Las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI) son entornos estresantes en los que suelen estar presentes el dolor y el sufrimiento humano mezclados con una fuerte presión y urgencia temporal para realizar el trabajo. En ellas, los y las profesionales están sometidas a un fuerte estrés y sobrecarga laboral, y suelen realizar su trabajo bajo la exposición a factores laborales de riesgo que tienen el potencial de afectar a su salud mental y bienestar psicológico. A pesar de ello, muchos profesionales sanitarios dentro de sus organizaciones no se estarían beneficiando de acciones dirigidas por profesionales de la psicología para mejorar sus niveles de salud mental y bienestar psicológico, lo que podría tener consecuencias serias para el trabajador, los pacientes y la propia organización.
Autor: Jonathan Borba
Las intervenciones psicosociales para reducir el estrés y aumentar el bienestar de los y las trabajadoras se podrían organizar en dos grandes bloques (Van der Klink et al., 2001). Por un lado, aquellas basadas en el rediseño del puesto o de la tarea (por ejemplo, reducir la carga y presión laboral a la que hace frente el trabajador, dotarle de mayor autonomía y apoyo) y, por otro lado, aquellas basadas en dotar a los trabajadores de mayores habilidades y recursos de afrontamiento y resiliencia frente al estrés. Ambos enfoques no deben considerarse excluyentes. No obstante, algunas fuentes de estrés en determinadas ocupaciones podrían ser hasta cierto punto inevitables, ya que son inherentes a determinadas ocupaciones (por ejemplo, las demandas emocionales dentro de la profesión sanitaria). En este contexto, enseñar a los y las profesionales estrategias de afrontamiento cobra un importante valor.
En relación al segundo tipo de intervenciones, emergen los conocidos Entrenamientos para el Manejo del Estrés Laboral (SMT, Stress Management Training, Van der Klink et al., 2001), basados principalmente en el uso de técnicas cognitivo-conductuales y cuya eficacia ha sido ampliamente demostrada a través de varios meta-análisis (Tetrick y Winslow, 2015). En ellos se enseña a los trabajadores herramientas para que aprendan a identificar pensamientos disfuncionales y sustituirlos por otros más adaptativos, mejorar sus habilidades sociales y de comunicación, resolución de problemas y el aprendizaje de técnicas que les ayuden a relajarse frente al estrés laboral. Dentro de esta línea, un tipo de entrenamiento que está suscitando creciente interés entre investigadores y clínicos es el Entrenamiento para el Manejo del Estrés Laboral basado en ACT (Acceptance and Commitment Therapy, Flaxman et al., 2013). La ACT forma parte de un grupo más amplio de terapias cognitivo-conductuales denominadas terapias contextuales o de tercera generación. El objetivo último de estos entrenamientos es desarrollar una mayor flexibilidad psicológica entre los trabajadores, es decir, la habilidad para centrarse en la situación que se está viviendo en el presente, y dependiendo de las oportunidades que le ofrece a la persona esa situación con referencia a sus valores y metas personales, poner en marcha acciones encaminadas hacia ellos, inclusive con la presencia de eventos internos negativos (Bond et al., 2016). El interés por esta terapia y entrenamientos ha ido en aumento en las últimas dos décadas y ya es considerado como un tratamiento posiblemente eficaz para el manejo de la depresión, la ansiedad y el estrés laboral (Öst, 2014).
En el ámbito del trabajo, diferentes estudios empíricos han mostrado la capacidad de estas intervenciones para mejorar la salud mental de los trabajadores (Bond et al., 2008), mejorar sus niveles de desgaste profesional y bienestar psicológico (Brinkborg et al., 2011; Puolakanaho et al., 2020). o la propia flexibilidad psicológica y atención plena del trabajador (Deval et al., 2017; Waters et al., 2018). Más concretamente, en ámbitos de trabajo como el sanitario, estas intervenciones pueden ayudar a afrontar el sufrimiento humano de los otros, y podrían ayudar a prevenir el desarrollo de ciertos riesgos psicosociales como son el desgaste profesional o el estrés traumático y sus consecuencias. Sin embargo, y a pesar de la emergente literatura sobre los beneficios de la aplicación de estos entrenamientos en las organizaciones sanitarias, en España su implementación es todavía muy escasa (Blanco-Donoso et al., 2017, 2021; Macías et al., 2019; Ortega et al., 2008). Los estudios llevados a cabo en nuestro país con profesionales sanitarios muestran que los entrenamientos en el manejo del estrés laboral basados en ACT podrían ser eficaces a la hora de mejorar aspectos como la vitalidad subjetiva de los y las trabajadoras, mejorar sus relaciones interpersonales y su propósito vital (Blanco-Donoso et al., 2017), así como para reducir sus niveles de estrés percibido (Blanco-Donoso et al., 2021), despersonalización y desrealización profesional (como componentes del burnout), y sus niveles de ansiedad (Ortega et al., 2008). No obstante, el alcance de este tipo de entrenamientos puede ser limitado y los efectos de los mismos disiparse con el tiempo si no se interviene también en el plano organizacional sobre los factores laborales y organizacionales de riesgo que con frecuencia explican también la salud mental y bienestar psicológico de los y las trabajadoras.
El artículo completo, ganador de la XVII edición del Premio de Psicología Aplicada Rafael Burgaleta 2020, donde se muestra el desarrollo de un entrenamiento para el manejo del estrés laboral basado en el enfoque de ACT dentro de una UCI médica, puede encontrarse en la revista Clínica y Salud:
Blanco-Donoso, L. M., Garcia-Rubio, C., Gallardo, J. A., Pereira, G., de la Pinta, M. L. R., Rubio, J. J., & Garrosa, E. (2021). ACT-based Stress Management Training Aimed at Improving Workers Mental Health in an Intensive Care Unit: A Mixed Methods Study. Clinical and Health, 32(3), 111-117.
Luis Manuel Blanco Donoso.
Profesor doctor en el Dpto. de Psicología Biológica y de la Salud de la Facultad de Psicología de la UAM. Máster en Psicología de la Salud. Su docencia e investigación giran en torno a la Psicología de la Salud Ocupacional y la Psicología de la Personalidad. Miembro del equipo de investigación Personalidad, Estrés y Salud (UAM).
Eva Garrosa
Profesora titular y Doctora del Dpto. de Psicología Biológica y de la Salud (premio extraordinario), en la Facultad de Psicología de la UAM. Su docencia e investigación se centra en Psicología de la Personalidad, Salud Laboral y Género. Coordina el grupo oficial de investigación de la UAM Personalidad, Estrés y Salud. Investigadora Principal en distintos proyectos competitivos con más de 200 trabajos científicos publicados.
Carlos García Rubio.
Doctor en Psicología Clínica y de la Salud por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM). Investigador en el Equipo de Personalidad, Estrés y Salud de la Facultad de Psicología de la UAM sobre los beneficios de Mindfulness en adultos, niños, adolescentes. Psicólogo Sanitario especializado en ACT y Mindfulness e instructor de MBCT.
Gladis Lee Pereira Xavier.
Graduada en Psicología y Máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Autónoma de Madrid y Máster en Terapia de Conducta por el Instituto Terapéutico de Madrid, actualmente es miembro del Personal Docente e Investigador en Formación en la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid y compagina su doctorado en Psicología Clínica y de la Salud con la docencia en asignaturas de perfil aplicado.
María Luisa Rodríguez de la Pinta .
Doctora en Medicina y Medico del Trabajo. Jefe de Servicio de Prevención de Riesgos Laborales del Hospital Universitario Puerta de Hierro Majadahonda. Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales con las cuatro especialidades (Higiene, Seguridad, Ergonomía y Psicosociología).
Juan Antonio Gallardo
Licenciado con honores en psicología por la Universidad Nacional Autónoma de México. Realizó una estancia de investigación en el equipo «Personalidad, Estrés y Salud», de la Facultad de Psicología de la Universidad Autónoma de Madrid.