domingo, 15 de julio de 2012

Errores que socavan nuestra autoestima


A la hora de pensar, interpretamos los acontecimientos sin, necesariamente, basarnos en los datos objetivos. En ese proceso podemos cometer errores que dificultan nuestra adaptación y nos hacen infelices. A continuación exponemos algunos muy frecuentes.

Uno de ellos es buscar constantemente la aprobación de los demás. Para ello nos esforzamos sin límite por conseguirlo, hasta tal punto que la ansiedad sube y vivimos en una continua percepción de amenaza. Es interesante encontrar medidas fiables de nuestro trabajo, aceptar que no somos perfectos y reconocer que los demás no tienen que aprobarnos para que nuestras tareas estén correctamente hechas.

Otro error clave es generalizar demasiado, es decir, a partir de un solo hecho elucubrar que siempre las cosas nos van a salir así. Por ejemplo, si suspendo un examen, puedo pensar que nunca aprobaré ninguno. Debemos centrarnos en el dato concreto en sí a la hora de extraer conclusiones.

En ocasiones tenemos la idea de que necesitamos ser exitosos en todos los objetivos que nos marquemos. Evidentemente esto es imposible. Las cosas salen bien o mal en función de nuestro trabajo, pero también intervienen otras variables, entre ellas el azar, que interfieren el resultado. Tenemos limitaciones.

Hacer análisis arbitrarios de la realidad, es decir, sin datos, es otra de las constantes de la mente humana. Si la chica con la que salgo llega tarde puedo pensar: «No tiene interés por mí», «Está con otro». Es un hecho que no podemos adivinar por qué los demás hacen lo que hacen. Sí podemos establecer hipótesis y luego comprobarlas. Pero puestos a elegir, si estoy esperando a alguien, lo primero que me tengo que decir es que «no sé por qué llega tarde, cuando llegue se lo preguntaré», por ejemplo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario