| |||||
La investigación sobre el efecto de la implicación familiar en los resultados educativos tiene una tradición centenaria. En 1916 E.C. Brooks publicó en The Elementary School Journal un artículo que podría considerarse el trabajo empírico que inaugura el estudio de la asociación entre el apoyo familiar y el rendimiento escolar. Pese a su solera, o precisamente por ello, el tema sigue teniendo gran interés a juzgar, no ya por el volumen de investigaciones realizadas, sino por las decenas de revisiones, metanálisis y síntesis de investigación publicadas desde el inicio de la actual centuria. Vista en su conjunto, la vasta producción permite afirmar que la asociación positiva entre la implicación familiar en la tarea educativa y los resultados escolares es un hecho universal que ha sido replicado en diferentes contextos, edades, grupos étnicos, regiones y culturas.
Sin embargo, cuando se analiza el detalle, la variedad de acepciones del término “implicación familiar”, unido a la diversidad de enfoques y metodologías de investigación hace que la universalidad de la anterior afirmación se vuelva incierta, encontrándose evidencias que, en ocasiones, son directamente contradictorias.
| |||||
A fuerza de sintetizar, la investigación educativa ha distinguido al menos tres acepciones diferentes del término “implicación familiar”: socialización académica, participación en la escuela e implicación en el hogar.
La socialización académica se refiere a las expectativas, valor y utilidad que las familias confieren a la educación y es sin duda la acepción mejor conectada a los resultados escolares. La participación en la escuela se centra en aspectos como la asistencia a entrevistas y reuniones, la colaboración en actividades del centro o la participación en su gestión y gobierno. Su conexión con los resultados escolares es más controvertida; en general los estudios sobre eficacia escolar muestran una asociación positiva con el rendimiento, aunque hay trabajos que no han encontrado efectos significativos. Finalmente, la implicación en el hogar, cubre el apoyo y oportunidades culturales, la comunicación sobre temas escolares y la ayuda directa con las tareas escolares, y es la acepción más controvertida y donde mejor se refleja la sentencia de que en la implicación familiar “no siempre más es mejor”.
El presente trabajo se centra en el papel que juega la implicación en el hogar en el rendimiento académico. Su finalidad es estudiar el efecto que dos estilos de implicación familiar en el hogar (uno más directivo y controlador y otro más distal y comunicativo) tienen sobre los resultados en Lengua, Matemáticas, Ciencias y Educación Cívica. Para ello se analizó la base de datos de la Evaluación General de Diagnóstico 2010 (EGD), en la cual participaron más de 26000 estudiantes de 2º ESO escolarizados en casi un millar de centros. La muestra es representativa, tanto a nivel nacional, como en cada una de las comunidades y ciudades autónomas del Estado español.
Para dar respuesta a estos objetivos se llevó a cabo un análisis jerárquico-lineal de tres niveles (estudiante, escuela y comunidad autónoma) para cada una de las materias evaluadas. Los resultados muestran que los efectos de los estilos de implicación parental sobre el rendimiento son mayores en el caso de las madres que en los padres. Además, y como se preveía, el estilo controlador (v. g., supervisión y ayuda con los deberes) está negativamente correlacionado con el rendimiento académico, mientras que el estilo comunicativo (v. g., apoyo distal al estudio y comunicación sobre temas escolares) está positivamente relacionado con los resultados.
Ahora bien, estos estilos parentales no son independientes, sino que están altamente correlacionados. Los estudiantes que señalan que sus progenitores muestran mayores conductas controladoras también reconocen tener mayor comunicación familiar sobre los temas escolares. Estos resultados sugieren la necesidad de encontrar un equilibrio adecuado entre la cantidad de ayuda directa ofrecida a los hijos, y el apoyo y fomento de su autonomía. Los resultados también muestran que los centros cuyas familias tienen un estilo de implicación altamente comunicativo presentan menor variabilidad en los resultados de su alumnado.
En conclusión, promover desde los centros educativos un estilo de implicación familiar distal y comunicativo podría mejorar el rendimiento del alumnado y disminuir las diferencias entre estudiantes dentro de la escuela. Los resultados de esta investigación tienen claras implicaciones para la política de los centros escolares, las familias y los docentes.
El artículo completo puede encontrarse en la Revista Psicothema:
Fernández-Alonso, R., Álvarez-Díaz, M., Woitschach, P., Suárez-Álvarez, J. y Cuesta, M. (2017). Parental involvement and academic performance: Less control and more communication. Psicothema, 29(4), 453-461. doi: 10.7334/psicothema2017.181.
| |||||
| |||||
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario