salamero.
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