Existen aspectos de la paternidad que comienzan antes de que el bebé nazca, entendidos, por un lado, como los comportamientos de salud que se llevan a cabo para proteger y promover el bienestar del bebé, y, por otro lado, el inicio y desarrollo de la relación con el bebé, mediante las representaciones mentales de los padres sobre su hijo.

La Dra. Barlow es profesora de la Universidad de Oxford y presidenta de la Asociación de Salud Mental Infantil del Reino Unido. Es además editora de la revista Child and Adolescent Mental Health.

Su trabajo se dedica a investigar cómo influyen las etapas más tempranas en la crianza de los hijos en el origen de los problemas psicológicos. Sus programas de intervención persiguen mejorar la salud mental de los padres y niños pequeños durante el embarazo y el período postnatal.



Jane Barlow
A lo largo de su próxima conferencia, se revisarán investigaciones recientes sobre la importancia del período prenatal en términos del bienestar psicológico del niño, incluyendo el apego y la seguridad del bebé, y otras variables emocionales y conductuales durante la niñez. Precisamente, con motivo de su visita, el presidente del comité organizador de este Congreso, el profesor José Pedro Espada, ha tenido la ocasión de conversar con ella en la entrevista que recogemos a continuación:

ENTREVISTA

En primer lugar quisiera agradecerle su disponibilidad para realizar esta entrevista para los lectores de Infocop. Me gustaría comenzar destacando la importancia que estudios recientes otorgan al periodo perinatal para el bienestar psicológico. ¿Cuáles son, según su experiencia los principales factores asociados al bienestar psicológico del niño durante el período perinatal?

Los estudios más recientes concluyen que hay básicamente dos procesos principales; uno comprende los aspectos fisiológicos y otros los emocionales. Ambos procesos están relacionados entre sí. La vía fisiológica incluye el consumo de sustancias por parte de la madre y los consiguientes perjuicios en el feto. Hoy sabemos que el alcohol y otras drogas traspasan la placenta y pueden afectar el sistema neuropsicológico del niño. Tenemos también evidencia de que el estado mental de la madre puede afectar al feto. Por ejemplo, la ansiedad crónica se asocia con altos niveles de cortisol en la circulación. El cortisol puede llegar a la placenta y afectar negativamente al desarrollo del feto, en particular a la vía hipotálamo-hipófisis-adrenal. Por otro lado, el factor emocional tiene que ver con los sentimientos que experimenta la madre durante el embarazo. Hay resultados muy interesantes de investigaciones que sugieren que los pensamientos de la madre sobre el gestante están fuertemente relacionados con las prácticas parentales durante el periodo postnatal y también predicen la relación de apego posterior. Por supuesto, estas dos vías están relacionadas. Hemos observado que las mujeres que experimentan violencia doméstica y tienen dependencia a las drogas presentan una mayor tendencia a tener representaciones negativas del desarrollo del niño.

Existen intervenciones dirigidas a mejorar de forma temprana la salud mental de los padres y los niños pequeños, particularmente durante el embarazo y el período postnatal. ¿En qué medida estas intervenciones son eficaces para su objetivo?

Cuando hablamos de intervenciones es importante diferenciar entre intervenciones primarias, secundarias o terciarias. Las intervenciones primarias son básicamente intervenciones universales. Sabemos que el uso de mensajes sobre salud, el texting y cosas de este tipo pueden cambiar comportamientos durante el periodo perinatal. En relación a las intervenciones dirigidas, contamos ahora con buenas evidencias sobre la eficacia de intervenciones de preparación para la paternidad, algunos programas que implican visitas a domicilio. Por ejemplo, hay intervenciones específicas para padres que experimentan ansiedad crónica o depresión durante el periodo perinatal. Y en el tercer nivel (terciarias) hay métodos dirigidos a mujeres con mayor riesgo, como mujeres que han experimentado violencia doméstica o problemas de salud mental. La eficacia de estas intervenciones es variable y realmente necesitamos más investigación sobre intervenciones dirigidas a estos grupos de riesgo.

En su opinión, ¿cuáles son los principales retos para los profesionales que intervienen durante el período perinatal para mejorar la situación de madres y recién nacidos de alto riesgo?

Ésta es una pregunta muy interesante. Para mí, creo que uno de los principales retos es la protección del bebé que todavía no ha nacido, especialmente en mujeres de alto riesgo que se resisten a cambiar su estilo de vida. Hablamos de mujeres con dependencia al alcohol y otras sustancias durante un largo periodo y que quedan embarazadas como consecuencia de su estilo de vida y su bajo compromiso con el cuidado del gestante. No siempre encuentran una motivación para dejar ese estilo de vida. Existe una serie de problemas éticos y legales en torno a los derechos para el aborto y los derechos del gestaste. Creo que también tenemos dificultades para implicar a las parejas. A menudo se trabaja sobre las necesidades de la madre prioritariamente. Realmente necesitamos más investigación sobre este tipo de cuestiones. Otro de los retos es tener en cuenta las diferencias culturales. Por el momento, tenemos muy poca evidencia sobre el efecto global del impacto de la cultura y necesitamos adaptar algunas de las intervenciones actuales para atender a las necesidades de diferentes grupos culturales.

Si tuviera que resaltar alguna conclusión a partir de su experiencia sobre el impacto del funcionamiento materno durante el embarazo en el desarrollo del niño, ¿cuál señalaría?

Yo diría que hay que trabajar de forma eficaz con los grupos de madres y padres en riesgo. Es importante adaptar las intervenciones que sabemos que funcionan para que atiendan a las necesidades de la población vulnerable, y a lo que esperan estas poblaciones vulnerables (de la intervención) para adaptar las intervenciones.

Usted también ha investigado la eficacia de las intervenciones en el campo de la protección infantil. Actualmente está desarrollando una nueva estrategia pre-parto para apoyar a las mujeres embarazadas vulnerables, y una intervención para familias en las que hay violencia doméstica. ¿Podría hablarnos de estas intervenciones?

Sí, por supuesto. Esta intervención prenatal implica el trabajo de un grupo pequeño de terapeutas que se centra en el apoyo a las familias. Les entrenamos para que apliquen una intervención que es un programa individualizado para padres. Éste puede constar de módulos personalizados y se puede aplicar usando un lenguaje selectivo y que atienda a las necesidades individuales. Tras la intervención les sometemos a un intenso seguimiento. Básicamente, formamos grupos de terapeutas para que apoyen terapéuticamente a las familias durante el embarazo y el periodo postnatal.

Su conferencia en el próximo congreso en Sevilla se titula: "Empezando antes del nacimiento: el impacto del funcionamiento materno durante el embarazo en el desarrollo del niño". ¿Puede avanzarnos algo sobre los contenidos que abordará?

Sí, claro. Les hablaré sobre los temas que hemos estado comentando hoy. Presentaré las últimas investigaciones sobre estos dos procesos en el embarazo, sobre lo que sabemos ahora sobre su impacto en el bienestar y el desarrollo del niño, así como de interesantes resultados a largo plazo del componente psicológico en la infancia y también en la adolescencia. También les hablaré un poco sobre prácticas que pueden aplicarse a algunos de los problemas que se suelen dar durante el periodo perinatal.
Muchas gracias por su tiempo y amabilidad, profesora Barlow. Estamos deseando escucharla en Sevilla.
Lo estoy deseando. Muchas gracias.

FUENTE: INFOCOP