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martes, 14 de enero de 2025

Eficacia de la TCC tradicional y basada en la exposición para la fibromialgia

 ¿La terapia cognitivo-conductual (TCC) tradicional es más o menos eficaz que la TCC basada en la exposición para la fibromialgia? Esta fue la pregunta de investigación de un ensayo controlado aleatorizado publicado en la revista Pain.

La fibromialgia

La fibromialgia es una enfermedad crónica que se caracteriza principalmente por dolor musculoesquelético difuso y fatiga persistente. Se considera un trastorno de dolor central, lo que significa que involucra una sensibilización anormal del sistema nervioso central. Esto da lugar a una amplificación del dolor y a una respuesta anormal a los estímulos dolorosos.

Los síntomas típicos de la fibromialgia incluyen dolor generalizado en músculos, ligamentos y tendones, fatiga extrema, trastornos del sueño, como insomnio o sueño no reparador, rigidez matutina, problemas de memoria y concentración (también conocidos como «fibro niebla»), así como otros síntomas como dolores de cabeza, problemas digestivos y sensibilidad extrema a la luz, el sonido y los olores. A menudo, la enfermedad coexiste con otras condiciones médicas como el síndrome del intestino irritable, la migraña, el síndrome de fatiga crónica, la depresión y la ansiedad.

Fuente: Pexels. Autor: Andrea Piacquadio. Fecha: 26/11/2024

Aunque la causa exacta de la fibromialgia no está completamente comprendida, se cree que involucra una combinación de factores genéticos, ambientales y psicológicos. No existe una cura definitiva para la fibromialgia, pero el tratamiento se centra en aliviar los síntomas y mejorar la calidad de vida del paciente. Esto puede incluir medicamentos, terapias físicas y ocupacionales, así como enfoques psicológicos como la terapia cognitivo-conductual y el manejo del estrés.

El papel de la TCC en la fibromialgia

Según explican los autores, los tratamientos farmacológicos han mostrado en su mayoría efectos modestos en el alivio de síntomas en estos pacientes. Por este motivo, las guías de práctica recomendada promueven el uso de intervenciones no farmacológicas, incluidos los tratamientos psicológicos.

A este respecto, los autores mencionan la terapia cognitivo-conductual tradicional (T-CBT) como el tratamiento psicológico de referencia para la fibromialgia. Esta terapia, que se ha evaluado en numerosos ensayos controlados aleatorizados, se centra en enseñar estrategias de afrontamiento para manejar el dolor, con el objetivo de obtener efectos beneficiosos en el estado de ánimo y la calidad de vida. El artículo explica que, aunque la T-CBT ha mostrado efectos pequeños en comparación con las condiciones de control, existe la necesidad de realizar más ensayos de alta calidad que comparen la T-CBT con otros tratamientos activos para avanzar en el campo y aprender cómo alcanzar un mayor éxito en la intervención.

Según afirman los autores, existen modalidades de la TCC más recientes que están mostrando resultados prometedores como la terapia cognitivo-conductual basada en la exposición. Esta terapia se enfoca en reducir la evitación conductual, un predictor importante de la cronicidad del dolor. Es decir, la TCC basada en exposición implica que el participante se acerque sistemática y repetidamente a situaciones, actividades y estímulos que el paciente ha evitado previamente porque las experiencias están asociadas con dolor, malestar psicológico o síntomas como fatiga y problemas cognitivos. En contraposición, en la TCC tradicional, al participante se le presentan varias estrategias diferentes para trabajar durante el tratamiento, como relajación, planificación de actividades, ejercicio físico o estrategias para gestionar los pensamientos negativos y mejorar el sueño.

Metodología

Con el objetivo de comparar la eficacia de esta nueva modalidad de TCC basada en la exposición frente a la TCC tradicional, los investigadores llevaron a cabo un ensayo controlado aleatorizado. En el estudio participaron 274 pacientes con fibromialgia que fueron asignados a cada una de las condiciones de tratamiento. Se evaluó la eficacia de ambas intervenciones en el postratamiento y a los 6 y 12 meses tras finalizar el tratamiento. Los tratamientos se realizaron íntegramente online, con una duración de 10 semanas, y todos los participantes tuvieron contacto regular con su terapeuta.

Ambas terapias psicológicas son eficaces

Según los resultados del estudio, ambas terapias mostraron una reducción marcada en la gravedad de los síntomas, con efectos moderados a grandes. Así, no hubo una diferencia significativa en la reducción del impacto de la fibromialgia entre los dos tipos de terapia. Es decir, ambas modalidades resultaron ser igualmente de eficaces. En concreto, al finalizar el tratamiento, el 60% de los que recibieron TCC basada en exposición y el 59% de los que recibieron TCC tradicional informaron de una reducción significativa de los síntomas y del deterioro funcional asociado. Asimismo, los efectos positivos de ambas terapias se mantuvieron hasta 12 meses después del tratamiento, lo que apoya su eficacia a largo plazo.

En conclusión, de acuerdo con los autores, ambas formas de terapia cognitivo-conductual son, por tanto, eficaces en el tratamiento de la fibromialgia. El estudio demuestra, además, que pueden ser aplicadas con éxito en modalidad online. Los resultados confirman, así, los beneficios de las intervenciones psicológicas, y, en concreto, la TCC en el abordaje de pacientes con fibromialgia.

Fuente:

Hedman-Lagerlöf, M., Gasslander, N., Hoffmann, A. A., Bragesjö, M., Etzell, A., Ezra, S., … & Axelsson, E. (2022). Effect of exposure-based vs traditional cognitive behavior therapy for fibromyalgia: a two-site single-blind randomized controlled trialPain, 10-1097.

domingo, 2 de junio de 2024

Eficacia de la TCC en el abordaje de los trastornos alimentarios en la práctica clínica habitual

La terapia cognitivo-conductual (TCC) es un tratamiento recomendado para el abordaje de los trastornos alimentarios (TA) en adultos dada su evidencia, basada principalmente en estudios de eficacia, y resulta eficaz en la práctica clínica habitual.

Esta es una de las conclusiones principales de un estudio publicado en la revista Journal of Eating Disorders, y desarrollado por investigadores suecos y noruegos con el objetivo de analizar el funcionamiento y eficacia de la TCC para diversos trastornos de alimentación cuando se lleva a cabo en entornos clínicos.

Tal y como señalan los autores del estudio, la terapia cognitivo-conductual “aborda componentes cognitivos, fisiológicos y conductuales que interactúan en el desarrollo y mantenimiento de los procesos cognitivos disfuncionales, las emociones y el comportamiento desadaptativo mediante el uso de procedimientos sistemáticos y orientados a objetivos”.



Fuente: freepik. Foto: freepik. Fecha: 21/05/24

Las guías de práctica clínica recomiendan la TCC para los trastornos de alimentación

Según indican, durante los últimos 20 años, ha habido un fuerte aumento de la investigación en torno a los tratamientos para los trastornos de alimentación, lo que ha dado lugar a recomendaciones clínicas que favorecen la terapia cognitivo-conductual (TCC), y varias organizaciones han publicado directrices de tratamiento. En Gran Bretaña, el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención (National Institute for Health and Care Excellence, NICE) recomienda la TCC individual para la anorexia nerviosa y la TCC individual o autoayuda guiada para la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón.

Por su parte, la Sociedad Australiana de Psicología (APS, Australian Psychological Society) revisó la base de evidencia e informó que tanto para la bulimia nerviosa como para el trastorno por atracón, la TCC cara a cara se encuentra en el nivel más alto de evidencia y la TCC online en el segundo nivel, mientras que para anorexia nerviosa la TCC cara a cara y la TCC online están en el Nivel II. En la misma línea, la Asociación de Psiquiatría Americana (APA) recomienda que la anorexia nerviosa debe tratarse con una psicoterapia centrada en los trastornos alimentarios, y la bulimia nerviosa y el trastorno por atracón con una TCC centrada en los trastornos alimentarios.

Estas recomendaciones clínicas se basan en estudios de eficacia, por lo que los investigadores de este metanálisis consideran fundamental evaluar cómo funciona la TCC en la práctica clínica habitual. Para tal fin, han realizado búsquedas sistemáticas de artículos publicados hasta junio de 2023 en Ovid MEDLINE, Embase OVID y PsycINFO. El resultado de la TCC, la calidad metodológica, el riesgo de sesgo (RoB) y los moderadores del resultado del tratamiento se han analizado y comparado mediante metanálisis con estudios de eficacia para los trastornos de alimentación.
El estudio pone de relieve la eficacia de la TCC para el abordaje de estos trastornos

Se han incluido cincuenta estudios con 4.299 participantes diagnosticados con trastornos de la conducta alimentaria, que recibieron TCC, aplicada en varios formatos (p. ej., individual, grupal, de autoayuda, de autoayuda guiada) e implementada en la atención clínica de rutina.

Los resultados muestran efectos significativos para los distintos trastornos de la alimentación tras el tratamiento y durante el seguimiento (en promedio 9,9 meses después del tratamiento). No se observan apenas diferencias con los estudios de eficacia, por lo que “la TCC funciona tan bien en la atención clínica habitual como en entornos de investigación universitarios”.

Para los autores, estos hallazgos muestran “resultados alentadores del tratamiento para los trastornos alimentarios en personas adultas, en la atención clínica habitual, utilizando métodos de TCC recomendados en las guías clínicas de NICE, APA y APS”.

Fuente: Öst, L. G., Brattmyr, M., Finnes, A., Ghaderi, A., Havnen, A., Hedman‐Lagerlöf, M., … & Wergeland, G. J. (2024). Cognitive behavior therapy for adult eating disorders in routine clinical care: A systematic review and meta‐analysis. International Journal of Eating Disorders, 57(2), 249-264.

lunes, 6 de mayo de 2024

Claves de la terapia cognitivo-conductual en el insomnio

 ¿Qué componentes son claves de la terapia cognitivo-conductual para el insomnio? Esta fue la pregunta de investigación de un estudio publicado en la revista JAMA Psychiatry.

Según indican los autores, el insomnio afecta hasta a un tercio de los adultos, siendo un problema crónico entre el 4% al 22% de la población. El impacto en la vida diaria puede ser considerable, afectando al desempeño diario y causando un intenso malestar.

Fuente: Pexels. Autor: cottonbro studio. Fecha: 21/02/2024

La terapia cognitivo-conductual para el insomnio (CBT-I) es una terapia psicológica segura, que ha demostrado su eficacia en el abordaje de este problema. Esta terapia suele incluir esta serie de componentes educativos, cognitivos y conductuales, tales como:

  • La reestructuración cognitiva, que enseña habilidades para identificar, desafiar y cambiar creencias no útiles sobre el sueño
  • La restricción del sueño, consistente en limitar el tiempo en la cama.
  • El control de estímulos, es decir, re-asociar la cama con el sueño.
  • Educación sobre higiene del sueño.
  • Técnicas de relajación.
  • El uso de componentes derivados de la tercera ola, como mindfulness o terapia de aceptación y compromiso.

Tal y como indican los autores, hasta la fecha no se ha investigado qué componentes y modalidades (terapia presencial, online, protocolizada…) de la CBT-I resultan más beneficiosos. Por este motivo, se llevó a cabo una revisión sistemática y metaanálisis de 241 estudios que habían analizado la eficacia de esta terapia. En total, se reunieron datos de más de 30.000 adultos.

Los resultados muestran que:

  • Los componentes que resultan más beneficiosos son la reestructuración cognitiva, los componentes de tercera ola, la restricción del sueño y el control de estímulos.
  • Los programas presenciales dirigidos por terapeutas fueron los más beneficiosos.
  • La reestructuración cognitiva, los componentes de la tercera ola y la modalidad de entrega presencial se asociaron principalmente con una mejor calidad subjetiva del sueño.
  • La restricción del sueño y el control de estímulos se asociaron tanto con una mejor calidad del sueño como con la continuidad del sueño.
  • La combinación de estrategias, incluyendo reestructuración cognitiva y tercera ola, en un entorno presencial, resulta particularmente efectiva.
  • Por el contrario, la educación sobre la higiene del sueño no fue esencial.
  • Asimismo, se encontró que los procedimientos de relajación eran potencialmente contraproducentes.

De esta manera, la reestructuración cognitiva se erige como un pilar esencial en esta terapia, junto con la restricción del sueño y el control de estímulos. Los componentes de tercera ola, que abarcan mindfulness y terapia de aceptación compromiso, también se revelaron como altamente efectivos, desafiando las hipótesis previas.

Sin embargo, la educación sobre higiene del sueño, explicando la biología del sueño y brindando recomendaciones sobre el estilo de vida y el entorno, no parece esencial según los hallazgos. Asimismo, y contrariamente a las hipótesis esperadas, seguir procedimientos de relajación, ya sea física o cognitiva, podría ser contraproducente.

Respecto a la modalidad de aplicación, la terapia presencial mostró resultados más pronunciados, frente a las guías de autoayuda. A este respecto, los autores sugieren la importancia del vínculo en el proceso terapéutico y animan a realizar estudios en esta dirección.

En definitiva, la revisión proporciona una hoja de ruta para maximizar la eficacia de la CBT-I, facilitando su implementación a más pacientes. Los autores esperan que los datos obtenidos animen a los profesionales sanitarios a adoptar la CBT-I para abordar el insomnio, una terapia sencilla, no invasiva y eficaz.

Fuente:

Furukawa, Y., Sakata, M., Yamamoto, R., Nakajima, S., Kikuchi, S., Inoue, M., … & Perlis, M. (2024). Components and Delivery Formats of Cognitive Behavioral Therapy for Chronic Insomnia in Adults: A Systematic Review and Component Network Meta-Analysis. JAMA psychiatry.

viernes, 3 de mayo de 2024

La terapia cognitivo-conductual reduce los síntomas de la menopausia

 La terapia cognitivo-conductual se recomienda para ayudar a las mujeres a afrontar la menopausia. Esta es una de las recomendaciones recogidas en la Guía de herramientas para el manejo de la menopausia 2023, publicada en la revista Climacteric.

Fuente: Pexels. Autor: SHVETS production. Fecha: 23/01/2024

La menopausia es una etapa natural en la vida de una mujer que marca el cese de la menstruación y la capacidad reproductiva. Los síntomas comunes de la menopausia pueden variar en intensidad y duración, y no todas las mujeres experimentan los mismos síntomas. En este sentido, algunos de los síntomas más comunes incluyen:

  • Irregularidades menstruales: Cambios en el patrón menstrual, que pueden volverse más irregulares, leves, o eventualmente cesar.
  • Sofocos: Sensaciones súbitas de calor intenso que afectan principalmente la parte superior del cuerpo, a menudo acompañadas de sudoración y enrojecimiento de la piel.
  • Problemas para dormir: Dificultades para conciliar el sueño o mantenerlo, a veces relacionadas con los sofocos nocturnos.
  • Cambios en el estado de ánimo: Variaciones emocionales, como irritabilidad, cambios repentinos en el estado de ánimo y, en algunos casos, síntomas de depresión.
  • Sequedad vaginal: Pérdida de lubricación vaginal, lo que puede causar molestias o dolor durante las relaciones sexuales.
  • Cambios en la libido: Disminución del deseo sexual en algunas mujeres.
  • Cambios en la piel y cabello: Reducción de la elasticidad de la piel, aumento de la sequedad y pérdida de cabello en algunos casos.
  • Aumento de peso: Algunas mujeres experimentan cambios en la distribución de grasa y un aumento de peso, especialmente alrededor del abdomen.
  • Problemas cognitivos: Algunas mujeres informan dificultades con la memoria y la concentración, aunque esto varía.

Así, la guía establece una serie de recomendaciones para la evaluación y el abordaje de los síntomas de la menopausia tras la revisión de la literatura científica. En el documento se incluyen los motivos de consulta médica habituales de estas mujeres, la información que debe obtenerse, los problemas que pueden influir en la toma de decisiones compartida y los algoritmos que ayudan con la determinación del estado menopáusico, la terapia hormonal de la menopausia (MHT) y las opciones de tratamiento no hormonal para el alivio de los síntomas. A este respecto, la guía reconoce la evidencia científica que respalda la eficacia de la terapia cognitivo-conductual en estos casos. Según se recoge en el texto, la terapia cognitivo-conductual reduce significativamente los síntomas vasomotores de la menopausia, como los sofocos y sudores nocturnos, por lo que se recomienda en el tratamiento de esta etapa.

Fuente:

Davis, S. R., et al. (2023) The 2023 Practitioner’s Toolkit for Managing MenopauseClimacteric.doi.org/10.1080/13697137.2023.2258783

martes, 9 de abril de 2024

La TCC: tratamiento de elección en la depresión grave

 La terapia cognitivo-conductual (TCC) ha sido incluida como tratamiento de elección para adultos en la fase aguda del trastorno depresivo mayor (TDM) de moderado a grave. Así lo establece la nueva guía de práctica clínica del Colegio Americano de Médicos (American College of Physicians; ACP). La directriz también recomienda el uso de TCC como monoterapia inicial para pacientes que experimentan la fase aguda del trastorno depresivo mayor leve.

El Colegio Americano de Médicos ha publicado las directrices actualizadas para el tratamiento del trastorno depresivo mayor. Las recomendaciones incluyen intervenciones farmacológicas y no farmacológicas para adultos en la fase aguda del TDM basadas en una revisión sistemática de la evidencia disponible. Dichas recomendaciones han sido publicadas en la revista Annals of Internal Medicine.

depresión
Fuente: Pexels. Autor: cottonbro studio. Fecha: 13/11/2023

Entre las recomendaciones que incluye la guía se encuentran:

  • Para el tratamiento inicial del TDM de moderado a grave, el ACP recomienda la monoterapia con terapia cognitivo-conductual (TCC) o un antidepresivo de segunda generación. No obstante, si se inicia un antidepresivo, las pautas sugieren comenzar el tratamiento con una dosis baja para reducir las posibilidades de efectos secundarios. También se sugiere como una tercera opción de tratamiento alternativa una combinación de TCC y antidepresivos de segunda generación como tratamiento inicial.
  • Para los pacientes con TDM de moderado a grave que no responden al tratamiento inicial con una dosis adecuada de un antidepresivo de segunda generación, la guía recomienda cambiar o añadir TCC o cambiar a un antidepresivo de segunda generación diferente o añadir un segundo fármaco.
  • Para los pacientes con TDM leve, se sugiere la monoterapia con TCC como tratamiento inicial. Sólo en caso de que no esté disponible, o si el paciente tiene antecedentes de TDM de moderado a grave, se puede considerar un antidepresivo de segunda generación para el tratamiento inicial, según el texto.

Asimismo, la guía subraya la necesidad de asegurar la toma de decisiones informadas con el paciente. Este proceso requiere tener en cuenta sus preferencias, los posibles beneficios y daños del tratamiento, las comorbilidades, los medicamentos concomitantes y otras variables que pueden influir en la elección.

Junto a la publicación de las directrices, la revista Annals of Internal Medicine, dedica el editorial a la valoración de la guía. Los autores del editorial, han aplaudido los avances que supone la nueva guía de la ACP al reconocer la eficacia de la TCC en el abordaje de la depresión (Shuchman y Abi-Jaoude, 2023). Estos expertos han valorado también positivamente que la nueva guía subraya la importancia de la toma de decisiones compartida y el reconocimiento de las preferencias del paciente para establecer la elección del tratamiento.

No obstante, la guía todavía presenta algunas limitaciones en su revisión de la literatura. A este respecto, Shuchman y Abi-Jaoude (2023) han criticado que no incorpora toda la lista de opciones de tratamientos psicológicos que han demostrado ser eficaces en el abordaje de la depresión. Estas otras terapias psicológicas, más allá de la TCC, podrían ofrecerse como primera o segunda línea de intervención en estos casos. Otra carencia que presenta la guía de la ACP, según estos expertos, es la falta de mención de los efectos de la abstinencia de los antidepresivos.

Fuente:

Qaseem A, Owens DK, et al. Nonpharmacologic and pharmacologic treatments of adults in the acute phase of major depressive disorder: A living clinical guideline from the American College of Physicians. Published online January 24, 2023. Annals of Internal Medicine. doi.org/10.7326/M22-2056

Shuchman, M., & Abi-Jaoude, E. (2023). The American College of Physicians Living Guideline on Depression: A Step Forward, but Gaps RemainAnnals of Internal Medicine176(2), 280-281.

martes, 6 de febrero de 2024

La terapia cognitivo-conductual es más eficaz que los antidepresivos en el tratamiento de la depresión a largo plazo

 

La terapia cognitivo-conductual (TCC) para el tratamiento de la depresión ha mostrado una eficacia significativamente mayor que los antidepresivos en los resultados a largo plazo (de 6 a 12 meses). Es una de las conclusiones del metaanálisis realizado por el equipo de P. Cuijpers y colaboradores, publicado recientemente en la revista World Psychiatry.

Se trata de la revisión sistemática más amplia realizada hasta la fecha sobre estudios de evaluación de la eficacia de la terapia cognitivo-conductual en el abordaje de pacientes con depresión. Para dicha revisión, se seleccionaron un total de 409 ensayos controlados aleatorizados (incluyendo a más de 52.000 participantes), sobre la eficacia de la terapia cognitivo-conductual para la depresión frente al placebo, la lista de espera, el tratamiento habitual, los fármacos antidepresivos, otras psicoterapias y el tratamiento combinado de psicoterapia más psicofármacos.

Autor: cottonbro studio Fuente: 
pexels Fecha descarga: 26/01/2023

Entre los resultados señalados por los investigadores, caben mencionar los siguientes:

  • La terapia cognitivo-conductual es tan eficaz como los antidepresivos para la depresión a corto plazo, pero es superior a los antidepresivos a largo plazo, de 6 a 12 meses.
  • La terapia combinada no es más eficaz que la terapia cognitivo-conductual aplicada aisladamente en ningún momento temporal. De hecho, la terapia cognitivo-conductual de manera aislada muestra mejores resultados que la terapia combinada con psicofármacos (antidepresivos) y terapia psicológica, lo que desmiente la creencia extendida de que la aplicación de tratamientos farmacológicos es necesaria y supone un efecto añadido a la intervención.
  • El tratamiento combinado de terapia cognitivo-conductual y antidepresivos fue superior que el tratamiento con antidepresivos de manera aislada.

Los resultados del metaanálisis aplicado al conjunto de investigaciones muestran que la terapia cognitivo-conductual presenta un tamaño del efecto cercano a grande (d=0,79) frente a las condiciones de control, como el placebo o lista de espera. No obstante, debido a que se ha descubierto que existe un sesgo de publicación que infla los resultados sobre la eficacia de los tratamientos para la depresión, los autores realizaron un segundo análisis controlando el posible efecto de este sesgo de publicación y ponderando los estudios con menor o mayor riesgo de sesgos. Incluso en este segundo análisis, se observó que el tamaño del efecto de la eficacia de la terapia cognitivo-conductual es moderado (d=0,47).

La terapia cognitivo-conductual mostró su eficacia en el seguimiento a largo plazo (de 10 a 12 meses) con un tamaño del efecto moderado (d=0,49). En el seguimiento a dos años, el tamaño del efecto fue bajo (d=0,22), si bien los investigadores señalan que la escasez de estudios que incluyen estas medidas temporales (tan sólo 8 de los 409) no permite establecer conclusiones definitivas.

En relación con las tasas de respuesta, alrededor del 42% de los pacientes respondieron con éxito a la terapia cognitivo-conductual, en comparación con el 19% de los grupos control. El porcentaje de pacientes recuperados tras la aplicación de la terapia cognitivo-conductual, es decir, que se mostraron en un nivel subclínico al finalizar la terapia, fue del 36% frente al 15% de cualquiera de los grupos control. De acuerdo con estos cálculos, el número de pacientes que será necesario tratar (NNT) para que la terapia cognitivo-conductual sea beneficiosa es de 3,6, es decir, para que una persona se recupere de la depresión es necesario tratar a 3,6 pacientes.

Si bien todavía existe un amplio rango de mejora de la eficacia de la terapia cognitivo-conductual – puesto que, según los datos aportados en el metaanálisis, el 58% de los pacientes no responde adecuadamente a la intervención y el 64% sigue presentando niveles clínicos de depresión tras el tratamiento-, estos resultados son comparables a los encontrados con los antidepresivos y el tratamiento combinado, según informan los autores.

En lo que respecta a la comparación de la eficacia de la terapia cognitivo-conductual con antidepresivos, y como se ha mencionado, los autores de la revisión sistemática no encontraron diferencias entre estas dos alternativas al evaluar sus efectos a corto plazo, mientras que después de 6 a 12 meses finalizada la intervención, la TCC mostró resultados significativamente superiores a los fármacos antidepresivos. “Los efectos de la TCC son comparables a los de las farmacoterapias a corto plazo, pero la TCC es significativamente más efectiva entre los 6 y los 12 meses”, señalan los autores en el artículo.

Finalmente, los autores investigaron la eficacia de la terapia cognitivo-conductual frente a otras terapias psicológicas, en concreto: la terapia interpersonal, la activación conductual y otras alternativas psicológicas que clasificaron como “otros” y que englobaban 46 estudios. Asimismo, se comparó la eficacia de la terapia cognitivo-conductual en sus diferentes modalidades: individual, grupal y autoayuda guiada. Los resultados de estas comparaciones revelaron que todas las terapias psicológicas, así como cualquier modalidad de aplicación de la terapia cognitivo-conductual, mostraron una eficacia similar a la terapia cognitivo-conductual en formato individual. Tan sólo la TCC en formato de autoayuda, si bien fue eficaz, mostró un tamaño del efecto ligeramente menor (0,45).

En definitiva, si bien los resultados de este metaanálisis muestran que la psicoterapia y los medicamentos antidepresivos tienen aproximadamente el mismo nivel de eficacia (al menos a corto plazo), los resultados a largo plazo y la ausencia de efectos adversos son argumentos de peso para considerar las terapias psicológicas como tratamiento de primera elección para la depresión (más información aquí).

Fuente:

Cuijpers, P., Miguel, C., Harrer, M., Plessen, C. Y., Ciharova, M., Ebert, D., & Karyotaki, E. (2023). Cognitive behavior therapy vs. control conditions, other psychotherapies, pharmacotherapies and combined treatment for depression: A comprehensive meta-analysis including 409 trials with 52,702 patients. World Psychiatry, 22, 105-115. DOI:10.1002/wps.21069

lunes, 27 de febrero de 2023

La terapia cognitivo-conductual: el tratamiento de elección para el insomnio crónico, según las guías de práctica clínica de la AASM

 

La Academia Americana de Medicina del Sueño (AASM) ha publicado una actualización de su guía de práctica clínica, a través de la cual establece recomendaciones para el uso de tratamientos psicológicos y conductuales para el trastorno de insomnio crónico en adultos.

La nueva guía pretende optimizar la atención centrada en el paciente, ofreciendo una actualización integral de la evidencia disponible y proporcionando una serie de recomendaciones prácticas para la toma de decisiones sobre el tratamiento psicológico y conductual del insomnio crónico, definido aquí por la AASM como un trastorno del sueño común que conduce a un deterioro de la salud y el funcionamiento.

Las recomendaciones de práctica clínica se basan en una revisión y evaluación sistemáticas de la evidencia mediante el Sistema GRADE (Grading of Recommendations Assessment, Development and Evaluation). A cada recomendación se le asigna una fortaleza (“fuerte” o “condicional”). Una recomendación "fuerte" (es decir, "Recomendamos ...") es una que los profesionales de la salud deben seguir en la mayoría de las circunstancias.

Foto: Andrea Piacquadio Fuente: pexels Fecha descarga: 10/04/2021

Una recomendación "condicional" es aquella que requiere que el profesional utilice el conocimiento y la experiencia clínicos, y que considere en profundidad los valores y preferencias del paciente para determinar el mejor curso de acción.

En este sentido, la nueva guía establece lo siguiente:

  • Recomendamos utilizar la terapia cognitivo-conductual para el insomnio en el tratamiento del trastorno de insomnio crónico en adultos (FUERTE).

  • Sugerimos el uso de terapias breves de componentes múltiples para el insomnio en el tratamiento del trastorno de insomnio crónico en adultos (CONDICIONAL).

  • Sugerimos el uso del control de estímulos como una terapia de un solo componente para el tratamiento del trastorno de insomnio crónico en adultos (CONDICIONAL).

  • Sugerimos que se utilice la terapia de restricción del sueño como terapia de un solo componente para el tratamiento del trastorno de insomnio crónico en adultos (CONDICIONAL).

  • Sugerimos el uso de la terapia de relajación como terapia de un solo componente para el tratamiento del trastorno de insomnio crónico en adultos. (CONDICIONAL).

  • Sugerimos que se utilice la higiene del sueño como terapia de un solo componente para el tratamiento del trastorno de insomnio crónico en adultos. (CONDICIONAL).

La terapia cognitivo-conductual se considera en general el tratamiento de elección para el insomnio, tiene la mayor cantidad de evidencia disponible en la literatura y es el único enfoque que recibe una recomendación fuerte.

Según se recoge en la guía, algunos de los desafíos que enfrentan las personas son la posibilidad de asistir a las sesiones y cumplir con las recomendaciones de tratamiento. En la mayoría de los casos, una mejora notable en los síntomas del insomnio no es inmediata y el tratamiento con TCC suele oscilar entre 4 y 8 visitas; esto podría suponer una barrera a la hora de completar el tratamiento. Los pacientes también pueden desanimarse si no se observan resultados inmediatos. La AASM considera fundamental que el profesional de la salud conozca estos desafíos y ayude a establecer expectativas realistas antes de comenzar un tratamiento, recordando a los pacientes que las terapias psicológicas y conductuales suelen producir mejoras graduales en los síntomas del insomnio y que los beneficios son perduran mucho después del tratamiento. La evidencia disponible sugiere que los efectos indeseables iniciales (p. ej., somnolencia y fatiga) suelen ser leves y se resuelven rápidamente para la mayoría de los pacientes. Al seleccionar los tratamientos apropiados, los profesionales de la salud deben considerar además las condiciones médicas y psiquiátricas comórbidas que pueden cambiar el equilibrio de los beneficios frente a los riesgos (p. ej., los posibles efectos adversos de la privación del sueño inducida por el tratamiento sobre el trastorno convulsivo o el trastorno bipolar).

Fuente: Edinger, J.D., Arnedt, J.T., Bertisch, S.M., et al. (2021). Behavioral and psychological treatments for chronic insomnia disorder in adults: An American Academy of Sleep Medicine clinical practice guideline. Journal of Clinical Sleep Medicine, 17, 2. 

FUENTE: INFOCOP


lunes, 28 de febrero de 2022

Terapia Cognitivo-Conductual para dejar de fumar y perfiles diferenciales

 

Javier Pérez-Pareja, Patricia García-Pazo, Rafael Jiménez, Teemu Escales y Elena Gervilla

Universitat de les Illes Balears (UIB) e Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdISBa)

La Organización Mundial de la Salud informa que el tabaquismo es la principal causa prevenible de morbimortalidad en los países desarrollados y una de las mayores amenazas para la salud pública.

En los últimos años, ha habido un creciente interés por la comprensión de esta dependencia y la búsqueda de tratamientos eficaces, para contribuir a su control y erradicación. Las guías de práctica clínica informan de los tratamientos que han demostrado eficacia, entre ellos la terapia psicológica cognitivo-conductual (TCC) grupal o individual (solas o combinadas con fármacos).

No obstante, dicha eficacia disminuye drásticamente en los seguimientos. En el caso del tratamiento único con TCC, tras un año el éxito va del 30% al 54%; en el tratamiento combinado TCC con farmacológico, en el mejor de los casos, es del 37.2% y en ausencia de tratamiento es del 1.4%.

Autor: medium photoclub Fuente: 
pexels Fecha descarga: 11/01/2021

Los diferentes estudios realizados ponen de manifiesto que tal vez el éxito relativo de los diferentes tratamientos resida en la diversidad de variables que potencialmente pueden actuar como predictoras de éxito en el tratamiento del tabaquismo. En ese sentido, las variables que han sido estudiadas tanto en fumadores que logran la abstinencia como en los que no, son de tipo sociodemográficas (sexo, nivel socioeconómico y educativo) y/o variables relativas a la historia de tabaquismo (edad de inicio al hábito de fumar, dependencia a la nicotina, años que llevan fumando, vivir con fumadores…). Sin embargo, los estudios muestran resultados contradictorios.

El presente estudio tiene como objetivo fundamental conocer el perfil del fumador que podría en mayor medida beneficiarse de una intervención TCC. De esta manera, una evaluación previa que tuviera en cuenta dichas variables permitiría seleccionar los fumadores que más se pueden beneficiar de este tipo de tratamiento.

La muestra está compuesta por 120 fumadores (71.7% mujeres), todos ellos mayores de 18 años y con una media de edad de 38.92 años (SD = 9.79) que habían acudido de forma voluntaria a consulta en demanda de un tratamiento psicológico para dejar de fumar en un hospital público del Sistema Nacional de Salud.

La TCC implementada es un programa compuesto por 6 sesiones individuales (una sesión semanal de 30 minutos de duración con seguimientos de un año) que incorporan diferentes componentes (psicoeducación, reestructuración cognitiva, solución de problemas, relajación y apoyo social) alrededor de una estrategia básica de abandono como es la reducción progresiva de la cantidad de nicotina y alquitrán.

Se realiza una primera evaluación mediante una entrevista semiestructurada (datos sociodemográficos e información sobre la conducta de fumar del sujeto) y los cuestionarios (Dependencia de la Nicotina, motivación, ansiedad, depresión y de expresión de la ira).

Mediante el uso de árboles de clasificación (análisis de patrones de respuesta), se han relacionado las variables de tipo emocionales, sociodemográficas, y la historia de tabaquismo, con la adherencia al programa de tratamiento y su éxito. Al analizar los árboles de clasificación resultantes, se observa que la probabilidad de adherencia aumenta del 55% al 71.7% cuando la ansiedad de los participantes en contextos de evaluación es alta. La probabilidad de adherencia aumenta al 100% si hay consumo de alcohol, alta ansiedad fisiológica y alta motivación, antes de iniciar el tratamiento.

Por otro lado, la probabilidad de no adherencia al programa aumenta del 45% al 86.5% cuando la ansiedad de los pacientes en contextos de evaluación es baja y son elevadas la ansiedad motora, la ansiedad en las situaciones de interacción social y la ira interna.

Respecto al éxito del programa, el género de los participantes aporta el mayor peso predictivo. Así, partiendo de un éxito del programa del 50.8% en la muestra total, la probabilidad desciende al 26.5% en el caso de los hombres y aumenta al 60.5% si el paciente es mujer.

En el caso de los hombres, el éxito del programa se relaciona principalmente con la respuesta emocional de ira: altas puntuaciones en expresión de ira, y bajas en ira externa, modifican la probabilidad de éxito inicial de 26.5 % al 85.7%. Por otra parte, en las mujeres, la probabilidad de éxito del programa aumenta del 60.5% al 89.7% cuando disminuye la edad del primer cigarrillo, su ira y la dependencia de la nicotina.

Finalmente, la adherencia al tratamiento ya implica alta probabilidad de éxito (86.4%), aumentando hasta el 95.6% cuando los participantes presentan altos niveles de ira externa. Además, la adherencia al tratamiento es completa (100%) cuando la ansiedad en contexto de evaluación, la ansiedad fisiológica y la motivación son altas.

Estos resultados ofrecen una visión única de cómo los predictores de abandono del tabaquismo se cruzan para crear un perfil de paciente y tienen potencial para informar de un tratamiento u otro a medida, mejorando con ello los resultados. Esto permitiría afinar los protocolos de evaluación, previa intervención, para seleccionar e identificar a los pacientes más adecuados para los tratamientos que tenemos y obtener así, finalmente, resultados más exitosos.

El artículo completo puede encontrarse en Clínica y Salud:

Pérez-Pareja, F. J., García-Pazo, P., Jiménez, R., Escalas, T., & Gervilla, E. (2020). Dejar de fumar, terapia cognitivo-conductual y perfiles diferenciales con árboles de decisiónClínica y Salud31(3), 137-145.. 


Francisco Javier Pérez-Pareja. Su trayectoria investigadora se ha centrado en el ámbito de la evaluación y la intervención en el campo de la psicología de la salud. Miembro de la ‘Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS)’, de la que fue vicepresidente, de la ‘Stress and Anxiety Research Society (STAR)’ y de la ‘Asociación Balear para la Promoción de la Psicología Clínica y de la Salud (ABAPSICS)’, que llegó a presidir. También fue miembro del comité de redacción de revistas científicas como ‘Ansiedad y Estrés’ y la ‘Revista de Psicopatología y Psicología Clínica’, y revisor de artículos y experto de la ANECA. En 2019 fue galardonado con el ‘Premio a la Trayectoria Vital’ de la Stress and Anxiety Research Society (STAR), con el que se reconocía la valiosa contribución del conjunto del trabajo del profesor Pérez-Pareja en el campo del diagnóstico y la intervención de los trastornos psicológicos.

Rafael Jiménez López es Profesor Titular de Universidad en el Área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento del Departamento de Psicología de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Es miembro del grupo Análisis de Datos (GRAD-UIB), y del Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdISBa). Sus líneas de investigación se centran en el estudio y aplicación de metodologías y técnicas estadísticas avanzadas para la obtención de modelos de conocimiento en diversos campos sustantivos.

Elena Gervilla García es Profesora Contratada Doctora en el Área de Metodología de las Ciencias del Comportamiento del departamento de Psicología de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Es miembro del grupo Análisis de Datos (GRAD-UIB), y del Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdISBa). Colabora de forma activa con la European Society for Prevention Research. Su investigación se centra en la aplicación de técnicas estadísticas avanzadas para la detección de factores de riesgo y protección en la prevención de conductas adictivas.

Teemu Gabriel Escalas Laakso, es Psicólogo la Fundación Shambhala y de atención primaria en la Asociación Balear de Altas Capacidades de Mallorca (ABSAC). Colabora en programas de reinserción social como técnico en intervención primaria mediante la actividad física y el deporte. Su principal campo de trabajo es la intervención socio-educativa infanto-juvenil.

Patricia García-Pazo es Diplomada en Enfermería y Psicóloga General Sanitaria. Actualmente ejerce de profesora en el Departamento de Enfermería y Fisioterapia de la Universitat de les Illes Balears (UIB). Es miembro del grupo de investigación Desarrollo y Psicopatología (DEVPSY) del Instituto de Investigación Sanitaria Illes Balears (IdISBa). Sus líneas de investigación se centran en el estudio de las intervenciones mediante aplicaciones móviles (mHealth) para la deshabituación tabáquica y prevención e intervención de la conducta suicida.



FUENTE: INFOCOP