«La terapia cognitivo-conductual (TCC) es el tratamiento de primera elección para el TOC tanto en adultos como en niños.» Así lo afirma la Guía de tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo en niños/as y adolescentes, un documento de práctica clínica publicado por el Centro de Investigación Biomédica en Red de Salud Mental (CIBERSAM) y elaborado por profesionales del Servicio de Psiquiatría del Niño y el Adolescente del Hospital General Universitario Gregorio Marañón de Madrid y del Servicio de Psiquiatría y Psicología Infantil y Juvenil del Hospital Clínic Universitari de Barcelona, con el propósito de mejorar la calidad asistencial de los y las menores con TOC. La GPC está dirigida a todos los profesionales de salud mental infanto-juvenil interesados en implementar tratamientos basados en datos empíricos, e incluye recomendaciones sobre las actuaciones terapéuticas para la atención a niños, niñas y adolescentes con TOC, con la finalidad de dar apoyo al profesional en la toma de decisiones acerca del tratamiento para ofrecer al paciente las opciones asistenciales más adecuadas y efectivas. Tal y como señalan sus autores, la guía es solo una referencia, siendo siempre la responsabilidad final sobre la decisión terapéutica del clínico responsable del tratamiento. |
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De acuerdo con el documento, la terapia cognitivo-conductual (TCC) es el tratamiento de primera elección para el TOC tanto en adultos como en niños. No obstante, si bien la estructura de la terapia es similar para ambos grupos, hay que tener en cuenta algunas consideraciones para su práctica en población infantil y juvenil. En este sentido, el TOC de inicio en la infancia presenta una serie de características distintivas que tienen implicaciones para el manejo clínico y la respuesta al tratamiento: una de ellas, es que acostumbra a aparecer junto a otra patología comórbida que puede interferir en la terapia cognitivo-conductual (TCC). A modo de ejemplo, en el caso de que el TOC curse con un trastorno por tics, las compulsiones pueden estar más relacionadas con fenómenos sensoriales que con pensamientos obsesivos, de modo que que disminuye la eficacia de las intervenciones centradas en el manejo de cogniciones; por otro lado, si cursa con un trastorno depresivo, este podría reducir la capacidad del o la menor para tolerar el malestar relacionado con la exposición con prevención de respuesta (uno de los componentes fundamentales de la TCC para el TOC). Asimismo, la guía advierte de que muchas de las técnicas psicológicas empleadas con adultos conllevan una capacidad de introspección o unas habilidades metacognitivas que pueden no estar presentes en pacientes de menor edad. Este hecho junto con la necesidad de incluir a las familias en toda intervención psicológica realizada en niños y adolescentes ponen de relieve la trascendencia de que la intervención psicológica se realice por profesionales debidamente entrenados. Según las recomendaciones de la GPC, el programa de intervención de TCC estándar consta de los siguientes componentes terapéuticos: Exposición con prevención de respuesta (E/PR) y Terapia cognitiva. La Terapia cognitivo conductual puede administrada en modalidad individual (breve, individual administrada por teléfono/ordenador), familiar (intensiva, administrada por ordenador) y grupal. Otras intervenciones (no TCC) recomendadas en el documento son la terapia metacognitiva, la entrevista motivacional, el entrenamiento a padres, la terapia centrada en mejorar la calidad de vida. Se puede acceder a la guía desde la página Web de la AEPNYA o bien directamente a través del siguiente enlace: Guía de tratamiento del trastorno obsesivo-compulsivo en niños y adolescentes Fuente: Infocop |