lunes, 11 de enero de 2021

Las personas con VIH: en mayor riesgo de malestar psicológico y revictimización, según ha alertado la Asociación Británica de Psicología



La Asociación Británica de Psicología (BPS) ha alertado de la exacerbación de los problemas psicológicos, incluido la experiencia de trauma y el riesgo de suicidio, que la pandemia puede suponer para las personas con VIH/SIDA. Así lo explica en un informe dado a conocer con motivo de la celebración del Día Mundial del SIDA, titulado Respuesta a los desafíos de la atención del VIH presentados por la Covid-19. En el texto expone cómo la situación actual de pandemia ha creado un entorno complicado y especialmente desafiante para las personas con VIH, situándolas en grave riesgo de desarrollo de problemas de salud mental, lo que exige que los servicios tengan en cuenta las necesidades psicológicas de estas personas para prestarles una adecuada atención.

No hay que olvidar, señala el documento de la BPS, que las personas con VIH/SIDA ya se enfrentan de entrada a una alta incidencia de factores estresantes como el estigma, la discriminación, el trauma, la violencia doméstica o la marginación. Para estas personas, la pandemia de COVI-19 y la amenaza de contagio ha supuesto una mayor vigilancia de su seguridad, incrementando sus niveles de ansiedad, preocupación y estrés. Al mismo tiempo, el aislamiento social asociado al confinamiento ha supuesto un riesgo adicional a su bienestar psicológico, al eliminar las fuentes de apoyo disponibles antes de la pandemia.

Más allá, las restricciones de acceso a los servicios de salud, sobre todo para las personas con VIH y necesidades complejas, la impotencia debido a la posibilidad de enfrentarse a otra enfermedad que ponga en peligro su vida, especialmente para aquellos con un mayor riesgo de enfermedades graves debido a comorbilidades como la diabetes, la EPOC y la hipertensión (todas ellas más comunes para las personas que viven con el VIH) y otros factores de estrés como las dificultades de acceso a su medicación antirretroviral, el temor a la pérdida de empleo, etc., están situando a este colectivo en grave riesgo. Estas circunstancias especiales pueden influir notablemente en la disminución de su capacidad de autocuidado (al no estar cumpliéndose las citas de revisión médica), aumentar su sensación de abandono por parte del sistema, sobre todo en aquellas personas con una historia de trauma e incrementar su sensación de ineficacia e inseguridad ante la falta de este soporte médico. Estos sentimientos de vulnerabilidad, abandono, incertidumbre o peligro pueden actuar en sí mismos como desencadenantes de respuestas traumáticas anteriores (como la experiencia de la pandemia de VIH/SIDA), incrementando la angustia psicológica y el riesgo de conductas autolesivas en este grupo.

Tal y como señala la BPS, los servicios de atención raramente tienen en cuenta los riesgos que supone la falta de reconocimiento y atención de las necesidades psicológicas de las personas con VIH o SIDA, que en la actual situación suponen una cuestión clave. Por este motivo, proporciona las siguientes recomendaciones para la atención de estas personas:
  • Asegurarse de que todas las personas con VIH sean informadas y estén al día de los cambios en los servicios y los planes de atención.
  • Identificar a las personas con VIH y necesidades complejas, a las que ofrecer espacios de diálogo sobre el hecho de vivir con VIH, evaluaciones de riesgo individuales (tanto proactivas como de respuesta), citas de registro estructuradas y proactivas mediante llamadas telefónicas o videollamadas, confirmación escrita o electrónica de los cambios en los objetivos terapéuticos y de la atención continuada, al mismo tiempo que utilizar las oportunidades que brinda la actual situación para la mejora de la relación y confianza terapéutica.
  • Apoyar y capacitar a las personas que viven con VIH para que desarrollen la confianza y la capacidad de autocuidado de su estado de salud, mediante el asesoramiento y la aplicación de intervenciones de apoyo online, seminarios web, etc.
  • Reorientar los servicios para que ofrezcan una atención informada del trauma y sean conscientes de las posibles situaciones desencadenantes de revictimización.
  • Asegurar que los cambios en la prestación de servicios apoyen las necesidades psicológicas de todos los usuarios de los servicios de VIH asegurando que el personal sanitario esté completamente capacitado para proporcionar una atención proactiva, estructurada y "consciente del apego".
  • Tener en cuenta la brecha digital y la pobreza digital, en particular para ciertos grupos que disponen de fondos mínimos para el acceso a este tipo de recursos.
El documento puede descargarse en el siguiente enlace:

Respuesta a los desafíos de la atención del VIH presentados por la Covid-19

FUENTE: INFOCOP

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