jueves, 8 de septiembre de 2016

Los conflictos cognitivos relacionados con el sentido de coherencia personal pueden influir en la depresión

La depresión es un trastorno muy perturbador y persistente y las personas que lo sufren anhelan mejorar su estado de ánimo. Pero esta necesidad de cambio se encuentra a menudo en conflicto con su necesidad de continuidad personal, de coherencia en su sentido de identidad, tal como revela nuestro estudio publicado en el British Journal of Clinical Psychology titulado Conflictos cognitivos en la depresión mayor: entre el cambio deseado y la coherencia personal.

Se evaluaron cuidadosamente 161 pacientes con el diagnóstico de Trastorno Depresivo Mayor realizado con el SCID-I, registrando además su nivel de síntomas (BDI-II) y aplicando la Técnica de Rejilla para el estudio sistemático de las percepciones del sí mismo y de los otros significativos.
Al comparar los datos obtenidos con una muestra comunitaria se encontraron dilemas implicativos en más de dos tercios de los pacientes con depresión, en contraste con un tercio de los controles.

Basándose en la Teoría de los Constructos Personales, predecesora de los enfoques cognitivos en personalidad y de las terapias cognitivas, se define un dilema implicativo como un tipo de conflicto cognitivo en el que un constructo personal (llamado “discrepante”) en el que la persona desea cambiar (p. ej., “triste-feliz”, el “yo actual” definido como “triste” y el “yo ideal” como “feliz”) está asociado a otro constructo (llamado “congruente”) en el que la persona no desea cambiar (“se preocupa por los demás-egoísta”, tanto el “yo actual” como el “yo ideal” colocados en el primer polo, o sea, la persona considera ser “egoísta” como algo indeseable). Y esta estructuración de significados personales supone un dilema para la persona puesto que el cambio deseado (ser más “feliz”) implica otro cambio no deseado (ser más “egoísta”) y parecerse más a aquellos que en su círculo familiar y relacional considera alejados de su ideal (los “egoístas”).

De esta forma, el cambio es percibido de forma conflictiva. Por una parte es deseado (eso es lo que los pacientes manifiestan al consultar) pero, por otra, es vivido como una amenaza para la continuidad el sentido de identidad personal.
Desde hace más de cien años, existen teorías psicológicas que señalan los conflictos internos como un factor sustancial para comprender el sufrimiento psíquico y los trastornos mentales. Aun así, son muy escasos los métodos desarrollados para evaluar dichos conflictos y ello ha sido un obstáculo para poder establecer su impacto en el bienestar humano. En este estudio se ha empleado la Técnica de la Rejilla, creada hace décadas por George Kelly, para detectar conflictos entre los constructos empleados por la persona para dar sentido al sí mismo y a su mundo interpersonal.

Lo más importante de este método es que emplea las mismas palabras con las que cada persona expresa sus percepciones, sus constructos personales. Cada persona puede tener un dilema implicativo distinto, pero lo que se encontró en este estudio es que más de dos tercios de las personas afectadas de depresión mayor presentaban al menos uno de estos dilemas, cada uno con su contenido específico.

Asimismo, el estudio presenta los resultados de un análisis de contenido de los constructos que forma los dilemas implicativos de los pacientes y los compara al contenido de los dilemas de los controles.

Este estudio no sólo ofrece un nuevo elemento a tener en cuenta en los modelos psicológicos de la depresión sino que también ofrece una nueva diana para la intervención terapéutica.

En efecto, los miembros del Proyecto Multicéntrico Dilema llevan años desarrollando manuales específicos de intervención centrada en dilemas pensados como complemento a los ingredientes habituales de las terapias psicológicas. La idea esencial es que si un paciente presenta dilemas en su sistema de significados personales, abordarlos de forma terapéutica puede potenciar de forma significativa el proceso de cambio.

El artículo al que se hace referencia puede encontrarse en la Revista British Journal of Clinical Psychology:



Guillem Feixas. Catedrático del Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología (Sección Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos) de la Universidad de Barcelona (UB). Instituto de Neurociencias (UB). Coordinador del grupo de investigación en Intervención en Psicología Clínica y de la Salud de la UB. Director del Máster en Terapia Cognitivo Social y otros títulos propios de la UB.
Adrián Montesano. Investigador posdoctoral del Centro de Investigación en Psicología, Unidad de investigación en psicoterapia y psicopatologia, Escuela de Psicología de la Universidade do Minho (Portugal). Director del Máster en Terapia Sexual y de Pareja de la UB.
Victoria Compañ. Profesora asociada del Departamento de Psicología Clínica y Psicobiología (Sección Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos) de la Universidad de Barcelona. Máster en Terapia Cognitivo Social. Imparte docencia y realiza supervisión clínica en éste y otros masters.
Marta Salla. Psicóloga, terapeuta familiar y doctoranda en el programa de Personalidad y Comportamiento de la Universidad de Barcelona.
Clara Paz. Becaria pre-doctoral. Doctoranda en el programa de Personalidad y Comportamiento de la Universidad de Barcelona. Su tesis se centra en el cambio de los conflictos cognitivos  en el proceso psicoterapéutico y su incidencia sobre el cambio en los síntomas y el malestar psicológico en la depresión.
Joan Guàrdia. Catedrático de la Facultad de Psicologia. Instituto de Neurociencias. Universidad de Barcelona.

FUENTE: INFOCOP

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