miércoles, 11 de julio de 2012

Quererse facilita la vida


Nuestro "yo" (nuestra identidad consciente) viaja durante toda su vida en un cuerpo con unas capacidades físicas y mentales. Parece lógico pensar que deberíamos cuidar ambas entidades. En la medida que lo hagamos estaremos mejor.

Podemos empezar por mantener unos buenos hábitos cognitivos, es decir, de pensamiento, por ejemplo los siguientes.

Refuérzate todos los días por los objetivos que consigas, aunque estos sean pequeños. La vida se compone de diminutos logros que sumados forman el bienestar. ("¿Qué buen@ soy!", "¡Lo he hecho bien!", "¡Prueba superada!").

Permítete equivocarte y acéptalo como parte del hecho de vivir. Separa ese suceso de las experiencias y decisiones acertadas que tomas. Valora los acontecimientos de un modo científico. No minimices los éxitos y maximices los actos fallidos. Aparte del hecho de que no siempre el éxito de una decisión depende exclusivamente de nosotr@s. Somos muchas cosas, entre otras, una suma de errores y aciertos.

Asume tus responsabilidades, son un reto. Toma decisiones sin temor a equivocarte, lo importante es poseer la libertad de poder volver a elegir. Ten miedo a no hacer nada, a quedarte lastrado en una realidad indiferente. Y, sobre todo, no mires atrás. Lo verdaderamente valioso y tu potencial de acción se encuentran en el presente.

Acéptate incondicionalmente, te aprueben los demás o no, y al margen de los logros que consigas. Somos personas valiosas por el hecho de existir.

Asume la incertidumbre. Es bueno aceptar la idea de que vivimos en un universo de probabilidad y azar, donde no existen las certezas absolutas.

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