viernes, 3 de mayo de 2024

Eficacia de las intervenciones psicológicas en el abordaje de la enfermedad coronaria

Abordar los factores psicológicos es un componente crítico para una prevención y tratamiento eficaces de las enfermedades coronarias. Los profesionales de la salud deben considerar los factores psicológicos como factores de riesgo importantes para esta afección e incorporar intervenciones psicológicas en los planes de tratamiento para reducir el riesgo de enfermedad coronaria y mejorar los resultados de quienes ya padecen la afección.

Esta es una de las principales conclusiones de una revisión publicada en la revista Medicine, a través de la cual se aborda la influencia de los factores psicológicos en la enfermedad coronaria, analizando las implicaciones de estos hallazgos de cara a implementar intervenciones psicológicas.

Tal y como señalan sus autores, la enfermedad coronaria es una afección común y grave que afecta a millones de personas en todo el mundo y es una de las principales causas de muerte a nivel mundial.



Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 16/06/2023

Los factores psicológicos tienen un impacto en el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y en los resultados tras el diagnóstico

Este tipo de enfermedad cardiovascular se da cuando se produce una acumulación de placa (denominada arterioesclerosis) dentro de las arterias que suministran sangre al músculo cardíaco. Consecuentemente, la arterioesclerosis puede provocar un estrechamiento o bloqueo de las arterias, reduciéndose el flujo sanguíneo que va al corazón. Como resultado, es posible que el corazón no reciba el oxígeno y los nutrientes que necesita para funcionar correctamente, generando dolor o malestar en el pecho (angina), ataque cardíaco e, incluso, la muerte.

Los factores de riesgo de enfermedad coronaria incluyen presión arterial alta, colesterol alto, tabaquismo, diabetes, obesidad, antecedentes familiares de la enfermedad y un estilo de vida sedentario. Su tratamiento implica, generalmente, cambios en el estilo de vida (como alimentación saludable y ejercicio), medicamentos para controlar los factores de riesgo y, en algunos casos, procedimientos médicos o cirugía. Sin embargo, investigaciones recientes han destacado el papel de los factores psicológicos en el desarrollo y progresión de la enfermedad, evidenciando que factores como la depresión, la ansiedad, el estrés y los rasgos de personalidad, tienen un impacto significativo en el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y en los resultados después de su diagnóstico.
Existe una creciente necesidad de intervenciones psicológicas efectivas para abordar los factores que influyen en la enfermedad coronaria

De acuerdo con los autores de esta revisión, existe creciente necesidad de intervenciones psicológicas efectivas que puedan abordar la compleja interacción entre los factores biológicos, psicológicos y sociales que influyen en la enfermedad coronaria. Estas intervenciones pueden ayudar a las personas con enfermedad coronaria a afrontar mejor la enfermedad, mejorar su calidad de vida y reducir el riesgo de resultados de salud adversos.

Por este motivo, han llevado a cabo una revisión sistemática de la literatura publicada, centrándose en el papel del estrés laboral, la depresión, la ansiedad y el apoyo social en el impacto de la enfermedad coronaria, así como los efectos de las intervenciones psicológicas en el abordaje de esta afección.

A continuación, recogemos las principales conclusiones de la revisión:
El estrés laboral puede incrementar el riesgo de enfermedad coronaria

El estrés en el trabajo hace referencia “a la tensión física, emocional y mental que experimentan los empleados en respuesta a demandas o presiones relacionadas con el trabajo”. Son numerosos los estudios que han investigado la asociación entre el estrés laboral y la enfermedad coronaria como resultado de un incidente. Algunos destacan el papel del eje hipotalámico-pituitario-suprarrenal en la mediación de la efectos del estrés laboral en las respuestas fisiológicas y el riesgo de enfermedad coronaria, otros consideran de gran importancia el rol de los factores conductuales, subrayando aquí el impacto de los comportamientos poco saludables, como fumar, la inactividad física y la mala alimentación, en el desarrollo de la enfermedad coronaria. A su vez, el estrés relacionado con el trabajo puede contribuir a la adopción y el mantenimiento de estos comportamientos no saludables, lo que puede aumentar aún más el riesgo de enfermedad coronaria.

En estos casos, el artículo destaca la eficacia tanto las intervenciones individuales como las organizacionales, de cara a reducir el estrés relacionado con el trabajo. Las intervenciones individuales, como el manejo del estrés y las técnicas de relajación, pueden ayudar a reducir las respuestas fisiológicas y conductuales negativas al estrés laboral, mientras que las organizativas, como el rediseño del puesto de trabajo y la flexibilidad del horario laboral, también pueden ser eficaces para reducir el estrés relacionado con el trabajo. ​
Las intervenciones psicológicas son eficaces para reducir los síntomas depresivos y mejorar la salud cardiovascular

La depresión “es un trastorno de salud mental común caracterizado por sentimientos persistentes de tristeza, desesperanza y pérdida de interés en las actividades. También puede provocar cambios en el apetito, los patrones de sueño y síntomas físicos como fatiga y dolores”.

La depresión puede tener un impacto significativo en la calidad de vida y el funcionamiento diario de un individuo, afectando a su capacidad para trabajar, estudiar y mantener relaciones sociales. Constituye una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo y puede aumentar el riesgo de otros problemas de salud física, como las enfermedades cardiovasculares.

Son diversos los estudios que analizan esta relación, destacando la necesidad de estrategias efectivas de tratamiento y prevención. Algunos de ellos han analizado la eficacia de las intervenciones psicológicas, como la terapia cognitivo-conductual (TCC) y el manejo del estrés, para reducir los síntomas depresivos y mejorar la salud cardiovascular general.
Es importante considerar los factores psicológicos como la ansiedad en la prevención y el tratamiento de la enfermedad coronaria

La ansiedad se define aquí como “una emoción humana natural y común caracterizada por sentimientos de miedo, nerviosismo e inquietud ante incertidumbres futuras”. Si bien los niveles leves de ansiedad pueden ser normales “e incluso útiles en determinadas situaciones” (por ejemplo, la motivación para prepararse ante un examen importante), la ansiedad excesiva y prolongada puede volverse problemática e interferir con la vida diaria y la calidad de vida de quien la presenta.

Los síntomas de ansiedad pueden incluir sensaciones físicas como taquicardia, sudoración, temblores y dificultad para respirar, así como síntomas cognitivos y emocionales, como preocupación excesiva, miedo a perder el control y dificultad para concentrarse. Asimismo, se asocia con una variedad de síntomas físicos y psicológicos que pueden impactar negativamente en la salud: puede provocar un aumento de la presión arterial, de la frecuencia cardíaca y los niveles de cortisol, lo que podría contribuir al desarrollo y progresión de una enfermedad coronaria.

Hay evidencia sólida de la asociación entre la ansiedad y un mayor riesgo de sufrir enfermedades coronarias. De igual modo, la ansiedad es un predictor importante de malos resultados en pacientes con enfermedad coronaria previa, incluidas tasas más altas de eventos cardiovasculares y mortalidad. A este respecto, las intervenciones dirigidas a la ansiedad, como la TCC y los programas de rehabilitación cardíaca basados en ejercicios, parecen ser eficaces para reducir el riesgo de desarrollar enfermedad coronaria y mejorar los resultados en pacientes ya diagnosticados con esta afección. Por lo tanto, es importante considerar los factores psicológicos, como la ansiedad, en la prevención y el tratamiento de la enfermedad coronaria. Sin embargo, la revisión sugiere la relevancia de contar con más investigación, “para comprender completamente los mecanismos subyacentes al vínculo entre la ansiedad y la enfermedad coronaria y desarrollar estrategias de prevención y tratamiento más efectivas”.
El apoyo social es un predictor importante de los resultados de salud

Se ha demostrado que el apoyo social, definido como “la asistencia emocional, informativa o práctica brindada por familiares, amigos y redes sociales”, es un predictor importante de los resultados de salud, incluida la enfermedad coronaria.

Las investigaciones realizadas al respecto revelan que niveles más altos de apoyo social se relacionan con un menor riesgo de enfermedad coronaria y accidente cerebrovascular, siendo el apoyo emocional especialmente eficaz para reducir el riesgo de ambas afecciones.
Las intervenciones psicológicas pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedad coronaria y mejorar los resultados de los pacientes

De acuerdo con los autores de esta revisión, las intervenciones psicológicas “están diseñadas para ayudar a las personas a desarrollar habilidades de afrontamiento, modificar sus pensamientos y comportamientos, controlar el estrés y mejorar su el bienestar emocional”. En la misma línea, afirman, “las intervenciones psicológicas, incluidas la TCC, la terapia de relajación y el manejo del estrés, pueden reducir significativamente el riesgo de enfermedad coronaria y mejorar los resultados de los pacientes”. En este sentido, los datos indican que la TCC es eficaz en la reducción de la depresión y la ansiedad, mientras que la terapia de relajación tiene un mayor efecto en la reducción de la presión arterial, todos los cuales “son factores de riesgo de enfermedad coronaria”.
Se recomienda incorporar intervenciones psicológicas en los planes de tratamiento de la enfermedad coronaria

La revisión concluye destacando el importante papel que desempeñan el estrés laboral, la depresión, la ansiedad y el apoyo social en el desarrollo y progresión de la enfermedad coronaria, así como los beneficios potenciales de las intervenciones psicológicas para reducir el riesgo de enfermedad coronaria y mejorar los resultados para quienes ya padecen la afección. La evidencia presentada a lo largo de la misma, sugiere que abordar los factores psicológicos es un componente crítico para la prevención y el tratamiento eficaces de las enfermedades coronarias. A este respecto, recomienda a los y las profesionales de la salud que consideren los factores psicológicos como factores de riesgo importantes para la enfermedad coronaria e incorporar intervenciones psicológicas en los planes de tratamiento.

De igual modo, destacan la necesidad de que se lleven a cabo más investigaciones para comprender mejor los mecanismos subyacentes a la relación entre los factores psicológicos y la enfermedad coronaria, y para identificar las intervenciones psicológicas más efectivas para diferentes poblaciones de pacientes. Así, afirman, “si continuamos investigando y abordando el papel de los factores psicológicos en la enfermedad coronaria, podemos mejorar la salud y el bienestar de millones de personas en todo el mundo”.

Xu, W., Fang, L., Bai, H., Ke, K., Li, W., Huang, H., … & Chen, C. (2023). The influence of psychological factors on coronary heart disease: A review of the evidence and implications for psychological interventions. Medicine, 102(27), e34248.

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