miércoles, 17 de abril de 2024

Trauma infantil y riesgo de dismorfia muscular

 El trauma infantil está relacionado con el aumento del riesgo de dismorfia muscular. Así lo pone de manifiesto un reciente estudio que revela que quienes han sufrido experiencias adversas infantiles (ACE) muestran mayor propensión a la dismorfia muscular en la adolescencia y juventud.

La dismorfia muscular, también conocida como vigorexia o trastorno dismórfico muscular, es un trastorno psicológico caracterizado por una percepción distorsionada del propio cuerpo, específicamente en relación con la musculatura. Las personas que sufren de dismorfia muscular tienen una preocupación obsesiva por la apariencia de sus músculos y sienten una insatisfacción persistente con su tamaño y definición muscular, incluso si están físicamente en forma o musculosas.

Estos individuos tienden a sobrevalorar la importancia de la musculatura en su autoimagen y autoestima, y pueden dedicar una cantidad excesiva de tiempo al ejercicio y al desarrollo muscular. A menudo, buscan constantemente aumentar su masa muscular a través de entrenamientos intensivos y dietas especializadas, y pueden usar suplementos o esteroides anabólicos en un esfuerzo por lograr el físico «ideal».

trauma infantil dismorfia
Fuente: Pexels. Autor. Mikhail Nilov. Fecha: 11/12/2023

La dismorfia muscular puede afectar tanto a hombres como a mujeres, pero es más común en hombres. Este trastorno puede tener un impacto significativo en la salud mental y física de la persona. Su impacto puede afectar negativamente a las relaciones sociales, laborales y la calidad de vida en general. El tratamiento generalmente implica intervenciones psicoterapéuticas, como la terapia cognitivo-conductual. Este tipo de terapia permite abordar las distorsiones cognitivas y ayudar a la persona a desarrollar una percepción más realista de su cuerpo.

Se estima que más del 50% de los jóvenes han experimentado al menos una ACE. Las experiencias adversas infantiles pueden incluir, entre otras cosas, el abuso físico, el abuso emocional, el abuso sexual, la negligencia, la exposición a la violencia doméstica, la presencia de personas con problemas de salud mental o adicciones en el hogar, el divorcio de los padres, y la separación o pérdida de un ser querido. La acumulación de múltiples experiencias adversas puede aumentar el riesgo de problemas de salud mental y física en la adultez. Sin embargo, hasta la fecha ningún estudio había analizado en profundidad la relación entre las ACE y el riesgo de dismorfia muscular.

Con este objetivo, los autores del estudio, publicado en la revista Clinical Social Work Journal, analizaron la relación entre estas condiciones en una muestra de más de 900 participantes. Según los principales resultados, el 16% de las personas con cinco o más experiencias infantiles adversas (ACE) presentaron un riesgo clínico de dismorfia muscular.

El análisis de los datos también evidencia que el género juega un papel crucial. Así, los niños y hombres jóvenes con cinco o más ACE muestran significativamente más síntomas de dismorfia muscular que las niñas y mujeres jóvenes. Según los autores, esta diferencia resalta la amenaza a la masculinidad que experimentan los jóvenes con ACE. Esta amenaza puede dar lugar a que busquen desarrollar su musculatura, como una manera de contrarrestar sentimientos de inferioridad y protegerse contra futuras victimizaciones.

En definitiva, el estudio pone en evidencia que las experiencias adversas en la infancia aumentan la insatisfacción corporal y muscular, clave en la dismorfia muscular. De esta forma, el estudio resalta la falta de exploración previa sobre la relación entre ACE y dismorfia muscular.

Los resultados del estudio tienen importantes implicaciones para la práctica clínica. En esta línea, sugieren la necesidad de que los profesionales de la salud evalúen específicamente los síntomas de dismorfia muscular en jóvenes que han experimentado ACE, especialmente en niños y hombres jóvenes. La detección temprana de estos problemas puede ayudar a mejorar la atención y el bienestar psicológico de estos jóvenes, según los autores.

Fuente:

Kyle T. Ganson et al, Adverse Childhood Experiences and Muscle Dysmorphia Symptomatology: Findings from a Sample of Canadian Adolescents and Young Adults, Clinical Social Work Journal (2023). DOI: 10.1007/s10615-023-00908-9

No hay comentarios:

Publicar un comentario