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lunes, 28 de julio de 2025

La recuperación personal en pacientes con trastornos psicóticos

Un metaanálisis reciente publicado en Schizophrenia Bulletin aporta nuevos datos sobre un aspecto clave de los trastornos del espectro de la psicosis: la evolución de la recuperación personal y la calidad de vida subjetiva a lo largo del tiempo.

A partir del análisis de 46 estudios longitudinales, que incluyeron a más de 11.000 pacientes, los autores concluyen que tanto la recuperación personal como la calidad de vida mejoran con el tiempo, aunque de forma modesta. Este avance no está condicionado por la duración de la enfermedad. Los autores señalan que los programas actuales apenas contemplan entre sus objetivos terapéuticos la recuperación personal, por lo que es necesario incorporar este enfoque en la práctica clínica.

Foto: freepik. Diseño: prostooleh. Fecha: 23/06/25

Un cambio de paradigma en la esquizofrenia

Tal y como se explica en el artículo, durante años, los trastornos del espectro de la psicosis se han conceptualizado como enfermedades de curso crónico, discapacitante e irreversible. Sin embargo, investigaciones recientes han cuestionado esta visión, demostrando que los pacientes con trastornos psicóticos, como esquizofrenia, pueden presentar mejoras significativas en aspectos sociales, funcionales y clínicos a lo largo del tiempo (puedes ampliar información aquí).

En esta línea, ha cobrado protagonismo la recuperación personal, entendida como un proceso individual, subjetivo y no lineal mediante el cual las personas con un diagnóstico psiquiátrico reconstruyen una vida con sentido más allá de los síntomas, explican los autores. Este enfoque se aleja del modelo biomédico clásico, poniendo en el centro del tratamiento las metas vitales del paciente. El marco teórico más ampliamente utilizado para conceptualizar esta dimensión es el modelo CHIME, que incluye cinco componentes: conexión, esperanza y optimismo, identidad, significado vital y empoderamiento.

Junto a ello, la calidad de vida subjetiva (S-QOL) aporta otra medida centrada en la percepción del propio bienestar, autonomía, sentido de pertenencia y autoestima. Ambos constructos presentan solapamientos conceptuales y, en la práctica clínica, suelen evaluarse con herramientas similares o complementarias, explican los investigadores.

La investigación: diseño y alcance

El presente metaanálisis incluyó 46 estudios longitudinales con un seguimiento mínimo de un año, todos con evaluaciones cuantitativas en recuperación personal o calidad de vida subjetiva. En conjunto, los estudios analizaron datos de 11.233 pacientes adultos con diagnóstico de esquizofrenia o trastornos psicóticos.

Los objetivos principales del estudio fueron:Analizar si la recuperación personal o la calidad de vida subjetiva cambian a lo largo del tiempo.

Identificar factores que moderen dicha evolución, especialmente la duración de la enfermedad.
Evaluar el impacto diferencial de intervenciones centradas en la recuperación, entre ellas psicoterapias y otros programas psicológicos y sociales.

Resultados globales: mejoras modestas pero presentes

Los principales resultados reflejan que la recuperación personal y la calidad de vida subjetiva mejoran con el tiempo en personas con trastornos del espectro de la psicosis, aunque los cambios son limitados y heterogéneos entre las diferentes variables.

Específicamente, se observaron los siguientes resultados según cada dominio analizado:
  • Recuperación personal global: mejora pequeña (d = 0.34).
  • Calidad de vida global: mejora pequeña (d = 0.34).
  • Conexión social: mejora marginal (d = 0.15).
  • Significado vital: mejora marginal (d = 0.18).
  • Esperanza y optimismo: sin cambio significativo.
  • Empoderamiento: sin cambio.
  • Identidad: mejora pequeña en análisis inicial (d = 0.20), pero perdió significación tras la corrección por pruebas múltiples.
La necesidad de intervenciones centradas en la persona

Respecto a las intervenciones centradas en la persona o el «tratamiento dirigido a mejorar la recuperación personal o la S-QOL» (calidad de vida subjetiva), de los 46 estudios incluidos en el metaanálisis, solo 10 estudios (21.7%) incluyeron este tipo de intervenciones.

Los análisis realizados no evidenciaron «efectos moderadores significativos de los estudios con tratamientos dirigidos a mejorar la recuperación personal o la S-QOL en los cambios en los resultados». No obstante, los autores señalan que esta falta de efecto moderador se debe al hecho de que se analizaron de forma conjunta los resultados longitudinales de los grupos experimentales (aquellos que recibieron una intervención) y los grupos de control (aquellos que no recibieron la intervención específica, o recibieron el tratamiento habitual). Es decir, los autores evaluaron el cambio general en la recuperación personal y la S-QOL a lo largo del tiempo en todos los participantes de esos ensayos, sin distinguir si el cambio provenía de la intervención o de las condiciones de control. Esto pudo haber «enmascarado» o diluido el efecto real de las intervenciones dirigidas específicamente a la recuperación personal.

La duración de la enfermedad no es una barrera


Contrariamente a lo que se podría esperar, la duración del trastorno no tuvo un efecto moderador significativo sobre la mejora en ningún dominio. Es decir, tanto personas con sintomatología de inicio reciente como aquellas con años de evolución pueden experimentar mejoras en la recuperación personal o la calidad de vida subjetiva, según los análisis realizados.

Conclusión e implicaciones clínicas


En conclusión, el presente metaanálisis confirma que las personas con trastornos psicóticos pueden mejorar su calidad de vida percibida y la recuperación personal con el tiempo. Estos cambios, aunque modestos, suponen una mejora significativa para la vida de los pacientes y permiten trabajar desde un marco terapéutico más esperanzador, tal y como subrayan los autores.

El estudio concluye que la modesta mejora general observada en la recuperación personal y la S-QOL puede indicar que las intervenciones actuales a menudo se centran más en los resultados clínicos y funcionales, descuidando la recuperación personal, y que los servicios de salud mental aún no están suficientemente equipados para apoyar este proceso, lo que sugiere que el «cambio hacia una perspectiva centrada en la persona (…) aún no se ha establecido en la práctica clínica», según los autores. Por lo tanto, se recomienda que la investigación futura se enfoque en cómo trasladarse hacia un enfoque más centrado en la persona en la práctica clínica para apoyar a los pacientes en su proceso de recuperación personal.

Fuente:

De Winter, L., Jelsma, A., Vermeulen, J. M., van Weeghel, J., Hasson-Ohayon, I., Mulder, C. L., Boonstra, N., Veling, W., & de Haan, L. (2025). Long-term changes in personal recovery and quality of life among patients with schizophrenia spectrum disorders and different durations of illness: A meta-analysis. Schizophrenia Bulletin, 51(1), 37–53. https://doi.org/10.1093/schbul/sbae045

Avances en la psicoterapia para la psicosis

La psicoterapia se ha convertido en un pilar fundamental del tratamiento de la psicosis, complementando la medicación y mejorando significativamente la calidad de vida de los pacientes. Así lo recoge un reciente artículo de revisión publicado en la revista Psychiatric Annals, que repasa las intervenciones psicoterapéuticas basadas en la evidencia, sus técnicas más eficaces y los desafíos pendientes, especialmente en poblaciones vulnerables con psicosis.

¿Qué es la psicosis y por qué importa?

Tal y como exponen los autores, la psicosis afecta aproximadamente al 3% de la población, con síntomas que incluyen alucinaciones, delirios, afecto plano y anhedonia. Su aparición suele producirse en la adolescencia tardía o adultez temprana, presentando un profundo impacto en áreas clave de la vida como el trabajo, la vida familiar y las relaciones sociales.

Foto: freepik. Diseño: freepik. Fecha: 02/06/25

Intervenciones psicoterapéuticas basadas en la evidencia

Según se explica en el texto, durante la última década, la psiquiatría ha evolucionado hacia la inclusión de la psicoterapia como una parte crucial del tratamiento centrado en el paciente para la psicosis, enfatizando enfoques basados en la evidencia. Esto implica la combinación del uso de la medicación con psicoterapia personalizada para obtener resultados óptimos.

Las prácticas modernas también destacan la validación de las experiencias personales (incluido el trauma) y las circunstancias personales, así como el respeto a la autonomía individual, señalan los autores.

Aportaciones de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis

En relación con las intervenciones psicológicas basadas en la evidencia para la psicosis, el artículo destaca las siguientes:

  • La CBTp (terapia cognitivo-conductual para la psicosis). Se trata de la intervención psicológica más respaldada. Esta terapia parte de la premisa de que tanto los síntomas positivos como los negativos de la psicosis pueden ser modulados mediante cambios en las creencias y comportamientos del paciente. Por tanto, la intervención busca reducir el malestar y mejorar la funcionalidad, utilizando técnicas como experimentos conductuales, reestructuración cognitiva y entrenamiento en habilidades para la vida diaria.
  • La terapia cognitivo-conductual sigue una estructura flexible dividida en fases, que implican el establecimiento de la alianza terapéutica, la psicoeducación, el desarrollo de habilidades e insight y la prevención de recaídas. Según la revisión realizada por los autores, múltiples metaanálisis han demostrado la eficacia de esta terapia, con efectos pequeños a moderados en la reducción de síntomas psicóticos, especialmente en los delirios, donde su eficacia ha aumentado con el tiempo. De hecho, tal y como se comentó a través de Infocop, la terapia cognitivo conductual constituye un estándar de calidad para la atención de adultos con psicosis, de acuerdo con el Instituto Nacional de Excelencia para la Salud y los Cuidados (National Institute for Health and Care Excellence, NICE) (más información aquí).
Otras terapias destacadas

  • La terapia familiar, por su parte, ha demostrado también ser muy útil, especialmente cuando se integra con CBTp o se implementa mediante programas de psicoeducación, grupos multifamiliares o consultas familiares, según la revisión realizada. Su objetivo es ampliar la red de apoyo del paciente y reforzar el impacto del tratamiento psicoterapéutico.
  • El entrenamiento en habilidades sociales es otra estrategia eficaz, sobre todo, para los síntomas negativos de la psicosis. Mediante el desarrollo de habilidades comunicativas, entrenamiento en asertividad y conciencia emocional, esta intervención ayuda a mejorar las relaciones interpersonales y la inserción social del paciente.
  • Técnicas terapéuticas: herramientas prácticas para el cambio
  • Los autores también explican las técnicas clave de la terapia cognitivo-conductual para la psicosis (CBTp), que incluyen:Pruebas de realidad, que consisten en cuestionar creencias psicóticas y confrontarlas con la realidad a través de experiencias controladas.
  • Formulación compartida, donde terapeuta y paciente identifican juntos los desencadenantes, creencias y reacciones emocionales y conductuales, para intervenir en puntos clave.
  • Elementos de la terapia de aceptación y compromiso (ACT), que fomentan una relación diferente con los pensamientos y sensaciones psicóticas. En lugar de eliminar los síntomas, se busca reducir el sufrimiento cambiando la forma en que el paciente se relaciona con ellos.
  • Aspectos de la Terapia de Aceptación y Compromiso (ACT) también pueden incorporarse en la CBTp, tal y como explica el artículo. La ACT aporta técnicas como la defusión cognitiva, la aceptación, la atención plena y la acción guiada por valores, que mejoran la flexibilidad psicológica y la capacidad de afrontamiento.
Retos en el tratamiento: comorbilidades, estigma y acceso desigual

Entre los obstáculos para el tratamiento de la psicosis, el texto menciona los factores sociales como el estigma, las creencias culturales, las dificultades económicas y las estructuras familiares restrictivas. Según explican los autores, estas barreras prolongan la duración de la psicosis no tratada, empeorando los resultados clínicos.

Asimismo, la comorbilidad con trastornos por uso de sustancias es especialmente problemática: entre un 20% y un 60% de los pacientes psicóticos también presentan este tipo de trastorno. Esta combinación agrava los síntomas, reduce la eficacia de los tratamientos y puede prolongar el malestar emocional.
Psicoterapia para poblaciones especiales: brechas de conocimiento y necesidad de adaptación

Los autores analizan también las poblaciones que presentan desafíos únicos para el abordaje de la psicosis, mencionando los siguientes grupos:

Niños y adolescentes: Hay escasa evidencia sobre la eficacia de las terapias psicoterapéuticas en estas edades. Aunque la terapia de remediación cognitiva muestra algo de efectividad, hacen falta estudios más amplios y rigurosos para establecer conclusiones sólidas.

Adultos mayores: Existen pocas investigaciones sobre psicosis de inicio tardío, si bien la CBT y los programas de ejercicio físico han mostrado beneficios, aunque sin reducir alucinaciones o delirios.

Minorías étnicas y raciales: Aunque la CBT ha demostrado eficacia en síntomas psicóticos, las tasas de acceso son menores entre pacientes negros e hispanos. Este problema se asocia a barreras socioeconómicas y racismo estructural. Es fundamental integrar enfoques culturalmente sensibles y programas contra la adversidad relacionada con el racismo, según se sugiere en el texto..

Personas transgénero: Esta población sufre una mayor prevalencia de síntomas psicóticos, probablemente asociada a niveles más altos de trauma. El estigma dual por identidad de género y diagnóstico psiquiátrico conlleva menor adherencia al tratamiento. Además, barreras como la falta de habitaciones afirmativas en unidades psiquiátricas dificultan el acceso y la continuidad del cuidado. Por ello, es vital que los terapeutas brinden una atención afirmativa e inclusiva.

Conclusiones: hacia una atención más humana, eficaz e inclusiva

En definitiva, el artículo de revisión reconoce que la psicoterapia se ha consolidado como un componente clave en el tratamiento integral de la psicosis. Terapias como la CBTp, la ACT, el trabajo familiar y el entrenamiento en habilidades sociales no solo alivian síntomas, sino que aumentan el sentimiento de autoeficacia de los pacientes y mejoran su calidad de vida, señalan los autores.

Asimismo, para avanzar en los tratamientos y superar los desafíos aún presentes, se requiere el desarrollo de modelos de atención más integrales, culturalmente competentes e inclusivos. A este respecto, los autores recomiendan que la investigación futura se centre en reducir estas brechas, adaptando los tratamientos a las realidades diversas de las personas con psicosis. Solo así será posible avanzar hacia un modelo de atención verdaderamente centrado en la persona, donde cada paciente, sin importar su edad, origen o identidad, tenga acceso a intervenciones eficaces, respetuosas y transformadoras, tal y como señalan los autores.

Referencia:

Candelari, A. E., Wojcik, K. D., Williams, J., Operskalski, J. T., Safavi, R., & Ojeda, A. A. (2025). Psychotherapy and Psychosis. Psychiatric Annals, 55(1), e14–e18.

lunes, 24 de febrero de 2025

El beneficio del tratamiento psicológico en la psicosis temprana

 El tratamiento psicológico, junto con la farmacoterapia, resulta ser un componente esencial para lograr mejoras clínicas sostenibles en la psicosis temprana, por lo que debería ofrecerse en los servicios de Intervención Temprana en Psicosis (EIP). Esta es una de las conclusiones de una reciente revisión sistemática y metaanálisis, publicada en eClinicalMedicine.

Los servicios de Intervención Temprana en Psicosis

Los servicios de «Intervención Temprana en Psicosis» son un enfoque especializado e intensivo para el tratamiento y apoyo de personas en las etapas iniciales de un trastorno psicótico. Estos servicios surgieron con el objetivo de brindar atención integral durante la fase crítica del primer episodio de psicosis, con el fin de mejorar los resultados a largo plazo y reducir el impacto de este trastorno.

La importancia de estos servicios radica en la evidencia que demuestra su efectividad clínica y su relación coste/beneficio. De esta manera, diferentes metaanálisis previos han demostrado que los servicios de intervención temprana en psicosis son superiores al «tratamiento habitual» en diferentes resultados, como la gravedad de los síntomas psicóticos, la adherencia al tratamiento y el funcionamiento social. Como resultado, los estos servicios se consideran actualmente el estándar de oro para el tratamiento de la psicosis temprana a nivel internacional, explican los autores del artículo.

Fuente: Pexels. Autor: MART PRODUCTION. Fecha: 09/01/2025

Si bien los servicios de intervención temprana en psicosis generalmente proporcionan farmacoterapia de manera estándar, difieren ampliamente en los otros componentes de atención que brindan, incluyendo manejo de casos, psicoterapias, intervenciones familiares e intervenciones sociales. Esta variabilidad en la composición de estos servicios ha generado la necesidad de investigar qué componentes específicos contribuyen a sus beneficios observados. Por este motivo,, los autores del estudio se propusieron identificar qué componentes son más efectivos para lograr beneficios clínicos sostenidos.

Metodología

Los autores del estudio han utilizado un metaanálisis de redes de componentes (cNMA) para analizar datos de 37 ensayos controlados aleatorios que involucraron a 4.599 participantes. Este enfoque innovador permite a los investigadores evaluar la contribución específica de cada componente al éxito general de la intervención, según se explica en el texto.

Principales resultados

Los resultados del estudio sugieren que, además de la farmacoterapia, que se considera un componente estándar, el manejo de casos y las intervenciones psicológicas son cruciales para lograr mejoras clínicas duraderas en pacientes con inicio de síntomas psicóticos. De esta manera, se encontró que la adición de intervenciones psicológicas al tratamiento con fármacos era beneficiosa para reducir los síntomas psicóticos negativos a los 3 meses de seguimiento. Además, la inclusión del manejo de casos al tratamiento farmacológico estándar demostró ser beneficiosa para reducir tanto los síntomas psicóticos positivos como negativos al año de seguimiento.

El estudio también encontró evidencia preliminar de que las intervenciones psicológicas pueden tener un impacto positivo en el funcionamiento social un año después de la administración del tratamiento. Sin embargo, no se encontraron beneficios claros asociados con las intervenciones familiares o sociales.

Implicaciones clínicas

Los resultados tienen implicaciones significativas para la configuración y la prestación de servicios de intervención temprana en psicosis. Los autores sugieren que, si bien se necesitan más estudios para confirmar estos hallazgos, este tipo de servicios debería priorizar la implementación de un manejo de casos efectivo e intervenciones psicológicas junto con la farmacoterapia para optimizar los resultados a largo plazo.

Es importante destacar que el estudio reconoce algunas limitaciones, incluida la escasez de estudios y la baja certeza de la evidencia para todas las comparaciones. En esta línea, se necesitan futuras investigaciones para explorar el impacto de subtipos específicos de componentes, como modalidades específicas de psicoterapia o intervenciones sociales, señalan los autores. También se requiere una mayor comprensión de cómo la duración del tratamiento después del período de intervención activa puede influir en los resultados.

A pesar de estas limitaciones, el estudio proporciona información valiosa sobre los componentes clave que contribuyen a la eficacia de los servicios de intervención temprana en psicosis. Así, los datos obtenidos enfatizan la importancia de adoptar un enfoque integral que incluya no solo la farmacoterapia, sino también intervenciones psicológicas y sociales, como el manejo de casos y la terapia psicológica, para mejorar los resultados a largo plazo para las personas con psicosis temprana.

Fuente:

Williams, R., Ostinelli, E. G., Agorinya, J., Minichino, A., De Crescenzo, F., Maughan, D., … & Cipriani, A. (2024). Comparing interventions for early psychosis: a systematic review and component network meta-analysisEclinicalmedicine70.

martes, 9 de abril de 2024

Relación entre eventos estresantes y psicosis

 ¿Qué relación tienen los eventos estresantes y la evolución de la psicosis? Esta fue la pregunta de investigación de un estudio publicado en la revista The Lancet Psychiatry.

El estudio, realizado Bhattacharyya y cols. (2023), tuvo como objetivo investigar la correlación entre los eventos vitales estresantes posteriores al inicio de un trastorno psicótico y el riesgo de recaída en estos pacientes. Los investigadores determinaron el posible efecto dosis-respuesta. Esto se refiere a la relación entre el aumento a la exposición a sucesos estresantes y su impacto en un mayor riesgo de recaída en estos pacientes.

Los trastornos psicóticos comprenden un conjunto de problemas de salud mental que afectan a la percepción y el pensamiento. Estos trastornos tienen un impacto significativo en el funcionamiento diario de las personas. Dado su impacto, es de interés conocer la relación entre el estrés y el desarrollo de esta sintomatología, según indican los autores. En este sentido, este conocimiento puede sentar las bases para mejorar el tratamiento y la calidad de vida de las personas con psicosis.

estresante
Fuente: Pexels. Autor: Andrea Piacquadio. Fecha: 26/10/2023

Para la realización del estudio, se utilizó un diseño observacional prospectivo de 2 años. Los investigadores reclutaron a personas con un primer episodio de psicosis, entre 18 y 65 años, que acudieron a servicios psiquiátricos en el sur de Londres.

De las 256 personas con psicosis, 93 (36%) experimentaron al menos una recaída durante los 2 años de seguimiento.

Los hallazgos principales del estudio muestran una relación significativa entre los sucesos estresantes y el riesgo de recaída. En concreto, se encontró una fuerte correlación entre la exposición a eventos estresantes después del inicio de la psicosis, el riesgo de recaída en un período de dos años, la incidencia y la duración de la recaída. Según los autores, esto sugiere que los eventos estresantes pueden agravar la psicosis y tener un efecto acumulativo en el pronóstico.

Según los autores, los resultados del estudio destacan la importancia de abordar el estrés en personas que ya experimentan psicosis para mejorar su pronóstico. Asimismo, aunque se encontró una relación entre el estrés y la recaída en psicosis, el estudio no demuestra una relación causal. En este sentido, se necesitan más estudios con otro tipo de diseño para profundizar en este aspecto.

Igualmente, los autores señalan que el estudio tiene importantes implicaciones para la práctica clínica y la atención de la salud mental. A este respecto, sugieren que es crucial que los servicios de salud mental sean conscientes de la relación entre los eventos estresantes y la psicosis. Para ello, resulta recomendable la evaluación del nivel de estrés y de la experiencia de sucesos vitales estresantes en estos pacientes.

En esta línea, los autores subrayan también que el tratamiento de la psicosis no debe limitarse solo a la medicación. Los tratamientos psicológicos, como la terapia cognitivo-conductual, son esenciales para ayudar a las personas con psicosis a manejar las dificultades de la vida y reducir el impacto del estrés. Por otro lado, el apoyo social, que implica construir una identidad social plena y abordar cuestiones como empleo, educación y relaciones, también resulta fundamental para mejorar la calidad de vida de este grupo de pacientes.

En resumen, el estudio subraya la importancia de considerar los aspectos psicológicos y sociales en el tratamiento de la psicosis y abordar los eventos estresantes vitales para lograr una recuperación más completa y satisfactoria.

Fuente:

Bhattacharyya, S, Schoeler, T, Di Forti, M, Murray, R, Cullen, AE, Colizzi, M. Stressful life events and relapse of psychosis: analysis of causal association in a 2-year prospective observational cohort of individuals with first-episode psychosis in the UK. The Lancet Psychiatry. 2023; 10(6), 414-425.

martes, 20 de febrero de 2024

Recomendaciones para usuarios y familiares sobre el tratamiento de la psicosis y la esquizofrenia

 

«Cuando se considera que una persona está en riesgo de desarrollar psicosis, se le debería ofrecer una evaluación inmediata, y una terapia psicológica llamada terapia cognitiva conductual (TCC) para ayudarle con los síntomas. También pueden recibir una terapia psicológica llamada intervención familiar que está dirigida a la persona y a su familia.»

Así lo afirma la Consejería de Salud y Familias del Servicio Andaluz de Salud, en un documento a través del cual resume y explica de forma sencilla y esquematizada, las principales recomendaciones de su Guía de Práctica Clínica para el Tratamiento de la Psicosis y la Esquizofrenia.

El documento, dirigido a personas adultas diagnosticadas de psicosis y/o esquizofrenia o en riesgo de presentar un trastorno psicótico, así como a familiares, cuidadores/as y personas allegadas, brinda información sobre estos problemas de salud mental, la detección temprana del riesgo, los apoyos disponibles, los profesionales de la salud especialistas en diferentes áreas de tratamiento y apoyo implicados en su atención y cuidados, la evaluación, las opciones de tratamiento, la terapia psicológica, el apoyo tras un episodio de psicosis, o cómo involucrar a familias y cuidadores, entre otros muchos aspectos.

Foto: freepick Fuente: freepick  Fecha descarga: 24/01/2023

Tal y como señalan sus autores, la lectura de esta guía “no debe utilizarse para el autodiagnóstico, no sustituye en ningún caso la información profesional proporcionada por el o la profesional de la sanidad, ya sea de la atención primaria, Psiquiatría o Psicología”.

Se puede acceder al documento aquí:

Información para usuarios y familiares sobre la guía de práctica clínica para el tratamiento de la psicosis y la esquizofrenia

martes, 22 de agosto de 2023

Cómo ayudar a alguien que está experimentando psicosis, nueva guía

 El apoyo proporcionado por la familia y los amigos puede desempeñar un papel importante para ayudar a alguien a recuperarse de un episodio de trastorno psicótico y reducir la probabilidad de que tenga más episodios. Sin embargo, puede ser estresante cuidar o apoyar a alguien en esta situación y es posible que usted mismo quiera o necesite apoyo.”

Con esta introducción, se presenta una guía sobre psicosis publicada por la Consejería de Salud y Familias del Servicio Andaluz de Salud, a través de la cual brinda información sobre este problema de salud mental y los primeros signos de advertencia para detectarla, así como el modo de ayudar a alguien que está experimentando psicosis.

El documento, basado en la Guía de Práctica Clínica para el Tratamiento de la Psicosis y la Esquizofrenia. Manejo en Atención Primaria y en Salud Mental. Servicio Andaluz de Salud, 2019, está dirigido a familiares y amigos de personas a quienes se les ha diagnosticado un trastorno psicótico, ofreciendo a lo largo de sus páginas, una serie de recomendaciones para detectar las señales de advertencia temprana que indican riego de desarrollo de psicosis, para hablar con la persona por la que se está preocupado/a, para preguntarle de qué modo se le puede ayudar, etc.

Foto: cottonbro Fuente: pexels Fecha descarga: 27/12/2021

Se puede acceder directamente a la guía a través del siguiente enlace:

Cómo ayudar a alguien que está experimentando psicosis

miércoles, 14 de junio de 2023

Pautas para la intervención familiar en psicosis, guía de la BPS

 

La participación de los familiares en la intervención de personas con psicosis resulta fundamental y mejora los resultados del tratamiento. Así lo establece la nueva guía de la Asociación Británica de Psicología (British Psychological Society), que incluye recomendaciones para la aplicación de intervenciones familiares en casos de psicosis. La guía proporciona un resumen de los estudios actuales sobre la teoría y la práctica profesional en este campo.

Tal y como señalan los autores de la guía, “la importancia del apoyo familiar a las personas con psicosis y otros problemas de salud mental se ha puesto aún más de manifiesto con la pandemia de Covid-19”.

Fuente: www.pexels.com Artista:
fauxels Fecha descarga: 05/11/2020

La guía puede ser de utilidad para los profesionales de la psicología que trabajan, tanto con familias de personas con trastornos psicóticos como con trastorno bipolar. Asimismo, la publicación puede ser de interés para los responsables de los servicios de salud y los propios pacientes y familiares. Según señalan los autores de la publicación, los casos de psicosis con trastorno mental comórbido, como un trastorno de la personalidad, pueden beneficiarse también de estas recomendaciones.

La guía subraya la importancia de abandonar el enfoque individualizado en la intervención de personas con psicosis e integrar a toda la familia en el tratamiento, puesto que la familia también se ve afectada por el sufrimiento y malestar psicológico de su ser querido. En este sentido, la guía establece las directrices para prestar un adecuado apoyo a la familia, identificando las buenas prácticas y las barreras u obstáculos que pueden darse para una adecuada intervención familiar.

Entre las recomendaciones de la guía de la BPS para el establecimiento de programas de intervención familiar en psicosis, se establecen las siguientes:

  • La participación de la familia y de las personas significativas en el trabajo con las personas con psicosis debe ser una parte esencial de la prestación de servicios estándar.
  • Las familias deben ser vistas como un recurso de apoyo y se debe tener en cuenta su conocimiento y comprensión de la sintomatología del paciente.
  • Es necesario proporcionar apoyo para preservar la salud mental de los familiares..
  • Las intervenciones familiares deben considerarse una práctica estándar y ofrecerse a todas las familias en todo el proceso de tratamiento.
  • Se debe entender el concepto de familia desde una visión más amplia que integre no sólo los hijos, hermanos o parientes cercanos sino cualquier persona significativa para el paciente, como amigos y otros miembros de la comunidad.
  • Los psicólogos y los profesionales de la familia tienen el papel de defender, apoyar e impartir formación sobre la práctica inclusiva de la familia a todo el personal que trabaja con personas con psicosis, tanto si trabajan desde un punto de vista clínico o no, para que amplíen su actuación a todo el grupo familiar.
  • Los servicios deben tratar de formar al personal para que ofrezca una gama de enfoques para trabajar con las familias y tener acceso a psicoterapeutas familiares y sistémicos cualificados que presten supervisión y formación.
  • Cualquier persona que realice intervenciones familiares (como se describe en el documento) necesita una formación y un apoyo importantes y debe trabajar de acuerdo con la formación requerida para cada enfoque (véase la sección de formación).
  • La supervisión en vivo y el trabajo conjunto son esenciales para los terapeutas sin experiencia cuando realizan intervenciones familiares.
  • Todas las personas que realicen intervenciones familiares deben tener acceso a la supervisión periódica de un clínico experimentado y cualificado con la formación pertinente.
  • Todo el personal debe abordar su trabajo con sensibilidad hacia las diferencias y desigualdades. La formación, el compromiso con la comunidad y la autorreflexión son vitales para atender las necesidades de una población diversa.
  • Cada miembro de la familia puede tener sus propias necesidades individuales que requieren apoyo.
  • Hay que animar a las familias a que compartan su experiencia a través de programas de apoyo entre iguales.
  • Los servicios deben ofrecer una serie de intervenciones familiares diferentes y reconocer que las familias pueden necesitar diferentes tipos de apoyos en diferentes momentos.
  • Los psicólogos deben trabajar junto a otros profesionales de la salud en la entrega y aplicación de la práctica inclusiva de la familia y las intervenciones familiares a nivel estratégico y clínico, para lo que necesitan formación y apoyo adecuados.
  • La formación de doctorado de los psicólogos debe incluir la enseñanza y la experiencia en intervenciones familiares/terapia con familias como una competencia esencial.
  • Deberían utilizarse plataformas seguras de videoconferencia o telefonía móvil cuando no sea posible realizar sesiones de intervención familiar en persona (por ejemplo, durante la pandemia de Covid-19) y para conectar a familiares o miembros de la red geográficamente distantes a las sesiones.

La guía completa puede consultarse en el siguiente enlace:

Guidelines for psychologists and practitioners supporting families and social networks

martes, 13 de diciembre de 2022

Esquizotipia: el camino a seguir para la prevención de la psicosis

 

Eduardo Fonseca-Pedrero 1, Martin Debbané 2,3, Juan Francisco Rodríguez-Testal 4, Alex S. Cohen 5Anna R. Docherty 6 y Javier Ortuño-Sierra1

1University of La Rioja (Spain)

2University of Geneva (Switzerland)

3University College London (UK)

4University of Seville (Spain)

5Louisiana State University (USA)

6University of Utah School of Medicine (Salt Lake City, UT)

¿Existe una vulnerabilidad latente a la psicosis? ¿Se puede detectar e identificar a personas con mayor predisposición de desarrollar trastornos psicóticos? ¿Se podría prevenir la eventual transición a un cuadro psicótico? Estas son preguntas que no tienen fácil respuesta; no obstante, la mera posibilidad de prevenir un caso de psicosis es, simplemente, fascinante. Probablemente sea una de las grandes quimeras de la Psicología.

Obviamente, la idea de prevención en el campo de la psicosis no es nueva. Ya en 1919 Emil Kraepelin comentaba que muchos de sus pacientes diagnosticados de esquizofrenia, entre el 50-70%, presentaban peculiaridades desde su infancia como, por ejemplo, un carácter tímido, retraído y solitario. En sus escritos ya apuntaba hacia la posibilidad de detectar comportamientos (aspectos premórbidos, pródromos, etc.), antes del desarrollo del trastorno, que se podrían ver como “la puerta de entrada” a la esquizofrenia.

Autor: Raphael Brasileiro Fuente: 
pexels Fecha descarga: 26/05/2021

Paul Meehl, en 1962, definió la esquizotipia como la vulnerabilidad latente a la esquizofrenia y trastornos relacionados. La esquizotipia estaría en un plano no observable (latente) y en función de factores bio-psico-sociales podría evolucionar hacia diferentes indicadores endofenotípicos y/o fenotípicos (observables), no necesariamente isomórficos (p.ej., rasgos esquizotípicos, síntomas psicóticos, trastornos de la personalidad). Dicha vulnerabilidad se podría aprehender, evaluar y medir mediante diferentes instrumentos y procedimientos (p.ej., escalas, entrevistas, neuroimagen, neurocognición, psicofisiología). Resulta preciso aclarar que el concepto de esquizotipia no es sinónimo de personalidad esquizotípica.

Los modelos etiológicos en el campo de la psicosis recogen de forma más o menos explícita esta visión de vulnerabilidad-estrés que dibujó Meehl hace más de 50 años. Actualmente, se hipotetiza que dicha diátesis se expresa fenotípicamente a través de un continuo de gravedad, que oscila desde la expresión no clínica (rasgos esquizotípicos, experiencias psicóticas atenuadas y/o transitorias), pasando por el nivel subclínico (síntomas psicóticos atenuados) hasta llegar al nivel clínico necesidad de tratamiento (trastornos del espectro psicótico) (Fonseca-Pedrero, 2018, 2019).

La evidencia empírica acumulada de la que disponemos parece apoyar que tanto las experiencias cuasipsicóticas como los síntomas psicóticos subclínicos están asociados con un mayor riesgo de desarrollar en el futuro un trastorno psicótico. Por ejemplo, estudios de revisión indican que referir síntomas psicóticos atenuados y/o breves e intermitentes (también conocido como “estado de mental de alto riesgo”) es el factor de riesgo para la psicosis que muestra mayor nivel de evidencia. Igualmente, otras expresiones del fenotipo psicótico, como la anhedonia rasgo, parecen mostrar una clara evidencia de asociación con la psicosis (Radua et al., 2018). Las diferentes expresiones conductuales de la esquizotipia, por lo tanto, podrían considerarse como el principal marcador de riesgo para la psicosis.

Además, existen múltiples evidencias que parecen apoyar este acercamiento. Por ejemplo, las expresiones no clínicas de la psicosis se han asociado con los mismos factores de riesgo sociodemográficos, psicológicos y ambientales encontrados en personas con diagnóstico de psicosis (p.ej., experiencias de trauma, consumo de cannabis, urbanicidad).  Esto es, los mismos factores etiológicos parecen afectar a los extremos leves y graves del fenotipo psicótico. Igualmente, el estudio de prevalencia de las experiencias psicóticas ha ayudado a comprender que tales fenómenos se distribuyen normalmente en la población general sin estar necesariamente asociados a malestar, tratamiento y/o discapacidad, extendiéndose más allá de las fronteras clínicas. Estos resultados tienen claras implicaciones no solo como apoyo a los modelos dimensionales, sino también como estrategia de tratamiento, pues permiten normalizar y desestigmatizar este tipo de fenómenos, considerándolos parte de la diversidad humana (Fonseca-Pedrero, 2021).

No obstante, es igualmente cierto que no se dispone de marcadores etiológicos específicos que permitan predecir la transición de forma unívoca hacia una psicosis franca. De la misma forma, el grado de predicción y especificidad de estas expresiones no clínicas de la psicosis es bajo. Asimismo, dicha condición de riesgo a la psicosis se debe comprender desde una perspectiva probabilística, no determinista. Dado que no existe una causa necesaria y suficiente que explique la psicosis, es necesario contemplar en la ecuación diferentes variables como, por ejemplo, historia familiar de esquizofrenia, urbanicidad, consumo de cannabis, experiencias de trauma o desregulación afectiva. También, se debe examinar el impacto clínico, analizando la frecuencia, la persistencia temporal y el grado de preocupación, intensidad y malestar asociado, así como si estas experiencias se asocian con otros signos o síntomas psicopatológicos (p.ej., ansiedad, depresión). Se debe recordar que las experiencias psicóticas surgen como respuesta a un contexto biográfico y social determinado que es vivenciado por una persona concreta en función de sus circunstancias (Fonseca-Pedrero, 2019). Las experiencias psicóticas responden más que a causas a razones.

En suma, la esquizotípica parece ser un constructo útil para analizar y comprender el espectro psicótico. Permite mejorar el entendimiento de los mecanismos etiológicos subyacentes a la psicosis y trastornos relacionados e indagar sobre potenciales factores de riesgo y de protección. En esencia, puede ayudar a establecer y optimizar estrategias de prevención, básicamente de detección precoz e intervención temprana. Asimismo, ayuda a mejorar la visión negativa, estigmatizante y deteriorante asociada a este cuadro clínico en etapas históricas precedentes, oscilando de un modelo curativo basado en la reducción de síntomas y paternalista a otro preventivo basado en las fortalezas y la colaboración (Pérez-Álvarez, 2018).

No cabe duda que la posibilidad de prevenir los trastornos del espectro psicótico (o cualquier otro trastorno mental) en sus estadios premórbidos o iniciales tendría importantes beneficios a nivel personal, familiar, sanitario y/o social. Es por ello que las estrategias de prevención de este tipo de trastornos han pasado a constituir en la actualidad una de las principales prioridades en materia de salud mental. No obstante, muchas cuestiones quedan aún por resolver. Nuevas técnicas y procedimientos, como la evaluación ambulatoria y bioconductual podrían arrojar pistas en este campo de actuación. Son muchos los retos y desafíos por afrontar en esta área tan apasionante. Estén atentos, el agua solo pasa una vez por delante del molino.

El artículo completo puede encontrarse en Psicothema:

Fonseca Pedrero, E., Debbané, M., Rodríguez Testal, J. F., Cohen, A. S., Docherty, A. R., & Ortuño Sierra, J. (2021). Schizotypy: The way aheadPsicothema, 33 (1), 16-27


Referencias:

Fonseca-Pedrero, E. (coord.) (2018). Evaluación de los trastornos del espectro psicótico. Pirámide.

Fonseca-Pedrero, E. (coord.) (2019). Tratamientos psicológicos para la psicosis. Pirámide.

Meehl, P. E. (1962). Schizotaxia, schizotypy, schizophrenia. American Psychologist, 17(12), 827–838.

Pérez-Álvarez, M. (2018). Para pensar la psicología más allá de la mente y el cerebro: un enfoque transteórico. Papeles del Psicólogo, 39, 161–173.

Radua, J., Ramella-Cravaro, V., Ioannidis, J., Reichenberg, A., Phiphopthatsanee, N., Amir, T., Yenn Thoo, H., Oliver, D., Davies, C., Morgan, C., McGuire, P., Murray, R. M., y Fusar-Poli, P. (2018). What causes psychosis? An umbrella review of risk and protective factors. World psychiatry17(1), 49–66.

Eduardo Fonseca-Pedrero. Profesor titular de Psicología. Universidad de La Rioja. Vicerrector de Investigación e Internacionalización de la Universidad de La Rioja.

Martin Debbané. Profesor Titular de Psicología. Universidad de Ginebra, Suiza.

Juan Francisco Rodríguez-Testal. Profesor Titular de Psicología. Universidad de Sevilla.

Alex S. Cohen. Associate professor, Louisiana State University.

Anna R. Docherty. Associate professor, University of Utah.

Javier Ortuño-Sierra. Profesor Titular de Psicología. Universidad de La Rioja.


martes, 5 de noviembre de 2019

Se publica el Libro Blanco de la Intervención Temprana en Psicosis en España

El Movimiento REthinking -un proyecto multidisciplinar cuya finalidad es mejorar el abordaje de la esquizofrenia y de los trastornos psicóticos - junto con la Alianza Otsuka-Lundbeck, ha publicado el Libro Blanco de la Intervención Temprana en Psicosis en España.

Se trata de un riguroso documento que pretende sentar las bases de los programas de intervención temprana en psicosis, así como analizar la implantación de estos programas en todo el territorio español. En la elaboración del documento han participado un total de 47 profesionales expertos en el ámbito, pertenecientes a diferentes sociedades científicas y profesionales de nuestro país, así como asociaciones de pacientes.
La intervención temprana supone un paradigma emergente en la atención y abordaje de las personas con psicosis y esquizofrenia, cuyo objetivo prioritario es reducir el tiempo de espera sin tratamiento para estas personas, es decir, centrar los esfuerzos en la detección e intervención tras la aparición de los primeros síntomas, puesto que se sabe que cuanto más tiempo dura este intervalo, peor es el pronóstico de la enfermedad, y en la intervención multidisciplinar en los primeros cinco años tras el primer episodio. En este campo, las intervenciones psicológicas han contribuido enormemente al éxito en los resultados, de forma que en las últimas décadas han alcanzado un fuerte impulso a nivel internacional.

La aplicación de estos programas multidisciplinares de intervención temprana cuenta actualmente con un importante respaldo científico. Los estudios han evidenciado que la intervención temprana en psicosis supone importantes beneficios frente a la atención tradicional, tales como la reducción del número de hospitalizaciones y suicidios, la mejora de la calidad de vida y del funcionamiento posterior del paciente -incluyendo el aumento de la empleabilidad en este grupo-, así como la reducción de los costes sanitarios asociados a la atención de estas personas.

Tal y como se establece en el documento, España cuenta con 22 programas de intervención temprana en psicosis. Aunque el dato es esperanzador, todavía es insuficiente para dar cobertura a las personas que se encuentran en esta situación (y que según los datos aportados en el informe alcanza la cifra de 1.400.000 en España), de forma que se estima que tan sólo el 32% de los españoles puede acceder a un programa de este tipo actualmente. Asimismo, se observa una distribución muy desigual de estos programas entre las diferentes comunidades autónomas, siendo Cataluña, Navarra y Cantabria las únicas comunidades preparadas para dar una respuesta acorde a la demanda asistencial presente en sus territorios.

En el análisis de la situación, otra de las carencias observadas tiene que ver con la dotación de recursos apropiados para poder llevar a cabo dichos programas de intervención temprana. A este respecto, los expertos denuncian que la mayor parte de estos programas no cuentan con instalaciones propias, que sería lo recomendable, estando localizados en su mayor parte en centros hospitalarios (55%) y centros de salud mental (32%). Asimismo, si bien el ideal sería contar con equipos formados por profesionales de múltiples disciplinas (psiquiatría, psicología, enfermería, trabajo social, etc.), el perfil profesional mayoritario suele ser el de psiquiatra, seguido del personal de psicología clínica y enfermería, por lo que se deberían invertir mayores esfuerzos para equiparar la presencia de las diferentes figuras profesionales en estos equipos.

Finalmente, el Libro Blanco recoge también las opiniones y preferencias de los pacientes sobre su tratamiento. Entre las solicitudes consideradas más importantes para este colectivo, destaca la posibilidad de tomar parte en las decisiones sobre su tratamiento (91,7%), recibir atención para mejorar su bienestar psicológico (83,3%) y los programas de tratamiento psicológico tras la aparición de los primeros síntomas (75%).

En conclusión, se trata de un documento de referencia en el ámbito de la intervención temprana en psicosis en nuestro país, cuya difusión se espera que permita impulsar el desarrollo de medidas en esta dirección, así como aumentar la concienciación social sobre la efectividad de estos servicios.

Las personas interesadas pueden acceder al recurso a través del siguiente enlace: